-De verdad me gustas. - fue la frase que se repetía en la cabeza de Jin mientras que a Namjoon le vibraban los labios al haberlo mencionado.
Ninguno de los dos se explicaba la intensidad de cada sensación y sentimientos que le provocaba el contrario, se habían conocido por la mañana y por la noche ya estaban brotando tales emociones.
Fue un poco vergonzoso ver esos ojos negros que tenía frente a él, el silencio de segundos fue eterno solo porque ninguno de los dos sabía que decir, así que después de pasados cinco minutos, a Jin le seguía carcomiendo la curiosidad.
- ¿Me puedes decir como es el lugar de donde vives? - se enderezo un poco, le sostenía la mirada mientras que su estómago padecía de un enjambre de mariposas a punto de salir al saber que sus manos aún seguían entrelazadas.
- ¿Para qué quieres saber? - Namjoon no buscaba ser grosero y al parecer no lo fue a pesar del tono que había utilizado, pues Jin se veía tranquilo. no sabía de qué lugar hablarle eran dos lugares distintos.
-Vamos, Namjoon-ah -lo animó con un tono cómico pero tierno además de la manera en que abultó sus labios en un puchero y bajo las cejas convenciéndolo en ese mismo momento.
- Esta bien, está bien. - por lo bajo, Jin solo pudo decir un ligero "si" cerrando un poco fuerte sus ojos mientras mantenía una sonrisa de victoria. - Pero hay que irnos, ya es tarde. - se levantó jalando con él al refunfuñón que hacía pesado su cuerpo para no caminar.
Si las personas los vieran dirían que tienen toda una vida conociéndose y es que así lo sentían, pues desde el primer instante se sintieron cómodos el uno con el otro. Namjoon lo atrajo hacia sí envolviéndolo entre sus brazos y Jin se dejó hacer acurrucándose en su pecho, se sintieron aún más extrañamente familiares.
-Vamos es tarde - decía Namjoon al oído del castaño con tono dulce.
-Bien- Jin solo pudo voltear los ojos separándose y comenzando a caminar bajo la guianza de Jin – Comienza, te escucho.
-Oh si, bueno por dónde empezar..., es un lugar un poco ruidoso, hace un poco de calor y casi no se ve el sol como aquí- Namjoon no mentía, simplemente minimizo esos aspectos negativos del infierno.
-Jamás había escuchado de un lugar así, ¿dónde se ubica?
-Es abajo – con su mano libre señaló el suelo.
-Oh es un lugar en el sur – El tono de Jin le daba entender a Namjoon que no entendía a que se refería y eso le agrado.
-Pues si así lo quieres ver si es un lugar en el sur, hay edificios, casas, lugares de diversión, entretenimientos...- fue interrumpido
-Me estas tomando el pelo, ¿no? es obvio que lo tiene, que parte del mundo no tiene ese tipo de cosas. – siguieron su camino entre risas.
Tengo un par de bonsáis en mi casa. - mencionó Namjoon en un momento cómodo.
- ¿Te gusta cuidar plantas? – Jin no espero respuesta pues era más que obvio. – eso es bueno, es algo normal.
- ¿También es normal ponerles nombre y platicar de vez en cuando con ellos? - dijo Namjoon divertido.
- bueno... - Jin lo dudo un poco antes de hablar – si y no, los terapeutas te recomiendan practicar ese tipo de cosas, como cuidar animalitos o la jardinería incluso con el fin de no sentirse solos o distraer a las personas de sus problemas. – casualmente Namjoon encajaba en esas dos últimas características.
- Mira, no lo sabía, nunca he tomado terapia, lo he leído en varios libros que me ha regalado Yoongi hace un par de años. – sonrió recordando que su querido amigo el año pasado no le regalo nada.
- Así que también eres un hombre de lectura. Eres un estuche de monerías. ¿Y qué más haces?
- Posiblemente. – escuchar la ligera carcajada de Namjoon alegró más el corazón de Jin.
- Demás de que eres humilde. – comenzaron a reírse los pequeños sarcasmos que tenía esa conversación.
Caminaron un par de minutos en silencio antes de llegar a la puerta del hogar del joven. Se separaron y soltaron la unión de sus manos entrelazadas sintiendo el frío clima.
- ¿No gustas un café? – era notorio el hecho de que Jin no quería que se fuera.
Namjoon solo sonrió tranquilamente. Y vio como Jin sacaba las llaves de su casa las cuales se le resbalaron de los nervios, no recordaba si habían dejado al menos la sala de una forma decente. Después de recoger las llaves y abrir la puerta entraron uno detrás del otro, Jin buscaba el apagador mientras que Namjoon caminaba hacia lo que lograba ver era un sillón, pero justo en ese instante por culpa de un zapato el príncipe del infierno cayó al suelo.
Segundos después con la luz de la sala encendida, aparecieron Jimin seguido de Yoongi un poco desaliñados, pero no hubo tiempo de preguntar nada pues al centro de encontraba un chico moreno tendido sobre el suelo quejándose del golpe que se había metido por no haber metido las manos. Pequeñas risas logo escuchar Namjoon antes de levantarse rápidamente para acto seguido sentir un pequeño mareo.
Jin se acercó entre sonrisas y cuando Namjoon lo vio no pudo más que seguirle la corriente contagiándose y permitiendo que los otros dos se rieron abiertamente. Jin guió a Namjoon a sentarse y dándole un vistazo rápido cuidando de que no hubiera más que un golpe en su rostro.
Se retiró un poco volteando a ver al rubio con ojos acusatorios y mágicamente Jimin entendió yendo a la cocina donde espero a Jin. Cuando ambos jóvenes estaban juntos y solos comenzaron los silenciosos regaños hacia el menor.
-Te dije antes de irnos que debías recoger tus zapatos y dejarlos donde no estorbaran, por tu culpa se calló Joonie. – las últimas palabras provocaron un ligero sonrojo en sus orejas al darse cuenta de como lo había dicho.
Jimin tenía cara de niño regalado hasta esas palabras pues se estaba preparando para pedir perdón porque Yoongi estaba en casa, pero ahora no podía Jin quejarse de eso pues el también había pasado a al moreno.
-Siento haber dejado mis zapatos estorbando en el camino de tu querido novio. - dijo Jimin poniendo su mano sobre el hombro izquierdo de Jin.
- Búrlate de tu irresponsabilidad, y no, Namjoon no es mi novio. – salieron esas palabras con un tono increíble.
- Pues puedes dar por sentado que Yoongi y yo si lo somos. – la sonrisa que tenía Jimin sobre su rostro demostraba la felicidad que tenía en ese momento.
Mientras platicaban, Jin colocaba agua en la cafetera. El ambiente no se encontraba similar al de la cocina, pues el rey de los demonios se encontraba serio frente a su mas leal súbdito y mejor amigo.
- ¿Puedes explicarme cómo es que has puesto tu mismo ese grillete sobre tu cuello? – Namjoon no lo decía con regaño sino porque sabia que eso era peligroso tanto para ángeles como para demonios, claro que de diferente manera.
- ¿Crees que no lo sé?, por supuesto que lo sé, Namjoon, lo sé perfectamente, pero no me arrepiento. – sonrió con la última frase.
- ¿Jimin lo sabe? – la pregunta era fácil y a la vez tan difícil.
- No, no lo sabe, supongo que un día se lo diré. ¿y tú, se lo dijiste a Jin?
- No hay razón para decirle. – Namjoon desvió la mirada – Eso no importa ya que posiblemente no lo vuelva a ver.
- Eres el rey de los mentirosos, pero realmente no sabes mentir amigo, a mi no. – sentenció Yoongi con obviedad. – Se te ve a lo lejos que también te perdiste en el joven ese. – Yoongi apuntó con su mano hacia la dirección de la cocina. – por cierto, se me hace que lo he visto antes, pero desconozco donde. << he venido más de un millón de veces supongo que en algún momento me crucé con el>>
- Lo sé, yo también siento lo mismo desde esta mañana. Me alegro por ti amigo. - la sonrisa de ambos era amplia y sincera.
ESTÁS LEYENDO
LUCIFER
FanfictionDonde Satanás (como se le conocía comúnmente a Namjoon) en su aburrimiento decide tomar un día de descanso en el mundo mortal, y al hacerlo, conoce a un chico del que se enamoró. Pasó el día con él, quiso llevárselo consigo pero era tan hermoso y so...