- DENSA SOLEDAD -

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Akaashi llegó a su departamento mojado y helado hasta los huesos, pero no podía sentirlo, nada podría dolerle más que el recuerdo de su novio y ese chico besándose.

Bueno, él ya no lo consideraba su novio, no lo consideraba nada, solo quería olvidarse de él y de la espantosa y deprimente noche que lo perseguía fuese a donde fuese.

Abrió la puerta torpemente, las lágrimas le nublaban la vista y la mano le temblaba mezcla del frío y el dolor. El agua helada de la lluvia se había llevado la borrachera y la poca felicidad que le quedaba. Akaashi vivía solo en ese pequeño apartamento hacía ya unos largos meses, y no había nada que le pusiera más incómodo y ansioso que la soledad, cualquier tipo de soledad; una de las razones por las cuales quería irse a vivir con Bokuto. Pensar en eso lo deprimió aún más y agarró el último vino que le quedaba en el refrigerador. Akaashi no estaba acostumbrado a tomar y las pocas veces que lo hacía terminaba de la peor manera, pero ¿qué otra cosa podría salir mal esa noche?.

Masoquista como él solo, Akaashi se sentó en el piso de su solitario apartamento que ahora le parecía el triple de grande, y se puso a ver fotos del chico al que tanto amaba. Recuerdos, risas, noches en vela, su primer beso, la primera vez que durmieron juntos, la vez que lo ayudó a pasar su exámen, todo tipo de recuerdos se le volvían una y otra vez para torturarlo en la densa oscuridad.

___***___

La música sonaba demasiado fuerte y la culpa no lo dejaba pensar. Bokuto estaba sentado con su grupo de amigos alrededor intentando controlarlo y calmarlo. Estaban todos menos Kenma que se había llevado a Kuroo afuera para tranquilizarlo. El dolor que sentía en el pecho era mucho más fuerte del de las heridas que tenía por todo el cuerpo. Había roto el espejo del baño dejando un rastro de sangre en la pared, y pequeños vidrios se le habían clavado en los puños. Oikawa intentaba sacarle lentamente los trozos de vidrio con una pequeña pinza.

— Boku, deja de moverte, te va a doler — Oikawa lo miraba apenado, nadie sabía bien qué había pasado, nadie había visto la escena desde el principio, todos estaban en distintos lugares cuando sucedió.

Con la otra mano Bokuto agarró una botella a medio beber que había en la mesa de al lado y empezó a dar largos tragos. Intentaba pensar maneras de arreglar las cosas, pero el alcohol se lo complicaba y a cada segundo le volvía el recuerdo del rostro de Akaashi cuando lo vio con ese chico. Sus ojos llorosos, sus labios temblorosos. El dolor en su cara era palpable, nunca lo había visto de esa manera, y era todo su culpa. Dio otro golpe al piso mientras maldecía.

La cabeza de Bokuto iba a mil, y el corazón le latía tan fuerte que podía sentirlo en cada parte de su cuerpo, le golpeaba como si quisiese salir e ir a buscar al amor de su vida, explicarle todo lo que había pasado y solucionar las cosas. Ir a buscarlo... Bokuto sonrió para sus adentros por la idea que acababa de tener, era su última esperanza, rezaba porque todo resultase como sus planes.

Se levantó de golpe retirando bruscamente la mano que Oikawa le estaba intentando curar y se le iluminaron los ojos. Juntó valor, agarró otra cerveza, se la bajó de un trago y se decidió a salir por la puerta.

— Bokuto ¿¡A dónde vas?! — gritó Hinata desde su posición, viendo como el bicolor se marchaba entre tambaleos.

— A solucionar las cosas como debería haber hecho desde el principio — salió por la puerta dejando a todos perplejos, y no volvió a mirar atrás.

— A solucionar las cosas como debería haber hecho desde el principio — salió por la puerta dejando a todos perplejos, y no volvió a mirar atrás

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MÁSCARAS [ bokuaka ][✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora