Hanahaki - XiCheng

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— Lo siento A-Cheng, no puedo corresponder tus sentimientos.

En ese momento sentía como mi pecho se oprimía de una manera que jamás lo había hecho, comenzaba a tener una sensación de asfixia, pero en ese momento no iba a demostrar debilidad ante el, ni ante nadie. Así que solo junte mis manos e hice una ligera inclinación y salí lo más rápido posible del lugar, después de todo sentía como mis ojos se estaban cristalizando mientras subía a Sandu para dirigirme a Yummeng, solo quería huir de ahí lo más rápido posible.
Me negaba a llorar, solo era un estúpido rechazó, no era la gran cosa para el temible Sandu ShengShou.

Había pasado cosas peores en el pasado, ver cómo todo se desmoronaba frente mío, ver cómo mis padres, mi shijie e incluso el idiota de Wei Wuxian morían frente a mí y no podía hacer nada para evitarlo, aún que en ese momento hubo una pequeña luz que me ayudó a no dejarme caer, fue el pequeño A-Ling.
Recuerdo perfectamente que fue lo qué pasó ese día, justamente en el que comence a sentir que ya no podía más.

Ya nada tenía sentido para mí, todos se habían ido de mi lado, mamá, papá, shijie, Wei Wuxian. En ese momento me encontraba en mi habitación mientras que tratan de calmarme para no hacer una tontería.
Con rabia comencé limpiar las lágrimas que salían de mis ojos sin parar, una tras otra haciendo que me sintiera cada vez más sofocado, ni siquiera me importaba que mis discípulos escucharan lo patético que estaba siendo. Quería morir, quería que todo lo que sentía en ese momento se fuera, así que decidido tome mi espada y la desenvaine sin ni siquiera pensar las consecuencias de lo que esto iba a causar.

— Líder Jiang, el joven maestro Jin no a dejado de llorar.

Estaba a nada de decir que se fueran de ahí, cuando escuche el llanto de el pequeño pidiendo ser atendido, así que con la poca energía que me quedaba en ese momento me levante de mi cama y camine hasta la puerta sosteniendo a el pequeño A-Ling entre mis brazos, quien no dejaba de llorar mientras movía sus pequeños bracitos tratando de buscar algo o más bien a alguien.

Ahora que que miraba de cerca a el bebé podía ver algunas facciones de mi hermana en el, así que no pude evitar sentir como por mis mejillas se comenzaban a resbalar nuevas lágrimas, así que sin pensarlo arroje a Sandu lo más lejos posible de mi y pegue a el pequeño Rulan contra mi haciendo que mágicamente los lloriqueos del bebé comenzarán a cesar, hasta el punto que el pequeño ya estaba calmado de nuevo, aún que aún tenía algunos espasmos debido a el fuerte llanto que había tenido hace unos segundos, aún que eso no quitaba el hecho de que el me mirara curioso mientras levantaba una de sus pequeñas manitas para acariciar mi mejilla.

Desde ese momento supe que A-Ling fue y siempre será una de las razones por las que no me rendí y seguí luchando, así que me prometí a mí mismo cuidar de él sin importar si arriesgaba mi vida en el proceso.