CAPITULO II

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-Mi padre tiene razón Hinata, te ves muy hermosa- Naruto tomo su mano, la enlazo con la suya para detener su avance, la giro levemente y poder mirarla a los ojos.

–Nunca tenemos la oportunidad de estar solos, así que quiero aprovechar esta ocasión para confesar que...- Hinata estaba más que roja, volteando la cara levemente al piso para que él no lo notara, se había quedado en shock por las acciones del chico, sus manos estaban juntas como siempre soñó, Naruto es lo que más ella quería desde niña, y ahora le decía que era hermosa? Ese debería ser el mejor día de su vida, pensó.

-No quiero incomodarte Hinata- él iba a soltarla y ella lo evito tomando fuerte su mano

–N...noo me molestas Naruto-kun- levanto su cara a ver sus hermosos ojos azules, estaban tan cerca...

-Hinata! Quiero... quiero que sepas que para mí eres alguien muy importante y jamás me atrevería a dañarte o jugar contigo... sabes desde hace mucho tiempo yo, no puedo estar lejos de ti, no te saco de mi mente, sueño contigo constantemente y busco cualquier pretexto para venir a tu casa, para verte... Hinata yo... quiero pedirte que por favor seas mi novia?!- Naruto no apartaba su mirada de la de ella, su mirada le decía que todo eso era verdad, ella no podía creerlo, estaría soñando? Sentía que iba a desmayarse de la emoción, ella amaba a Naruto y que se le declarara sin previo aviso erizo su piel completamente

Naruto notaba que Hinata no respondía nada, había hecho mal al pedirle eso?

Hinata dio un paso hacia enfrente para acercarse más a el –Naruto-kun, yo...-

Un empleado los interrumpió y abruptamente soltaron sus manos

–Hinata-sama, Naruto-sama sus padres solicitan su presencia-

Empezaron a caminar detrás del empleado, ambos seguían muy serios pero por razones muy distintas, uno muy asustado de haber podido maltratar su amistad con su repentina declaración; y ella aun sin habla por todo lo que ella sentía era correspondido.

Llegaron con sus padres y ellos hablaban cosas de la aldea y de sus clanes, la fiesta seguía amenamente pero en la mente de ambos chicos había pasado una eternidad, una eternidad muy incómoda, se dedicaban algunas miradas nerviosas que rápidamente eran disimuladas por ambos, cualquiera que les prestara atención se percataría que algo pasaba ahí, y al menos Minato si se percató de ello.

-Hijo saca a Hinata a bailar, luce aburrida- dijo el rubio mayor lo suficientemente alto para que Hiashi diera su aprobación

Naruto se puso completamente rojo y estático ante la sugerencia de su padre –Claro padre!!!!... - casi gritando, percatándose de que fue un poco exagerado, bajo un poco si voz –me permite Hiashi-san?-

Hiashi casi ignorándolos pues estaba más interesado en los asuntos con el Hokage –claro, claro, vayan...-

Naruto se puso de inmediato de pie yendo al lugar de Hinata, la cual estaba más que roja por toda la situación –Me permite princesa Hinata?- Naruto nunca le decía así pero sabía cómo la pondría al hacerlo, extendió su brazo hacia ella y ella lo miraba fijamente sin responder aun –Me permite princesa...- repitió el rubio mirándola con cariño y confusión al recordar que ella no le había respondido tampoco a su pregunta tiempo atrás.

-Por supuesto Naruto-kun...- con su voz suave y delicada, una mirada enternecida ella extendió su mano para que la ayudara a levantar de su asiento el rose de ellas fue como un cosquilleo que recorrió todo su cuerpo hasta retumbar en los corazones de ambos. Hinata bajo su mirada, realmente no quería que su padre se percatara de nada y su mirada por Naruto la delataba cruelmente, aunque sabía que realmente nunca le prestaba atención, no quería ser tan obvia.

Comenzaron a bailar sin decir nada, Naruto tomo la cintura de Hinata la acerco a su cuerpo, la cabeza de ella le llegaba a la barbilla una estatura para poder oler ese largo cabello que tanto le encantaba, inclinando un poco su cabeza inhalo profundo el perfume de su cabello no podía creer como todo lo que era esta mujer le embebecía, dando gracias en su mente a su padre por la sugerencia, apretó la mano que tomaba su cintura, no quería soltarla jamás, pero quería que ella respondiera la pregunta que le había hecho.

Hinata se sintió aprisionada contra un pecho ancho y fuerte, el pecho del chico que tanto amaba, sintió como él se llenaba de su olor y como apretaba su cintura, sensaciones desconocidas empezaron a llenar su cuerpo, sus vellos se erizaban ante tal escena, para ella no había nadie más en ese salón que ellos 2 disfrutando más que una canción, disfrutando también de cada rose entre sus cuerpos, escuchaba los latidos del corazón de su pareja, era tan relajante, como si fuera un antídoto ante su infinita timidez. Ella subió levemente su cabeza mientras seguían meciéndose lentamente al compás de la música, él bajo su cabeza para encontrar sus ojos perla que tanto le gustaban, esos ojos que lo invitaban a ver su puro corazón; al contacto con esos brillantes ojos azules ella no pudo hacer nada más que sonreír con su boca y ojos cerrados y seguir bailando.

-Gracias...- dijo casi como un susurro mirándolo fijamente

-Por qué? Por bailar? Gracias a ti-

-Na..Naruto-kun yo quiero responder a tu petición pasada...-

El la observaba calmado con amor –yo... yo quería decirte antes de que nos interrumpieran...-

Vaya que es nerviosa, como me encanta que sea asi, no dejaba de pensar el rubio.

–Si quiero ser... ser tu novia Naruto-kun, si es que aun estas interesado- ella le respondía escondiendo su cara en el pecho de su pareja, le resultaba tan vergonzoso decir esas palabras, simuladamente Naruto le contesto con un tierno beso en la frente, ambos buscaron sus miradas y sonriendo cómplices de lo que acaba de suceder.

-Hinata realmente yo... estoy enamorado de ti, y te prometo que no te arrepentirás de haberme permitido ser tu novio- le besaba su mano dirigiéndose a una mesa externa a donde no estaban sus padres, la música había terminado bailaron por mucho tiempo que no se percataron que casi todos los invitados se habían marchado, estaban en su propio mundo disfrutando de su compañía.

-Naruto-kun tengo que pedirte algo- Hinata lo miraba nerviosa y un poco angustiada –quisiera que lo nuestro no fuera publico aun, sé que mi padre no me permitirá tener una relación y no quisiera  enfrentarlo, temo que se enfade conmigo-

Naruto por su parte le dedico una mirada cálida y relajada sonriendo tranquilamente –no tienes que preocuparte por eso, estoy seguro de que tu padre me aceptara- tomando sus manos con las de él las acerco lentamente hasta sus labios, beso sus nudillos –cariño... nuestros clanes son aleados, tu padre me conoce desde que soy un niño, eres la princesa de tu clan y yo me estoy esforzando en mi entrenamiento, soy hijo del Hokage, me estoy  esfuerzando por superar a mi padre y poder ser digno de la princesa Hyuga-

Hinata escuchaba con atención y cada palabra le llegaba al corazón no podía creer que todo lo que un día soñó se estuviese manifestando en la realidad, debía ser la chica más afortunada y aunque estaba segura de que Naruto era un gran candidato para ser su novio, aun le temía a su padre.

-... pero hare lo que desees, si así te sientes mas cómoda, seamos discretos, cuando estés lista pediré permiso a tu padre para cortejarte-

Naruto sabía de antemano que con Hinata las cosas serían lentas por sus inseguridades y su gran timidez, pero eso no le importaba, el primer paso ya estaba dado, ya eran novios.

Sangre PuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora