5. Día de condiciones

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La clase de algebra estaba demasiado aburrida como para prestarle interés, tanto que entre bostezo y bostezo la profesora descubrió mi desánimo y ordenó que pasara al pizarrón a manera de castigo para resolver unos cuantos ejercicios, por esa ocasión salí victoriosa por ya haber visto esa clase en mi antigua escuela y pude darme cuenta de la irritada mirada de la maestra por no poder mandarme a la dirección con un reporte. Unos minutos más tarde sonó el timbre para salir a desayunar y todos se alborotaron alegremente recogiendo sus útiles y saliendo por la puerta hacia la cafetería.

Por lo regular, el receso era el único momento en el que chicos y chicas podíamos mezclarnos en el comedor. Claro, con la respectiva vigilancia. Con la novedad de que estaban prohibidos los noviazgos la cercanía era estrictamente no menos de medio metro, no había tolerancia si te pillaban besándole la mejilla a alguien y que decir de un beso en los labios, eso seguro era expulsión absoluta.

-Pero, ¿Por qué tan solita?- Se acercó a mí Caleb con una sonrisita de oreja a oreja.

-Creo que no es de tu incumbencia- Le contesté crispada.

-Huy…-Comentó- Sólo quería ser amigable, pero veo que estás bastante amargadita hoy. Hace dos noches me muestras tu sexy pijama, la noche anterior duermes en mi cama y hoy… ¿Estás rechazándome? Acaso, ¿Ya no me amas?- Aparentó una cara afligida.   

-¡Hey!- Le alcé la voz y después susurré – Cállate. Alguien puede escuchar y pensar que eso es cierto- Miré a todos lados pero las góticas que no quitaban sus miradas en nosotros pudieron escucharlo todo.  

-¿Y no es cierto?- Preguntó, a lo que respondí con una cara irrebatible.- Ok, Ok- Prosiguió- Ya no diré nada más con una condición…

-¿Qué quieres?-Dije encrespada y rodando los ojos.

-A la hora del descanso, nos vemos en la biblioteca… ¿Está bien?

-¿Ordenas o preguntas?- Contesté con ingenio.

Me observó con galanteo y dijo: - Te ordeno.

***

Al llegar el tiempo de descanso me preparé para ir a la biblioteca justo como Caleb lo había pedido. Quería salir a hurtadillas antes de la llegada de las Jolies a la habitación y tuvieran noción de en dónde estaba pero mi plan no fue tan perfecto al tardarme un poco más de lo esperado buscando unos zapatos que le combinaran a mi ropa, justo en la puerta me vi atrapada por las tres chicas que sonreían sin ton ni son.

Mi cara se puso pálida y rígida al escuchar que Serena preguntó a dónde me dirigía.

-¿Yo?- Pregunté sobrecogida.

-Sí, ¿Ves a alguien más aquí?- Insistió con una sonrisa escalofriante.

- A la biblioteca- Contesté titubeando

-Vaya, ¿Y por qué tan nerviosa?

-¿Nerviosa?... ¿Yo? ¡Para nada! ¿Ves a alguien nerviosa?

-Que bien, por un momento llegué a pensar que irías al bosque… Eso está más que prohibido, ya lo sabías ¿No?

Si anteriormente estaba pálida, con su comentario irónico me volví transparente como fantasma ¿Ella sabía lo del bosque? ¿Cómo pudo saberlo? ¡Era una bruja desquiciada!

-Eso es una locura, solo he salido al bosque el día del no cumpleaños de Terrence…

-Ah, es que imaginé verte salir de la habitación la otra noche… Y por ahí corren varios rumores, pero bueno, creo que es mi imaginación.

-¿Rumores? ¿De qué se tratan Serena?- Pregunté intrigada.

-Bueno, es solo uno que te perjudica del todo por ahora- Hizo una pausa para tragar saliva y continuó- escuché que Caleb se encontró con una chica el mismo día que creí verte salir de la habitación, ¿puedes creerlo? Es una mala coincidencia o ¿Me equivoco?

-Bueno, si… En realidad es una mala coincidencia. No era yo- Aseguré sin preámbulos.

-¡Menos mal!- Dijo cambiando su tono de voz a apacible y dulce como de costumbre-  Entonces como les decía, necesito saber que me pondré para este fin de semana, saldré con mis primos y me encantaría algo como… ¡Eso!-Habló señalando mi gabardina negra que colgaba del sillón junto a la ventana.- ¿Me lo pasas, por favor?

Me regresé al centro de la habitación y tomé el abrigo para dárselo. Una vez que lo hice comenzó a probárselo, se contempló varios minutos en el espejo dejando un silencio incómodo y después comenzó a oler por todos lados. Romina le preguntó que ocurría y entonces Serena se detuvo.

-No, nada. Solo creí, debo estar loca.- Terminó de decir y entonces di un suspiro de alivio.

***

Se había hecho tarde y no pude ir a la biblioteca como lo tenía pensado, sentí en que si salía con ellas ahí pegadas a mi lado podían seguirme y verme con Caleb… Y aunque no era nada malo el hecho de ir a la biblioteca por petición de un amigo, me causaba calosfríos solo de pensar en las terroríficas expresiones de Serena al interrogarme. Era peor que estar una noche entera en casa en AHH.

Cuando ya había caído la noche y todo estaba tremendamente oscuro, aproveché que las prefectas ya habían hecho la revisión y las Jolies se encontraban más dormidas que un tronco. Salí a toda prisa de la habitación y me escabullí por los pasillos de ambas divisiones para llegar a la habitación de los Kenzo. En cuanto toqué la habitación esta se abrió.

-¿Qué haces aquí? ¡Alguien puede verte!- Dijo Terrence en tono serio.

-Vine a ver  Caleb…

-Ah, él dijo que si venías a buscarlo dijéramos que no quería verte… Lo siento.

-El que lo va sentir es el, por qué tendrá que hacerlo.

Me adentré en la habitación empujando la puerta y abriéndome paso entre Terry. Caminé por un pasillo hasta llegar a otra habitación y ahí estaba el junto a Michelle. Lo miré fijamente hasta el sofá en el que estaba sentado jugando videojuegos y entonces le hablé casi a gritos.

-Se puede saber ¿Por qué no querías que me dejaran pasar?- Pregunté confundida- ¿Qué no me querías ver en la biblioteca?

Michelle paró el juego y se levantó de su lugar rápidamente, Caleb volteó a verme en cuanto escucho mi voz pero se quedó inmóvil unos segundos.

-¿Y te parece que aquí es la biblioteca?- Dijo al fin.

-Pues no… Pero no pude ir, tuve que… - Titubeé

-¿Qué? ¿Cosas que hacer?- Dijo sarcásticamente interrumpiéndome y se levantó de su asiento para acercarse a mí- No es como si tuvieras muchas actividades importantes que hacer en tu habitación… O ¿Si?

-Lo sé, no… Pero, ¿Para qué me querías?

-Ya, para nada.

-Mira Caleb, lo siento si… Me fue imposible acudir a nuestra cita, pero si es todo, entonces me voy.

Di la vuelta y entonces Caleb me tomó por el brazo inmutablemente, lo miré por encima del hombro y entonces dijo- Esta bien, te disculpo… Con una condición

-¿A caso contigo siempre hay una condición?- Dije sulfurada.

-Hey, aquí el ofendido soy yo. A demás, por algo has venido ¿Qué no?

Rodé los ojos y asentí con el rostro no queriendo ceder.

-Saldrás conmigo mañana por la noche. 

PODRÍAS SER TÚ ♥[editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora