—¿Por qué tienes que ir?
—Quiero verlo personalmente, sabes cómo es esto.
—¿Y si te sucede algo?
—No sería la primera vez. Volveré.
Depositó un beso en la frente del contrario, luego le dedicó un "te quiero" para posteriormente salir de aquella habitación donde dejó al chico al borde de las lágrimas, susurrando un "yo te quiero más, cuídate".
El chico se dirigió a su habitación a rezarle a quien le escuchara, pedía porque su hermano regresara con vida y que nada malo le sucediera. Era lo mismo cada que él salía a afrontar el peligro, aquel peligro que sólo traía preocupación y más desgracias.
Por parte del contrario era todo lo opuesto, su sonrisa era enorme, deseaba aquel día donde vería la cara de aquel infeliz. Había hecho investigaciones y encontró el lugar donde ese ser estaría, llegaría y se las cobraría.
El grupo de hombres a su mando estaban ya listos esperándolo fuera de aquella mansión rodeada de más seguridad, por ningún motivo dejaría a su hermano solo y desprotegido, es su tesoro, su única familia, a la única persona que ama, la única persona por la cuál se preocupa. Las órdenes eran claras, muerte para cualquiera que siquiera intente algo que ponga en riesgo su vida.
Su arma y todo lo necesario estaba preparado, con un asentamiento de cabeza informó que era hora de emprender camino, cuatro camionetas blindadas se dirigían a un sólo destino, todas repletas de hombres armados y dispuestos a todo, y sólo en una de ellas se encontraba un chico, el cual sólo ansiaba este día y darle fin a una pieza del rompecabezas.
—¿Estás listo?
—Siempre lo estoy y lo sabes.
—No debiste venir. Puedo con todo y luego informarte como siempre.
—Sabes que hay excepciones y esta es una de ellas.
—Sí, pero...
—Nada, cierra la boca y concéntrate.
—Sí, señor.
El silencio reinó de nuevo en el interior de aquella camioneta, nadie se atrevía a alzarle la voz, ni siquiera él. A pesar de verse como un chico frágil, no lo era, sabía usar su voz y mando, así como también su belleza y vaya belleza que era. No era alguien de presumir y no lo hacía, recibía muchos halagos y todos eran basura para él, la belleza no importaba si no eres capaz de ver y apreciar la esencia de la persona, eso se decía.
El recorrido se estaba siendo tedioso, deseaba llegar a aquel lugar y cobrarse de una vez por todas su venganza, no le importaba nada más, ni su vida, todo con tal de llegar a aquel hombre y verlo suplicar como tanto deseó que él lo hiciera, pero ni estando en agonía lo logró y ni lo lograría. Había tocado a su tesoro y... nadie se mete con su tesoro, más si ese tesoro lleva su sangre.
Llegaron y con mucho sigilo se bajaron, todos en alerta ante cualquier cosa. El grupo de la camioneta donde él se dirigía siempre se quedó a su lado, rodeándolo y "protegiéndolo" de cualquier peligro. Sabía defenderse y obviamente sabía como usar un arma, pero si lo hieren o atacan desprevenido, de nada servía su aprendizaje.
—Sabes qué hacer, da la orden. Yo sólo quiero el plato principal.
—Ok. —Respondió y empezó a indicar. El primer movimiento se llevó a cabo.
Se dividieron para entrar en aquella casa y su grupo iba de frente, no era temerario y le gustaba enfrentar las cosas a su manera. Todo en aquel lugar era silencio, entre más se acercaban, cadáveres se apreciaban en aquel lugar, sangre había de un lado a otro y aquel silencio sepulcral que no le gustaba para nada.

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Blue and Grey |VKook|
FanfictionCrecer en un entorno político quizás no estaría tan mal si ese entorno no estuviera lleno de corrupción. JungKook aprende a la mala que es un mundo cruel que tiene a mucha gente vestida de oveja cuando son unos lobos. Lo que se esconde tras el telón...