La hora de receso había llegado al igual que la ansiedad de Lisa.
Cuando estaba en clase platicando con Rosé algo había sido estrellado contra la ventana y luego la figura de Jennie había corrido, incluso si Lisa había querido salir a revisar el maestro pelón no la había dejado.
— ¿Ese no es tu suéter? —Preguntó Rosé levantando la prenda del suelo—
La mirada de Lisa se volvió más pesada de repente cohibiendo a Rosé, tomó la prenda con manos temblorosas y reviso que efectivamente lo que había sonado, era la barra de chocolate que había puesto ahí antes de darle su suéter.
— Si... Es mío —respondió haciendo una bola con el suéter y lanzándolo de cuenta nueva a su silla— mejor vayamos a comer —
— ¿Y dónde está Jennie? —preguntó de nuevo Rosé sosteniendo la mano de Lisa— ¿se diste a ella no?
— No se —
(...) — Entonces te digo, la maestra me dijo que pusiera atención o viniera aquí —dijo Jennie dándole un sorbo a su taza de café, estaba charlando con la secretaria Lee— obviamente salí, es mejor charlar contigo que su clase —
— Te hubieras quedado ahí —respondió la otra— tenerte aquí seguido hasta el punto que ya me preguntes por mi marido es preocupante —
— ¿Qué te puedo decir? —se alzó de hombros— ya tengo problemas con los celos, se supone que no me gustaba y ahora resulta que ya creo que me enamore —bufo Jennie, y luego giro los ojos al ver a la Lee sonreír con picardía—
— Deberías hablar con ella —
— Quizás ella está mejor sin mi —
(...) El sonido del chasquido del beso sonaba en las cuatro paredes...
Y mientras Rosé pensaba en que por fin Lisa le había hecho caso.
Lisa sólo podía sentirse herida porque Jennie se había alejado de ella.
Estaba haciendo las estupideces que no debería, si Jennie se enteraba ¿como le explicaría?
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