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6 meses después...

 HyungWon cerró los ojos por unos segundo, disfrutando del agua caliente que corría por cada parte de su cuerpo.

Dolor 

Esa era la única palabra que  podía definir los primeros meses luego de su último intento de suicidio. Jamás volvió a su departamento, en cuanto tuvo dado de alta del hospital, HoSeok le llevó a vivir con él. No se opuso, sabía que no tenía opción, pero allí empezó la verdadera tortura. No puerta cerradas, no cosas filosas, no comer a escondidas, ni siquiera podía ir al baño sin que le controlasen. HoSeok se aseguraba de que, al menos tres veces por día, ambos se sentasen en la mesa y ninguno podía levantarse hasta que los platos quedaran vacíos. También se encargó de sus porciones, HyungWon podía elegir qué ponía en su plato, pero no la cantidad. De la soledad absoluta pasó aún control constante, y más de un día colapsó ante tanta presión. Muchas fueron las veces donde una cena terminó en gritos y llantos, pero él siempre estuvo para abrazarlo cuando la ira desaparecía y la culpa le atacaba. Le fue muy difícil entender que todo lo que hacía HoSeok no eran en su contra, sino para ayudarlo. 

Distracción

 Distraerse para no dañarse, distraerse para poder dormir por las noches, distraerse para poder pensar con claridad. Más allá de la terapia, HoSeok siempre tenía algo para mantenerle entretenerle y no pasara todo el día encerrado mientras él trabajaba. "Los chicos necesitan ayuda en el bar ¿Por qué no vas a darles una mano? Ellos quieren verte" "No tengo tiempo para hacer estos trámites. ¿Puedes hacerlos por mí?" "Vamos a caminar, está muy lindo el día" "Escuché que en la biblioteca hay nuevos libros, seguro hay alguno interesante". Resultó irritante en un principio, luego se transformó en su día a día. Cuando estuvo tirado en lo más profundo de un pozo, HoSeok le obligó a levantarse sin importarle su opinión; y quizás por eso ahora estaba un poco más cerca de salir con cada paso que daba. Con el correr de los meses, HoSeok dejó de organizar planes ya que HyungWon empezó a hacerlo. "Voy a la biblioteca" se volvió su frase más dicha. Por error descubrió lo interesante que podía ser la psicología humana, y devorarse libros enteros sobre el tema se convirtió en una rutina que le gustaba llevar. ¿Por qué actuamos como actuamos? Quería entenderlo todo, y sobre todo quería ayudar a las personas. Un día, la idea de estudiar la carrera en la universidad se fijó en su cabeza. Aún era joven y debía empezar de nuevo, pero un pequeño problema casi le derrumba su ilusión. 

 No tenía nada en la ciudad, mucho menos un trabajo. No iba a permitir que HoSeok también cargara con ese peso. Si él quería hacerlo, él se encargaría de conseguirlo. No obstante, los días pasaron y la idea de estudiar se alejaba. No sabía hacer nada, su currículum estaba vacío y volver al modelaje estaba totalmente prohibido. Sus pocos ánimos cayeron, y el mayor lo notó al instante. Durante una cena logró confesarle sus penas, y fue la mejor decisión que pudo haber tomado. Al día siguiente ya tenía un puesto asegurado en el bar de MinHyuk y KiHyun, trabajo al cual se negó en un principio. Estaba seguro de que solo lo hacían por favor a su amigo, no porque HyungWon lo mereciera. Sin embargo, luego de una larga charla entre los tres, sin HoSeok de por medio, aceptó trabajar dos semanas a modo de prueba, y luego se tomaría una decisión. Ahora llevaba un par de meses trabajando con ellos, esforzándose cuanto podía por hacer que la confianza que KiHyun y MinHyuk habían puesto en él no flaqueara. El próximo año se inscribiría a la universidad para comenzar con su carrera. No podía evitar sonreír al pensar en ello, era agradable tener un objetivo, algo propio por lo que seguir.

 Al escuchar el timbre de la entrada, se apresuró a cerrar el agua. Ese día era su cumpleaños y lo festejarían entre los cuatro. HyungWon se vistió con su ropa favorita, aquello le hacía sentir un poco mejor. Todavía le costaba no esquivar la mirada de su reflejo, de su cuerpo, mas debía enfrentarse a ello. Sabía que faltaba un largo camino para aceptarse y quererse, pero ya no se odiaba tanto. Sentía que estaba yendo en la dirección correcta. Cuando salió del baño, tres pares de ojos cayeron sobre él al instante.

Perfección // 2wonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora