1. Máquina del tiempo

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Sentí un peso extra encima del colchón, ya había despertado desde hace unos minutos, pero mis ojos se rehusaban a abrirse, todavía tenía demasiado sueño. Prefería dormitar un poco a rendirme y levantarme de una vez.

—. Levántate.—dijo él con su ronca voz, pude sentir su aliento en mi rostro.

Fingí un quejido molesto y me acurruqué más entre las cobijas sin querer levantarme o siquiera abrir los ojos. Escuché su risa cortamente y después se quedó callado, sabía que seguía ahí, podía sentir su calor todavía sobre la cama. Finalmente abrí los ojos y le vi, su rostro tan cerca del mío se dedicaba a observarme con toda la parsimonia que Min Yoongi tenía para hacer todo.

—. ¿Me has rayado la cara o por qué me miras tanto?—pregunté con una pequeña risa.

Él no rió ante mi pregunta, pero en su lugar negó con la cabeza—. No.—contestó simple—. Sólo quiero mirarte.

Y siguió mirándome. Así que yo también lo hice.

Me dedicaba a pasear mis ojos entre sus mejillas, sus labios rosados, la punta redonda de su nariz y sus pequeños y gatunos ojos. Habían pasado cuatro años desde que había conocido a Min Yoongi en mi trabajo de medio tiempo en una tienda de discos y vinilos. Y tres años y medio habían pasado desde que cruzó el mostrador para robarme un beso y después decirme que de alguna forma eso me había hecho su novia.

Pero no me quejé, porque yo también quería serlo.

Todavía no me podía acostumbrar a verlo despertar a mi lado aunque ya llevásemos casi dos años viviendo juntos. No podía dejar de maravillarme con cada detalle nuevo que descubría de su rostro de porcelana.

—. Bo Won hyung dijo que quería verte.—dijo después de repasar una y otra vez mi rostro escrutinándome con con sus pequeños ojos.

—esta vez sí me quejé en serio—. ¿Otra vez?—pregunté haciendo mi mejor mueca de disgusto—. Es el único adulto que conozco que no está saliendo a bares o buscando trabajo.

—. Dijo que necesitaba tu ayuda.—mencionó levantándose de la cama y rodándome para que me levantara de una vez yo también.

—. Yo hago música, no arreglo cafeteras ni compruebo la relatividad de Einstein con máquinas de las cuales desconozco su mecanismo.—repuse dejándome ser rodada en mi propia cama hasta que casi me caí de esta.—. Yah, ¿Quieres matarme?—me quejé poniéndome de pie finalmente.

—. Ve con él antes de que el pobre colapse.—dijo saliendo de la habitación y dejándome sola para que me cambiase de ropa.

A regañadientes comencé a quitarme mi pijama y colocándome encima la misma ropa que había usado ayer por no querer buscar algo en mi armario, terminaría peleándome conmigo misma y tardaría más. Tendí la cama rápidamente y salí del departamento lo más rápido que pude.

Caminé por la avenida hasta la calle de Bo Won. Había sido mi profesor de física cuando estaba en la carrera, y digo estaba porque a ambos nos expulsaron del colegio al tratar de hacer un cohete para el laboratorio, incendiamos un árbol.
Yo había conseguido un empleo en el conservatorio de música de la ciudad y Bo Won...bueno, él hacía experimentos raros y se mantenía vendiendo electrodomésticos que encontraba en los basureros y arreglaba.

Extrañamente, ante mi situación de vida donde no convivía con personas de mi edad que no fuesen mi novio y sus amigos, Bo Won llegaba a ser mi mejor amigo incluso después de tanto tiempo y la relación que habíamos tenido de alumna y maestro. Realmente nunca la habíamos respetado, Bo Won me susurraba las respuestas durante los exámenes y yo a veces calificaba estos mismos sin tener la menor idea de cómo calificar un examen. Otras de las razones por las que la expulsión y despido de ambos habían sido más que lógicas y bien merecidas.

Desiderata; M.ygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora