PapáEran épocas de frío, tu pareja junto contigo estaban acurrucados debajo de las mantas, sabanas y colchas que tenían encima para mantener su calor corporal, estaban lo más apeñuscados que podían, y con eso me refiero que trataban de no aplastar al pequeño que tenían en medio, con solo cuatro meses y medio de nacido.
Un lindo niño de ojos cafe con reflejos rojos y cabellos castaños tirando al rubio, sinceramente, en cuanto lo tuviste entre tus manos, te dieron ganas de matar tu pareja, no se parecía casi en nada a ti, era más como una versión humana de su padre, nueve meses en tu vientre para nada.
Pero volviendo al tema, la paz no duro demasiado ya que los suaves sollozos del bebé los despertaron a ambos. Te apoyaste en tu codo y te pusiste de lado para tratar de levantarte y buscar una posición cómoda para amamantarlo, Donnie mientras tanto lo agarraba y trataba de calmarlo hablándole despacio, ya cuando te pusiste cómoda hiciste el ademán de que le lo pasara.
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-No se duerme....-susurro tu pareja mientras lo veia dulcemente pero con aires de cansancio.
-Ya déjalo, en cualquier momento cierra sus ojitos.-tu voz salió roncamente y casi como un balbuceo, no estabas acostumbrada a estar tan temprano despierta, apenas eran las tres de la mañana y ya no dabas para más.
Donnie habia instalado una cuna al lado de la cama en la que dormían para estar los tres mas cómodos, claro que al bebé no le faltaba estar bien tapado con semejante padre protector que tiene.
Miro de reojo a su mujer, ella ya estaba por el quinto sueño, él en cambio, no podía dejar de mirar a su lindo niño que se encontraba despierto, sonrió de lado y decidió alzarlo, se apego a la cabecera de la cama con el pequeño apegado a su pecho y empezó a dejar suaves caricias en su cabecita y espalda.-Mhg.. ggh..-el pequeño balbuceaba mientras se babeaba la mano. Sus ojitos miraban interesados a su padre, llegaba a abrir sus ojos tanto como luego los volvía a entrecerrar.
Cuando ajelo su manito de la boca trato de llegar al rostro de su papá, extendía su manito y palmeaba su caparazón cuando no llegaba a su objetivo.-¿Que quieres cielo?-lo acerco más a el hasta que el infante pudo llegar a su rostro, paseo si regordeta mano por las mejillas de su papá y miro sus ojos fijamente.
-¡mhga!-sonrió y se aferro más a el, pero un lindo bostezo salió de su boquita sin dientes, lo que le dio la señal a Donnie de que el sueño ya volvía a caer encima de su bebé.
Lo tapo al pequeño y a su mujer, asegurándose de que no les entrara frío y siguio dejando suaves caricias y susurrando algunas dulces palabras hasta que el infante se durmió.
Y asi durmieron, los tres apegados, con el bebé en el pecho de su padre y conmigo hecha bolita a un lado de el, y por más cansador y trabajoso que sea el tener un niño, Donatello no lo cambiaría por nada.