Decir que Jennie se sentía se mal humor ese día era poco, había amanecido con él molesto canto de los pájaros y cuando llegó a su escuela, con frío por que se le olvido el suéter y viendo a Lisa prendida del brazo de Rosé, su día se había arruinado.
— vimis i cimir —imitó la chillona voz de Rosé cerrando con fuerza la puerta de su casillero, suponía que se veía de mal humor, porque ni bien caminaba los demás preferían hacerse a un lado—
Jennie sentía la nariz fría y las manos igual, estaba segura de que tenía los labios azules, ni se había molestado en arreglar su aspecto aunque era una vanidosa de primera.
Seguía viendo a Rosé pegada como una lapa a Lisa y la sonrisa descarada de Lisa mientras sentía a todo lo que decía.
Como si eso no fuera suficiente, Lisa había mirado a su dirección antes de sonreírle como una niña que no rompía ni un plato, su mirada cambió ligeramente antes de tratar de seguirla, Jennie prefirió darse la vuelta e ir al baño, juraba que el agua del grifo estaría más fría que la el baño en la mañana, pero necesitaba despejarse con agua.
Y ahí iba de nuevo, estaba tan mal esa mañana que incluso se mojo el rostro con agua fría, ella odiaba el agua fría.
— Esto está más frío que mi culo en la mañana —se quejo Jennie sintiendo un escalofrío recorrerla—
— ¿Tienes el culo frío en la mañana? —preguntó Lisa sonriendo, dando un brinco en su lugar Jennie la miró con reproche— ¿Qué? —
— Estoy de mal humor, así que aléjate —bufo y luego Lisa la tomo de los cachetes mirándola con seriedad—
— Estas helada —dijo sin ningún gesto, Jennie de repente se sintió cohibida cuando Lisa le puso un suéter y luego salió del baño—
Estaba fría y el suéter olía a Lisa.