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Abro los ojos con suavidad, me muevo, espera.

¿Y la alarma?

Tardo dos segundos en recordar que ayer terminamos el Blake, y sonrío. Creo que no solo por eso, sino por Alex... y lo de anoche. 

Tocan la puerta, yo volteo y veo a papá entrar.

- Buenos días amor.

- Buenos días pa. - me siento en la cama.

- ¿Cómo estás?

- Bien. Una duda, ¿Qué hora es?

- Son casi las diez y cuarenta.

- Me quede re dormida. - digo bromeando.

- Bueno, si. 

- ¿Luna?

- Ya se fue al Roller.

- ¿Qué milagro se levantó tan temprano?

- Está emocionada. 

Asiento.

- ¿Mamá?

- Ha salido, por eso subí a despertarte.  

Sonrío.

- Te re extrañaba pa.

- Sé que ando ocupado, pero ahora me daré más tiempo para poder estar con ustedes. 

- ¿El abuelo?

- Ha salido con tu madre. ¿Tienes hambre?

- Pues creo que si.

- Bueno, te espero abajo, mamá dejó para que fría panqueques.

- ¡Yei! 

- No te demores.

Asiento, él sale y yo me levanto. Abro las cortinas, la luz entra. Me voy al baño a adecentarme y me pongo unos jeans, una blusa negra y bajo en pantuflas.

Papá está en la cocina friendo los panqueques y el olor me lleva con rapidez hacia allí.

- Servido. - me ofrece algunos y me como uno.

- ¡Ricoo!

- ¿Le dirás a tu madre que sé cocinar?

- Yo realmente sé que cocinas, pero no tienes tiempo. 

- Ahora lo consideraré cariño. 

Papá termina de servir el desayuno y sale, diciendo que irá a ver algo en el jardín. 

Termino, lavo todo y subo para ir a buscar mi celular. No volví a soñar con mamá, pero sigo con esa intriga de saber que hay dentro. Que más esconde esta casa. 

Que más Sharon tiene oculto de nosotros.

Entro a mi cuarto y veo que tengo algunos mensajes de Alex. Le contesto diciendo que recién me levanto y que iré al Fundom más tarde. Papá toca la puerta y volteo.

- Hija, tengo que salir, me acaban de llamar diciendo que tengo que ir a recoger unos documentos. - asiento.- ¿Te queda sola? ¿Vienes conmigo?

- Bueno, vamos. No pierdo nada. 

- Te espero en 5 en el auto. 

Él sale, me pongo un par de zapatillas y tomo mi celular para bajar. Voy al baño a lavarme la cara antes de salir, me peino y me hago una cola baja con algunos mechones sueltos por mi cara.

Salgo y subo en el asiento del copiloto, papá va a mi costado. Prende el auto y arranca. 

Yo estoy mirando la ventana, medio distraída. Miro la pulsera en mi muñeca, no puedo evitar sonreír al pensar en Alex.

Dust 》CarmínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora