— a-ah justo ahí —gimió Jennie conteniendo el impulso de cerrar las piernas, la cálida lengua de Lisa se movía alrededor de su vagina y se introducía de a poco en ciertas ocasiones sólo tentándola, de esa manera y con las piernas abiertas sólo chorreaba su lubricante natural por los muslos—
Era entonces que Lisa subía la cabeza para mirarla a los ojos donde parecía ser la presa en la boca del león.
Lisa dejaba mordidas en sus muslos y algunas se tornaba de un tono violáceo sacándole gemidos entrecortados, su lengua daba ligeros apretones antes de morder estirando un poco la sensible piel.
— ¿Te gusta cariño? —preguntó Lisa, el tono bajo de su voz causando escalofríos en la espalda de Jennie, quien tembló de nuevo ante su tacto, su clítoris estaba siendo estimulado por uno de los dedos de Lisa—
— S-si —jadeo entrecortadamente, la manera en que ahora estaba chupando su humedad y su pulgar acariciaba su clítoris tenía sus piernas temblando—
El fino hilo de saliva fue limpiado por la lengua ajena, el húmedo musculo recorriendo desde su monte venus hasta su mandíbula donde beso antes de morder.
El beso desesperado que ambas estaban teniendo mientras Lisa introducía dos de sus dedos dentro de la estrecha vagina y con el pulgar seguía frotando su clítoris tan rico, obtuvo los espasmos de Jennie así como sus uñas en su espalda cuando llegó al orgasmo y después de volver a bajar el squirt cum llegó sin esfuerzo, dejando rendida a la castaña.
— Creo que... Ahora es mi turno de complacerte —Murmuró Jennie con una sonrisita traviesa antes de meterse entre las piernas ajenas, las suyas todavía estaban temblando—