MÁSCARAS [ bokuaka ][✔]

- LA TORMENTA -

Akaashi volvió a entrar para buscarlo a él, el chico que le había robado todos sus suspiros y sonrisas, aquel por el cual cayó como un bobo y del cual se enamoró perdidamente. En nada iba a sonar su canción, aquella con la cual se conocieron, había tenido la valentía de subir y pedirle al dj que la agregara a la fila, haría todo por que aquella noche sea memorable para ambos, tenía planeado decirle lo mucho que lo amaba y lo admiraba, que quería quedarse a su lado cuantos años les fueran capaces, y que conocerlo fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.

Tenía planeado proponerle que se fueran a vivir juntos, solo ellos dos como tantas veces habían hablado entre besos. A pesar de ya estar saliendo hace casi dos años nunca había sido tan sincero, siempre intentó mostrarse frío para no volver a salir lastimado, pero no quería reprimirse más. Hoy era el día, el día en que todo cambiaría.

Y vaya que lo hizo.

Los primeros acordes del piano empezaron a sonar, y pudo reconocer la canción de inmediato, era el momento, y seguía sin encontrar a Bokuto. Aakaashi empezó a buscar con más desesperación y nervios que antes, planeaba decirle todo segundos antes de terminar la canción, mientras bailaban el lento que habían prometido, tenía todo planeado desde hacía tiempo. Había mucha gente y el alcohol empezaba a hacer efecto, cada vez estaba más nervioso de no llegar a tiempo. Muchos trajes, casi todos iguales, muchas personas con distintos olores, muchas máscaras blancas y negras, algunas pocas de colores, era imposible encontrar a alguien en medio de tal caos y el mareo no ayudaba.

Pero estaba seguro de que lo encontraría, nada ni nadie podría arruinarle esta noche. Sabía que estando cerca lo reconocería de inmediato, después de todo es su primer amor, ¿cómo podría no reconocerlo?

Subió a la segunda planta corriendo, esquivando a la gente que bailaba y tropezaba, y lo vio. Primero reconoció sus zapatos, los fueron a comprar juntos para que combinen y hacer esas cosas cursis de parejas que todos hacen. Después reconoció sus brazos, sus fuertes brazos... pensamientos subidos de tono se le vinieron a la cabeza. Cuando levantó la vista ya no había duda, la máscara negra que tenía cubría solamente la mitad superior de su cara, a pesar de eso pudo ver sus ojos brillantes en los que tantas veces se había perdido. No pudo evitar mirar sus labios, el corazón lo sentía en la cabeza, las manos empezaron a sudarle de los nervios pero no podía perder más tiempo.

Akaashi decidió dar el primer paso juntando todo el coraje que le fue posible, pero se detuvo inmediatamente al ver a Bokuto con otro chico; se empezó a sentir fuera de lugar y sucio, como si estuviese observando algo que no debía. Se escondió detrás de un joven y se quedó observando. El chico era alto, las luces del boliche y el alcohol hacían que reconocer a alguien se volviera cien veces más complicado, lo único que logró ver fue su mentón marcado y sus zapatos negros con una hebilla dorada que le recordaba a algo.

Ya los había visto.

Se sintió más seguro y sin sospechas dio un paso al costado y decidió encarar la situación dado que su canción ya iba por la mitad, y no podía esperar a que termine.

Fue ahí cuando su mundo se derrumbó.

El chico de la hebilla dorada tomó a Bokuto por la barbilla y en un parpadeo juntó los labios con los suyos. Akaashi no creía lo que tenía en frente, se convenció de que veía mal por lo lejos que estaba y por el hombre que tapaba su visión, pero una vez el hombre se movió no quedaron dudas. Akaashi se quedó congelado, sus extremidades no respondían y la boca se le secó de golpe, no podía voltearse ni dejar de mirar por mucho que quisiera. La escena que ocurría a pocos metros de él tomaba vida en su cabeza.

Las piernas empezaron a temblarle y el mundo empezó a darle vueltas, mezcla del dolor y el alcohol. La traición, los celos, el engaño, todo llegó de golpe para clavársele en el pecho como una puñalada. Las lágrimas empezaron a caerle sin permiso, y la imagen de los dos chicos besándose se volvió borrosa y lo devolvió a la realidad, cosa que agradeció, no soportaba un segundo más viendo esa escena. Había tomado la decisión de darse media vuelta y volverse cuando Bokuto lo vio.