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Siendo sincero hace demasiado tiempo que no me golpeaban con esas tablas, ahora entendía por qué el joven Wei estaba tan asustado de ellas, a el azote número 250 sentía mi espalda arder mientras que trataba de mantener el equilibrio para no evitar...

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Siendo sincero hace demasiado tiempo que no me golpeaban con esas tablas, ahora entendía por qué el joven Wei estaba tan asustado de ellas, a el azote número 250 sentía mi espalda arder mientras que trataba de mantener el equilibrio para no evitar doblarme, después de todo era un castigo que tenía que admitir yo.
Apreté con fuerza mis puños para aguantar, ya casi terminaban, solo 50 azotes más eso es lo que me repetía en mi cabeza, sentía como de mi espalda escurría algo que seguramente era sangre, pero no me importó y seguí esperando a que terminara los azotes.

Cuando por fin terminaron, seguí hincado con las piernas adoloridas y la espalda más que lastimada, todo mi cuerpo estaba temblando pero yo seguí actuando con normalidad.

— Reflexiona tus actos.

Dijo mi tío antes de meterse a su habitación, sabía lo que significaba eso así que levante mi espalda mientras me ponía recto lo cuál era casi imposible por el dolor que sentía, pero aún así lo intenté mientras estiraba mis manos sosteniendo la espada. Todos los discípulos que estaban a mi alrededor se habían ido, solo quedaba el joven maestro Wei y mi hermano.

— Zewu-Jun, debemos curar esas heridas, ignora el castigo.

— Wei Ying, no puede hacer eso.

—Ah, son demasiado devotos a su secta.

Solo los seguí mirado sin hablar, era extremadamente prohibido hablar mientras se reflexionaban los actos cometidos, con las piernas temblorosas cerraba mis ojos intentando reflexionando lo que había hecho, no sabía cuánto tiempo había estado ahí hincado mientras estiraba mi espada pero si fue el suficiente para que el sol se ocultara, dejando a la vista unas preciosas estrellas, aun que las estrellas estaban en su máximo esplendor yo no podía verlas ya que rompería más reglas al moverme, si bien ya no sentía mis piernas aún seguía intacto en la misma posición, pero al parecer mi tío había perdonado el castigo ya que Lan Zhan estaba a mi lado ayudándome a levantar y a caminar para llevarme a curar esas heridas.

— ¿Ya despertó A-Cheng?

— Zewu-Jun, Zewu-Jun, su querido A-Cheng aún sigue dormido.

Me respondió el joven maestro wei mientras jugueteaba con la flauta en sus manos. Cuando llegamos a mi habitación pude ver a lo lejos a un dormido Jiang Wanyin, podía ver lo lindo que se veía, desde hace unos días el color de su mejillas había estado coloreando de un rosa pálido su rostro dándole un aspecto adorable.

Desvíe mi vista por unos segundos mientras veía como el maestro wei y hermano estaban hablando junto a Jin Ling, así que con simplemente acaricie su rostro viendo como de sus labios salían algunos suspiros y movía su rostro más hacia mi mi mano, me sorprendí un poco ya que jamás había hecho eso cuando venía a su habitación para verlo, por un segundo pensé que había despertado pero al ver cómo su respiración seguía siendo tranquila simplemente acaricie su mejilla con mi pulgar y me di la vuelta mirando como todos estaban observando la escena que había hecho hace unos segundos.

Hanahaki - XiChengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora