¡Al fin lunes!- pensé mientras el despertador retumbaba en mis oídos y me estiraba para levantarme de la cama. Extrañamente las Jolies aún no llegaban al instituto pero no le tomé demasiada importancia y me preparé como cualquier día de escuela; con el horrendo uniforme escolar. Cuando pasaron al a revisión ya estaba lista y dispuesta para ir a clases.
Inexplicablemente, mi humor había cambiado recientemente. Me sentía más alegre y renovada… Estaba insegura de si Caleb tenía algo que ver al respecto con ello, el que se hubiera cruzado en mi vida era una buena noticia de ser así. Respiré hondo y me dispuse a caminar por el largo pasillo que me dirigía a las escaleras. Ya en el primer piso, atravesé uno que otro pilar hasta llegar a la facultad, ahora podía percibir todo con un aire diferente. Me adentré en el aula y estuve concentrada en las clases completamente, bueno, acepto que de un momento a otro el recuerdo de Caleb me invadía la mente distrayéndome un poco.
Al sonar el timbre para el desayuno, salí rápidamente esperando encontrarlo por algún pasillo o espacio separado de la multitud pero como no fue así, tomé una charola y me formé en la larga fila de la cafetería para tomar el desayuno. Al salir de la hilera de gente al fin, Caleb me sorprendió con un beso en la mejilla a lo cual mi primera reacción fue sonreír como boba pero después volteé a todos lados por si alguna de las prefectas había podido verlo.
Sentí alivio al darme cuenta de que no fue así. Caminamos hasta la mesa en la que siempre me sentaba y me hizo compañía durante todo ese tiempo. La mayoría de las chicas que estaban en la cafetería volteaban a vernos y hacían comentarios confusos acerca de nosotros dos, lo chicos simplemente no le tomaban mucha importancia.
Cuando terminó el break sentí pesadumbre por dejarlo partir a las últimas clases, era obvio que no podríamos estar juntos todo el tiempo pero la duración del desayuno era demasiado corta… Me hizo prometer que nos veríamos en la biblioteca, y creo que no me hice mucho del rogar.
Una vez llegado el tiempo de descanso, justo como lo acordado me dirigí hacia la librería para verle.
Al ver que Caleb aún no había llegado, me puse a vagar entre las estanterías para disimular un poco y comencé a hojear uno que otro libro. Repentinamente, una voz comenzó a susurrar siseos logrando asustarme un poco así que volteé a todos lados hasta que escuché una vez más el mismo murmullo. A la vuelta del pasillo vi nuevamente a la chica gótica que me había dejado intrigada la última vez como todo ese asunto de Serena, me acerqué lentamente a ella ya que no sabía si podía confiar mucho en ella.
Una vez ya estando frente a la chica, noté que tenía ligeramente hinchado uno de los pómulos pero no me atreví a preguntarle qué era lo que le había ocurrido.
-Creo que tenemos una plática pendiente- Dijo acercándose a mí.
-Sí, lo sé. Ya no te había vuelto a ver…
-Tranquila,- me interrumpió- no tenemos prisa. Pero dime, ¿Estás saliendo con Caleb?
-No, bueno… No lo sé
-Bah, si te gusta no soy a quién se lo deberías ocultar- Dijo revisando entre los estantes asegurándose de que nadie nos estuviera escuchando- De quién deberías esconderlo es de las Jolies, o tendrás serios problemas con ellas.
-¿Problemas?- Pregunté titubeante- ¿Por qué?
-Como que eres muy preguntona…- contestó como dispuesta a hablar pero se dio cuenta de que Caleb venía hacia nosotras- te buscan – dijo apuntándolo con la mirada mientras caminaba en reversa
-Hey, ¿Cómo te llamas?- le pregunté antes de que desapareciera del todo.
-Milena…
***
-Hola- saludó cordialmente Caleb dándome un beso en la mejilla que me causó un hormigueo en el estómago.
-Tardaste mucho, ¿no crees?- Reclamé entre juegos.
-Creo que alguien me ha extrañado demasiado- contestó emanando una sonrisa coqueta.
-Tal vez solo un poco- dije con recelo y alzando el cuello.
Ambos nos sentamos en un rincón de la biblioteca que literalmente se había quedado vacía, comenzó a contarme las estrofas que más le gustaban de sus libros favoritos. Intenté ponerle la atención necesaria, pero el observarle detenidamente me hacía perder la noción de lo que hablaba. De pronto sentí como la sangre se me volvía agua, andaba más deprisa por todo el cuerpo y el corazón me latía a mil. Había sucedido, me había enamorado.
Espoleé la vista y me dije: - No te precipites, deja todo al tiempo.
En ese momento sonó el campanal marcando que el tiempo libre había llegado a su fin, me despedí de Caleb sin quererlo dejar ir del todo y guardando en mi memoria ese momento.
Al llegar a la habitación, noté que las cosas de las Jolies ya estaban sobre sus camas. Una sensación de calosfríos apagó mi sentimiento de felicidad anterior llevándolo a ser frío e intranquilo. Me alisté para recostarme y hacer mis deberes hasta que me quedé dormida.
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PODRÍAS SER TÚ ♥[editando]
Novela Juvenil2da Parte de Sabía que eras tú. Después de su dramático desenlace en Sabía que eras tú, Asura es enviada a Londres a un internado con la esperanza de que deje atrás una parte de su pasado; su primer amor. Más un recuerdo tan intenso no se desvanece...