— Hola —saludo Jennie antes de sentarse frente a Lisa en la mesa que esta ocupaba comúnmente—
— ¿Qué haces aquí Unnie? —preguntó Lisa entre cerrando los ojos con sospecha—
— ¿No me puedo sentar contigo solo porque quiero? —dijo Jennie haciéndose la ofendida por lo dicho anteriormente— Solo quiero platicar contigo, si ya tuvimos sexo me parece algo normal —
— Dices esa palabra tan a la ligera —bufo la otra con un puchero, ciertamente a veces no comprendía la actitud de Jennie, la veía tan atrevida y se sentía un poco cohibida al respecto aunque ella también era una sinvergüenza—
— Solo son palabras —le resto importancia Jennie sonriendo ligeramente— no son tan necesarias si lo que dices es demostrado —
Guardando silencio Lisa proceso algunos minutos lo dicho anteriormente.
Claramente quería algo, pero no estaba relacionado con ellas dos en la cama mientras se mordían los muslos y saboreaban su vagina.
Lisa analizó la situación, pero realmente no encontró algo que la hiciera pensar que Jennie era mala. Ni siquiera la veía mal.
La trataba bien, era amable y no la había delatado después de sus encuentros.
Si Lisa fuera Jennie lo primero que hubiera hecho sería... Lo mismo.
— ¿Lisa? —preguntó Jennie sacándola de su ensoñación, parecía perdida dé repente— ¿sucede algo malo? —
— Solo, estaba pensando que eres un poco rara —se burló tratando de disimular su nerviosismo cuando Jennie sonrió ante lo dicho, sus mejillas se habían levantado levemente y sus ojos se habían vuelto casi como medias lunas—
— Claro, como que si la rara fuera yo —bufo Jennie en respuesta antes de llevarse un bocado de comida a la boca—
Posiblemente Lisa si era algo inocente, pero no en el sentido que ella creyó en primera instancia.