LUCIFER

CAPÍTULO 9

*ADVERTENCIA*
Hay contenido que podría llegar a ser ofensivo a la religión y a sus creencias, de antemano gracias.

En el principio todo estaba obscuro al rededor de ÉL. Se encontraba solo en el vacío y se agobio. Y aplaudió.

Fue el aplauso más poderoso que había hecho es su majestuosidad. Poco a poco todo fue iluminandose. Explosión tras explosión el universo se creó, pintando de luz y colores al rededor. Poco a poco ÉL, moldeo gases y minerales creando planetas algunos grandes, otros pequeños y otos sólo eran conjunto de gases que iluminaban formando bellas obras.

No fue suficiente.

Tomó un poco de todo lo maravilloso y perfecto que hasta el momento había echo y creo a su primer angel, pero no cualquier ángel.

Era un serafín uno con la piel morena, ojos rasgados, espalda ancha, músculos fuertes en todo su cuerpo, labios abultados pero finos, nariz pequeña y acorde a su perfecto rostro además de una altura más que perfecta.

Lo llamó Lucifer, que asemejaba a una estrella, la primera que se pudiera ver desde lo más recóndito del universo hasta llegar a iluminar lo más cerca. Era el ser angelical más perfecto y hermoso que había creado. Intentó hacer otro que saliera igual pero no fue así. De todas sus creaciones ninguno salió igual que su Lucifer. Su padre le había dado hermanos y hermanas, le dio a Yekun* su hermano y mejor amigo por el cual estaba agradecido. Además le dio como primer ángel creado, el poder de organizar a los demás ángeles. Eran felices.

Al poco tiempo Dios aviso a Lucifer que habia creado a Miguel, hermoso como todos sus demás ángeles, perfectos. Lucifer estaba emocionado. El había puesto todo el amor y atención hacia él, su hermano menor más amado. Lucifer fue encargado por el mismo Dios las artes y la música para su gloria y él agradecido sugirió a su padre a su hermano Miguel para comandar a sus ángeles guerreros. Todos los días había un maravilloso coro dirigido por el primer ángel para su padre. Todo en el cielo era perfecto

Un día, Dios creó las almas, pequeños fragmentos luminosos que había creado para depositar en cuerpos en un planeta en especial, dándoles un pequeño destello de cómo se verían ya en sus cuerpos.

Lucifer conoció a un alma curiosa y vital de la cual se fue encariñado pues está había tenido un apego fuera de lo normal. Había dejado de pasar tiempo con su hermano menor Miguel y más tiempo con esa simple alma.

Dios tomó la sugerencia de su hijo, y puso a Miguel a cargo de todo su amplio ejército. Miguel había conseguido amigos y poco a poco fue distanciandose más de Lucifer. Pero este último no lo veía mal, pues su hermano más amado sería colocado como principal frente a muchos, así como él.

Cada vez, Lucifer pasaba más tiempo con esa alma hasta que se enamoro, el sentimiento era mutuo, sabía que los ángeles eran como esas almas con libre albedrío, pero con la diferencia de saber distinguir entre él bien y el mal.

Pronto en un arranque de enojo, Miguel levantó el primer falso contra su mayor y corrió a decirle a su padre que lucifer, su amado primogénito celestial lo había ignorado, Dios lo dejó pasar pues sabía que su amado ángel no despegaba su atención de tan bellas obras musicales hasta haberlas terminado.

Indignado fue a buscarlo y se encontró con Lucifer abrazando muy cariñoso a un alma de cabellera castaña que desprendía una bella luz y sintió celos por que había algo más que quitaba la atención de su amado hermano de él.

Los entrenamiento eran más constantes y cansados para Miguel, pero todo era mejor con sus amigos, Gabriel era el primero entre todos ellos seguidos de Uriel, Rafael, Jegudiel, Sealtiel, y Barachiel. Estos eran inseparables y cada uno habilidoso en sus áreas. Todos sabían del primer ángel creado por Dios y le tenían el mismo respeto que a ÉL.