CAPITULO VIII

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Los líderes del clan Uchiha y del clan Hyuga junto a sus primogénitos habían arribado a la mansión del Hokage, aunque Itachi se encontraba en una misión puesto que desde que estaba en ANBU era muy difícil que se encontrara de descanso así que había asistido Sasuke. Minato y junto el su hijo estaban en la puerta para recibirlos gustosos.

Todo paso como de costumbre, arribaron, y los mayores hablaban de cosas tribales aun poco apartados de los jóvenes que hablaban de sus propios asuntos.

-Hinata aún no sé qué le viste a este dobe- hablaba muy sereno Sasuke tomando un poco de té que le habían servido.

-Yo... yo....- Hinata la invadieron los nervios aún no estaba acostumbrada a su nueva relación, había pasado muy poco tiempo, agacho la cabeza y junto sus dedos como hacía de costumbre.

-Hina-chan, no tienes que contestarle...- interrumpía un rubio con un tono de voz tranquilo el cual sorprendió a ambos azabaches que lo acompañaban, por lo general Naruto siempre caía en cualquier mínima provocación que Sasuke o cualquiera le diera.

-Vaya 5 minutos de ser novios y ya lo domaste Hinata, va muy bien por lo visto!!- respondió con un tono sarcástico el cual los novios entendieron perfecto el motivo, sin dejar de tomar su te.

Naruto quería matarlo con la mirada, pero no caería en provocaciones, él se puso esa meta, calmaría sus malos impulsos y lo cumpliría -Yo... yo no he hecho nada Sasuke-kun- respondía la ojiperla tratando de sonar lo más segura que podía pero no podía hacer mucho con su persistente timidez.

-Teme, se aprender de mis errores, así que me propuse mejorar- sus ojos azules se posaban fijos y seguros ante la mirada oscura de su amigo.

-Vaya! Eso me alegra, Hinata no se merece a un dobe como pareja- seguía provocándolo pero en el fondo ambos sabían que sus palabras decían la verdad.

-Lo sé!- exclamo el ojiazul – ella se merece lo mejor, y yo seré el mejor!- afirmaba mirando a Hinata la cual sintió como su corazón se detenía, no podía creer que ese hombre pudiera enamorarla más sin intenciones de hacerlo, no dejaba de admirarlo mientras los amigos seguían hablando/discutiendo de cosas banales.

-Bueno los dejare un momento solos- hablo el azabache volteando hacia ella, haciendo que ella saliera de sus pensamientos –pero solo será un momento dobe, si no, será sospechoso- Sasuke se puso de pie y empezó a andar.

-Hina-chan, alguien supo que estuve anoche en tu habitación?- el rubio había estado preocupado puesto que la ojiperla se había quedado sola ante la sospecha de que alguien se dirigía a su habitación y ella estaba semidesnuda, podría haberla puesto en problemas, pero hubiera sido más problemático si él se hubiera quedado aun escuchando los ruidos.

-No, Naruto-kun, creo que solo fue algún sirviente que seguía con sus labores- contestaba mientas le regalaba una sonrisa.

-Menos mal- una preocupación menos para el –Hina-chan toda esta semana estaré entrenando con el sabio pervertido, tengo que aprovechar que llego de su viaje de exploración, pero, te gustaría que fuera a verte la próxima semana? Sé que debo ser discreto, no te preocupes actuare normal- decía el ojiazul cambiando de tema.

-Estaré encantada Naruto-kun- claro que lo estaría y aunque una semana sin ver a su amado se le haría eterna no podría reclamar, estaba muy consiente que fue ella quien pidió ser discretos.

Sasuke llego de nuevo con ellos y los tres hablaron de cosas triviales, de cuando eran niños y lo que habían crecido, la reunión siguió como siempre había sido, luego de un rato se sentaron a comer con sus padres y como era ya común no les prestaban mucha atención, y aunque Minato no fuera como los otros dos adultos, sentía que sería de mala educación cortarles la conversación y seguir con los chicos, aunque sabía que Naruto entendía la situación no dejaba de ser incómoda para él.

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