Título 3

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No podía ser.

—¿Mamá? —la vi, algo incómodo.

Connie bajo un poco su mirada, igual de incómoda.

—¿Qué haces por aquí? —pregunté, ella me mostró unas bolsas.

—Vine por unas compras cerca de aquí, pero no creí encontrarte por esta zona, reconocí tu auto —mi madre mira rápido a Connie y luego a mí, esperando a que la presente.

—Oh sí, madre, ella es Connie... una amiga —terminé diciendo.

—Hola, es un gusto —ella tomó la mano de mi madre.

—El gusto es mío —sonrió.

Quería que todo esto fuera un secreto, no pensaba mencionarles nada a mi familia. Pero de todos mis conocidos, fue mi madre la que nos encontró. Peor aún, besándonos. Obviamente ella no se va a creer el cuento de que es mi "amiga".

—Pues un gusto verlos, chicos. Aunque sea por aquí —soltó una risa— Yo me marcho, para que puedan continuar.

Nuestras mejillas enrojecieron.

—Por cierto, Harry. Tu padre cumple el Domingo como ya sabes, le haremos una comida en casa. Gemma estará ahí, así que los veo ahí. Connie, querida, espero puedas acompañarnos —nos sonrió— Con permiso, chicos.

Mi madre se fue por su camino. Ya era mucho que mi mamá y Niall supieran, no haré que toda mi familia la conozca. No es justo ni para Connie pasar por esto.

—Lo lamento, ¿cómo iba a saber que mi madre aparecería? —dije algo avergonzado.

—Y al parecer tengo una merienda con tu familia —sonrió con gracia.

—No tienes que ir, en serio. Esto ya es lo suficientemente incómodo —reí un poco— Creo que es mejor que te lleve a tu departamento.

—De acuerdo, ¿nos vamos a ver mañana, cierto? —me recordó.

—Oh sí, cuando salgas de trabajar —le abrí la puerta del auto.

—Suena perfecto.

La llevé a su hogar, al llegar al mío, traté de escribir al menos un borrador. No pude, aún no puedo plasmar nada. Fui a descansar, pero antes de dormir, me puse a pensar en alguna excusa para mi madre. No llevaré a Connie a la comida.

Al día siguiente, cuando Connie salió de trabajar, como a eso de las cuatro de la tarde, la llevé a dar un paseo por Hyde Park.

—Sabes, la primavera es mi estación favorita del año —sonrió— Aquí se pone muy bello.

La chica llevaba un vestido amarillo, se veía muy bien en él.

—Te invitaré un helado —sugerí y ella asintió.

—Suena bien, gracias —volvió a sonreír.

Mientras el encargado del puesto nos servía nuestros pedidos, una chica como de quince años se acercó a mí con timidez. Llevaba uno de mis libros en sus manos.

—H-hola, ¿podrías firmar mi libro? —preguntó nerviosa.

—Claro —le sonreí.

Ella sacó una pluma de su bolso y me la tendió junto a su libro.

—¿Bajo el nombre de...? —la miré.

—Me llamo Gaby —sonrió.

—Lindo nombre —dije mientras le ponía una dedicatoria en la primera hoja y después mi firma— Aquí tienes.

—Gracias —se marchó feliz.

El encargado nos dio nuestro pedido y Connie y yo seguimos caminando.

—Vaya, eres popular —me miró.

—No pasa tan seguido. Es decir, en las redes casi no subo fotos mías. Creo que me conocen más por mis palabras que por mi imagen. Y ya sabes, mi foto está en la contraportada de uno de mis libros, pero no es para tanto —reí un poco.

—Oye Harry...—dijo de pronto, ambos paramos de caminar— Anoche estuve pensando... y...

—¿Te arrepientes? —terminé su oración, ella se puso nerviosa.

—No, no... —suspiró—, temo que no funcione. Es decir, no puedes obligarte a querer a alguien. Y lo digo por ti, por tu inspiración, que es lo que importa.

Eso es cierto, no se puede forzar el corazón a amar a alguien. Pero supongo que estoy en un estado de emergencia.

—No creo ser alguien inspirador...—dijo con una risa tímida, estaba nerviosa.

Comenzó a probar su helado, ya no diciendo nada, ya que habíamos creado una atmósfera silenciosa.

—Hay que intentar —dije y tomé su mano.

—Está bien —sonrió. Miró mi postre— Se está derritiendo...—comenzó a reír y yo actué rápido— Espero funcione, no quisiera que te vaya mal. Eres un chico genial.

—Connie, si no estás de acuerdo con seguir, yo entiendo. No estaré enojado, ¿por qué lo estaría? Solo dime —dije a la vez que continúanos caminando.

—Bueno, aún no pienso en mi parte del trato. No te preocupes, lo intentaré. Quisiera leer tanto ese libro como todos.

—Gracias por ayudarme. Cualquier cosa que decidas con tu parte del trato, te lo daré.

—Me interesa —bromeó un poco.

Yo sonreí. Me pregunto ¿cómo será ese libro basado en los sentimientos que crearemos? 

De todos modos, no quisiera que ella se sintiera obligada a esto.

Luego de la caminata, la dejé en su hogar. Al llegar yo a casa, me sentí un poco mal. De cierta forma, quizás lo que estamos haciendo es muy extraño. Durante nuestra visita al Hyde Park, después de 'esa' charla, hablamos de otras cosas. Nos besamos, un par veces, pero sé que ella está tan incómoda como yo.

—Quizás esto está muy loco —llamé a Niall, y fue lo primero que solté. Había entrado en crisis— Connie no está a gusto, siento que la obligo y no quiero forzarla a hacer esto, Niall. No me va a amar, no es tan fácil, y...

—Harry, no soy Niall, soy tu madre —dijo del otro lado de la línea.

Maldición. 

—¿Harry? Hijo, ¿estás ahí? —preguntó confundida.

Colgué, fue lo primero que se me ocurrió. ¿Por qué marqué por error a mi madre? ¿Cómo no me di cuenta? Busqué el número de Niall con prisas, ya me había puesto nervioso. Marqué rápido, esperando a que conteste.

—Niall...—solté un gran suspiro— Marqué por accidente a mi madre creyendo que eras tú, mierda, le dije que Connie no estaba tan dispuesta, que sentía que la obligaba a amarme, sentimos que no se podrá. Y creo que no se hará. Demonios, ¿cómo...?

—Harry, temo que te equivocaste de nuevo. Soy Connie. —me interrumpió.


Rómpeme el Corazón | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora