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Me levanto, no tengo la menor idea de la hora. Me recuesto de nuevo, intento volverme a dormir. 

En vano.

Tomo el celular, en la pantalla se lee la hora. 6:15 am.

¿Cómo estoy despierta tan temprano? Soy un oso de primera, no lo entiendo.

Tras unos minutos me rindo y me levanto, si no puedo dormir no quiero estar arriba sin hacer nada.

Alisto mi ropa y me dirijo al baño a ducharme. Me seco el cabello, me cambio y me pongo unas medias y después las pantuflas. Vuelvo a ponerme el pijama. 

6:30 am.

¿Es que acaso el tiempo pasa más lento?

Sé que no hay nadie despierto ahora, por lo que bajo. Se siente tan raro ser la única en la casa ahora. Me recuerda a Sharon, pero no quiero ponerme nerviosa.

De ella no sabemos más, y confío en que siga así. 

Voy a la cocina, me sirvo un vaso con agua y lo tomo. Lo vuelvo a dejar sobre la mesa y abro la puerta para salir al jardín. Es temprano, si, pero al menos está fresco, no hace mucho calor.

No sé que tengo en la cabeza con los sueños, sé que no soy como mi hermana, pero aquí tiene que haber algo que no me cuadra. Decido ir al almacén. Las puertas están algo trabadas, pero logro abrirlas.

Entro. ¿Hace cuanto no estaba aquí con mi hermana? ¿Un par de semanas tal vez? Recuerdo que papá y el abuelo vinieron a buscar algo, supongo que los palos de golf, pero lo que yo busco espero que esté.

Tengo fotos de mamá, muy lindas con sus amigas y con papá, pero quiero buscar algo suyo más personal. Realmente dudo que lo encuentre aquí, pero no pierdo nada con buscar. 

Hay pilas y pilas de papeles amontonados, y según distingo son facturas o algo, contratos. Sin duda el abuelo había trabajado mucho. Hay algunos baúles con cosas, como marcos de fotos, carteras muy antiguas y empolvadas. 

Mucho polvo. 

Veo cuadros envueltos en plástico, y por el marco noto automáticamente de quien se trata. Sharon tenía retratos suyos por toda la casa, pobre Ámbar, vivir bajo su figura debió ser difícil.

Hay varios, ocupan mayor parte de los bordes donde yo esperaba buscar. Voy por otro lado, es como si fueran caminos limitados por distintas cosas. Veo papeles de nuevo, un sofá viejo y empolvado y bajo este algo que parece una mochila.

Me acerco, agacho y busco tomarlo. Bueno, no es una mochila. Es un... ¿Portafolio? Supongo que así se llama, no recuerdo bien. Es todo marrón, pesa un poco. Paso mi mano para quitar el polvo, estornudo. 

En una esquina se lee L.B. Son las iniciales de mamá. ¿Aquí habrá algo?

Salgo cargando el portafolio, voy a la cocina y busco un trapo para limpiarlo.

- ¿Carmín?

- Buenos días ma.

- ¿Qué haces despierta tan temprano amor? - me abraza, le imito.

- No podía dormir, fui a buscar algo de Lili.

Asiente. - ¿Por tus sueños? - Asiento.

- Hay algo que no me cuadra, enserio. Pero no sé que es. Encontré esto, según yo es de Lili por sus iniciales. - señalo el borde. - espero encontrar algo.

- ¿Algo como qué?

- No sé. Alguna carta, diario.

- Seguro que si amor, y si no encuentras, hablamos con el señor Alfredo. Seguro sabe donde está las cosas de Lili. 

Dust 》CarmínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora