Desayuno
Después de una noche de pasión, dónde se vieron como dios los mando al mundo..
¡mierda que la chica debe estar adolorida!
¿vieron esos músculos del menor del clan Hamato?
Uff.
Tn se encontraba sumergida en sus sueños, su novio acababa de despertar y no dejaba de mirarla, se veía tan hermosa aun con la baba escurriéndose por su boca.
¡es tan linda!
Se levanto de la cama que compartieron la noche anterior aun estando un poco cansado.
Tronó su espalda y cuello y con el ánimo de siempre, puso manos a la obra.
No podría hacerle una pizza para desayunar, aunque no seria mala idea, llego a la cocina y busco ingredientes para hacer unas tortillas o tostadas a la francesa.
Empezó con lo mas fácil, el jugo, las naranjas que estaban en la fuente de madeta estaban ahora mismo partidas a la mitad y listas para exprimir.
Mientras se concentraba en hacer el riquísimo desayuno se pregunto a si mismo si había sido demasiado duro.
Ambos sabían que la noche anterior se estaban entregando el uno al otro
[...]
Ambos se miraban a los ojos algo avergonzados, la femenina tenía un sonrojo leve, pero Miguel Ángel era todo un tomate andante, estaba tan nervioso, por un momento pensó en irse corriendo para dejar de sentir tanta presión en el pecho, pero, el también quería eso, quería demostrarle su amor.
Esa noche, el menor del clan Hamato, beso cada imperfección de la femenina, cada grano, estria y cicatriz que su cuerpo poseía, toda mancha y herida abierta o cerrada.
Le demostró todo su amor no solo con palabras si no también con acciones.
Ella había echó mucho por el, lo acepto tal y como era, le dijo que no importaba si esta relación salía bien o mal, que el miedo y los nervios no los haga retroceder y que intentarán.
Y floreció, ahora estaban en esa cama, sudados, temblorosos, pero juntos, demostrándose mutuamente lo que no todas las personas puede llegar a sentir en realidad.
[...]
Volviendo al presente y pasando al cuarto de la femenina, esta se encontraba despertando, se paró como pudo o por lo menos intentó, el dolor era tan.. incomodó.
No era tanto como un dolor, si no como una incomodidad o hasta podría decir que se sentía normal.
Antes de cometer todo acto sexual, como tremenda mujercita que es, Tn investigo, consulto, interrogo, como quieran decirle, en páginas, periódicos y hasta llego a pregúntale a sus amigas.
Que para nada son unas santas.
¿como te sentiste?
¿duele mucho?
Y claro que algunas le respondieron con desinterés y otras mejor ni que decir.
La cosa es que al investigar se dio cuenta de que habían mujeres a las que les dolía cuando tenían su primera vez, pero hay otras a las que no.
Ella claro no le dio tanta importancia, no se pregunto donde estaba su novio porque podía escucharlo cantar en la cocina de su apartamento, si, es una mujer independiente.
Se paro ya estabilizándose y decidida se inclinó un poco para agarrar una sabana y taparse el cuerpo escultural y de diosa griega que posee.
Rollitos de más, rollitos de menos ¿que importa? ella es perfecta tal y como es.
Entró a la ducha y cuando salió, podía oler que la comida ya estaba lista, o por lo menos ya se estaba preparando.
Con la ducha sintió su cuerpo mas liviano y ya no tan pegajoso.
El de naranja se volteó y vio a su chica con su pijama casual, un short deportivo corto y cómodo y una polera ancha desgastada.
Para el era perfecta aunque tenga un nido de ratas en la cabeza.
El mas alto se acero a ella y la abrazo por la espalda, dejando algunos besos en el cuello sin querer llegar a segundas intenciones.
-¿quieres desayunar?-le pregunto al oído ríendo un poco al ver como la chica se retuerce por las cosquillas.
-claro que si, estoy hambrienta, hasta podría comerte a ti-te diste la vuelta y pusiste tus brazos al rededor de su cuello, ambos se miraron a los ojos y se dieron un beso tierno y lento.
-no dudo de que me puedas comer, anoche ya me probaste, me sorprende que aun no me hayas vuelto a morder.
Unas cuantas miradas picaras y estos jóvenes volvieron a pasar por el descontrol de hormonas.
