Capitulo 31

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Narra Alexa

Llegamos al hotel donde nos quedaríamos estos días, es muy grande y lujoso, solamente ver el candeladro que estaba colgado en el techo sabía que costaba mas que todos mis salarios juntos, llegamos a recepción, donde una mujer nos atendió, yo solamente iba tomada de la mano de Derek, era cierto que Kiara se había encargado de todo, ya que estaban subiendo unas maletas que yo ni siquiera había visto.

- ven vamos arriba - me jalo de la mano y fuimos al ascensor.

- esto parece un sueño - le dije mientras el ascensor se movía.

- no Alexa, esto es el paraíso - me respondió besando mi mano.

El me parecía perfecto, como pase tanto tiempo a su lado, sin darme cuenta que el estaba frente a mí, siempre estuvo frente a mí.

Las puertas del ascensor se abrieron llevándonos directamente hasta una habitación que bien podría ser un departamento entero, al momento de entrar había un camino de petalos de rosas que llegaba hasta la enorme cama del fondo, había una puerta de vidrio que supongo daría vista a algun lugar, así que fuí directamente allí, corriendo como una niña pequeña hacia el balcón, que dejaba apreciar una brisa del viento y el enorme mar azul frente a mí.

Derek llego se paro detrás de  mí, observando la vista, con la luna haciendose presente en el cielo, dejando ver las primeras estrellas de la noche, se paro frente a mí y me incline un poco para besar sus labios.

- ya estan todas las malestas aquí - dijo el hombre encargado de subir las maletas, nos separamos y fuimos hacia el.

Derek le dio una propina al hombre por su trabajo - si necesitan algo más informenos, estamos para serviles señor y señora Bronw - el desapareció por las puertas del ascensor.

Se me erizaba la piel al escuchar el famoso "señora Brown" es un tanto extraño, pero se oye tan bien, la señora Brown, es gracioso si lo piensas, nu en mis más locos sueños me imagine ser la esposa de mi jefe.

- ¿de que te ríes? - pregunto con su encantadora sonrisa.

- señora Brown - le conteste con una sonrisa.

- sí, ahora eres la señora Brown, mi esposa, y debo decir que es una mujer encantadora - se acerco a mí mirandome directo a los ojos.

Acarició mi mejilla con su dedo pulgar, y con tan solo su tacto cerre los ojos disfrutando esa caricia, solo un par de segundos después me beso, tan dulce y tan despacio, que mi piel se erizo por completo.

- Al fin eres mía - solamente dijo eso y me siguió besando, era ahora, este es el momento.

Sus labios pasaron de mis labios a mi cuello, haciendo que un leve gemido saliera de mi garganta, sus labios recorrían cada espacio de piel que encontraban a su paso.

Se separo un poco de mi y quite mi velo de novia dejandolo caer al suelo con su mirada sobre mí, se acerco y me giro con sus manos, las paso por mi espalda haciendo que una corriente eléctrica recorriera mi espina dorsal, empezo a quitar cada botón del vestido, uno por uno, no parecía tener prisa, mientras cada vez que quitaba uno la llema de sus dedos rozaba mi piel, tan solo su tacto se sentía tan bien, hasta que llego al último y el vestido calló al suelo, parece que la lencería funciona en él, su mirada se obscurecio.

Levante mis pies para salir completamente del vestido, me acerque a el y quite la chaqueta de su traje negro y la tire a un lado, lo mire a los ojos y empezé a quitar los botones de su camisa blanca, deslizandola por sus brazos, hasta dejarla caer, el me beso de una forma tan apasionada que mis piernas temblaron un poco, levanto mis piernas haciendome enrrollarlas alrededor de su torso desnudo, empezo a caminar conmigo hasta llegar a la cama, cuando me acostó senti los petalos de rosa en mi piel.

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