Capitulo 35

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*Avisarme si hay algún error*






«¿Quién es el hombre por el que ha renunciado al trono?»

Ésa es la pregunta más repetida de la historia. Mi abdicación ha sido recibida con tristeza y sorpresa, aunque no hay nadie más sorprendido que yo. La reacción de la gente en todo el mundo ha sido abrumador. Ha habido numerosas protestas quejándose del sacrificio que me han obligado a hacer. Lo que la gente no sabe es que nadie me ha obligado a renunciar al trono. He sido yo el que se ha alejado sin mirar atrás, dejando en palacio los secretos. Me he alejado de la obligación de mantener las mentiras, de crear más humo y colgar más espejos tras los que esconder los engaños. Ya no volverán a definir quién soy ni a marcar adónde voy.

Soy libre.

Bueno, lo seré, cuando el polvo se asiente. Ahora mismo me refugio en el apartamento donde Jungkook me escondió tras rescatarme en medio de un campo. Contemplo la ciudad con los brazos cruzados y la vista fija en el palacio de Claringdon. Me pregunto cómo le irán las cosas a mi tía Victoria en su nuevo trabajo. Supongo que bien. No se ha puesto en contacto conmigo aun, aunque Rose me llama a menudo desde que salí de allí. Está en Corea del Sur, conociendo a la familia de Seokjin. Tae está en rehabilitación y todo va bien, según los empleados del centro. Los Sampson y el doctor Goodridge han desaparecido de la faz de la tierra, cubiertos de vergüenza. Supongo que se les dio a elegir entre eso o ser entregados a la justicia.

Sin duda fue sir Don quien se ocupó de todo. Se ha quedado en Claringdon para asesorar a Victoria. No hay duda de que ese hombre está comprometido con la causa real hasta el tuétano. La última ronda de secretos lo mantendrá ocupado durante su nueva etapa al servicio de la monarquía. Me imagino que debe de estar encantado.

Antes de marcharme, me pidió que me disculpara con él. Me reí en su cara. Tal vez no fuera el responsable directo de los intentos de desacreditar a Jungkook y de sabotear nuestra relación, pero no hizo nada para protegerme de los ataques perversos de Sabina. Dejó que actuara a sus anchas, y probablemente se alegro de todo lo ocurrido. Su obligación principal era servir al Rey, protegerlo, y no lo hizo.

Me estremezco, y no es la primera vez. Es irónico pensar que, al final, es Jennie quien tiene sangre real y no yo. Aunque el mundo nunca lo sabrá, igual que tampoco conocerá la corrupción que rodeaba a la familia. Los asesinatos, las infidelidades, los hijos ilegítimos y los sabotajes entre miembros. Todo eso seguirá a salvo tras la barrera de humo y espejos.

Perdido en mis pensamientos, me sobresalto un poco cuando Jungkook me abraza por detrás. Ha demostrado tener una paciencia infinita durante estos tres días en que hemos sido rehenes de los medios de comunicación. No ha protestado por no poder salir de aquí ni me ha hecho sentir culpable de nada. Y eso que se ha perdido dos entrevistas y ha tenido que posponer el rodaje de su actual proyecto. Y todo por mí.

—¿No te gustaría ir a dar un paseo por el parque? —comento, agarrándome a sus brazos mientras contemplo los puntitos que pasean libremente, disfrutando del aire libre y el hermoso paisaje.

—Calla. —Me besa el cuello y me da la vuelta despacio—. Ven a tomarte un café.

La seda de mi salto de cama se desliza, fría y suave, entre mis hombros mientras camino. Cuando me siento se abre a lado y lado, dejando mis muslos a la vista. No me molesto en arreglarlo. La mirada que Jungkook me dirige me gusta demasiado y no quiero privarme de ello. Cuando veo un periódico sobre la mesa, lo aparto. No quiero ver los titulares.

—Tu madre ha llamado otra vez. —Jungkook me sirve el café y me observa
mientras yo le doy vueltas, distraído—. ¿Vas a evitarla eternamente?

MI ALTEZA II: Mi Unico Rey ~KOOKMIN~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora