EVA.
-Eva!- por fin, por fin vuelvo a escuchar mi nombre con esa voz que tanto echaba de menos.
-hola!- dudo en cómo saludarle, ¿le doy un abrazo? ¿le doy dos besos? al final, es el quién se Lanza a mis brazos, obviamente le correspondo el abrazo.
-me estabas preocupando, ¿estás bien?
-si, bueno no sé, vamos dentro y mejor hablamos allí.
-está bien.
Entramos en el bar, que recuerdos, nosotros siempre solíamos sentarnos en la misma mesa, al lado de la ventana, para mi sorpresa, casi todas las mesas están libres, pero Hugo no duda en ir a "nuestra" mesa.
-que recuerdos.
-ya ves- me respondo un poco seca.
-¿lo de siempre?
Yo asiento con la cabeza, Hugo se levanta y se acerca a la barra, me ha sorprendido que se acuerde de lo que solía pedir.
-Un batido de chocolate sin lactosa para la señorita- sonrio.
-Gracias.
-ahora, ¿que es eso tan urgente?
-......
*HACE TRES AÑOS*
EVA.
Hoy es el día, hoy empieza mi nueva vida, voy a mudarme a Madrid con mi madre, allí acabaré la universidad, estaba estudiando arte dramático en Vigo, pero tendré que terminar en la capital.
El principal motivo de la mudanza, es que mis padres se han divorciado y mi madre ha conocido a alguien, ese alguien, al que todavía desconozco vive en Madrid, y por tanto iremos a su casa, a vivir con él.
Es sábado, en dos días será mi primer día en la nueva universidad, estoy muy nerviosa, ya que no conozco a nadie y al ya haber empezado el curso hace un par de meses, mi única esperanza de hacer amigos que eran los nuevos, ya se habrán incorporado en algún grupo.
Solo me queda rezar por conocer a alguien me digo a mi misma.-EVA! -me grita mi madre.
-¿QUÉ? -no estamos discutiendo ni nada, pero ella se encuentra en la parte baja de la casa.
-mete tus cosas en el coche que nos vamos.
me despido de mi casa, y a continuación cierro la puerta, no me creo que no vaya a volver a entrar, esta casa me ha visto crecer.
Decido preguntarle a mi madre si podemos parar un momento en casa de Laura, mi mejor amiga, ya me he despedido de ella varias veces, pero quiero hacerlo una última.
-mamá, ¿podemos pasar por casa de Lau? -pongo cara de pena intentado convencerla.
-está bien, pero date prisa.
Diez minutos más tarde llegamos a su casa, mi madre me espera en el coche. Llamo al timbre.
-lauuu!
-Eva! ¿Tú no te ibas?
-he venido a despedirme por última vez.
-pero mujer! no lo digas así! en Navidades te juro que voy a tu casa.
-¿pueden llegar ya las Navidades?- grito.
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uno +
Teen Fictiona veces, el destino quiere que existan las segundas oportunidades, pero para ello, igual tiene que aparecer alguien que dé el empujón