Rómpeme el Corazón | Harry Styles

Título 27

Sentía que todos me miraban en la editorial, o quizás estaba exagerando. Pero no lo dudo, desde que salieron esos artículos no he estado tranquilo, además en una entrevista trataron de sacarme información sobre si tuve que fingir una relación para inspirarme. Lo negué, tenía qué hacerlo por mi reputación como escritor. Les dije que todo es ficción, pues es en sí una novela. Y en parte es verdad, no es como si escribiese los secretos de Connie en ese libro. Como repito, lo escribí a base de mi dolor, y en ese momento no sabía la verdad. 

Cuando miré a recepción, noté a la nueva chica que tomó el puesto de Connie. Solté un suspiro nostálgico, y en eso siento a alguien llegar a mi lado.

—¿Extrañando a Connie? —volteé y miré a la co-dueña.

—Oh Jenny, buen día —respondí con una sonrisa nerviosa. ¿Ella también se enteró de los artículos?

—Buen día, Harry —me sonrió— No te preocupes, todos la extrañamos. Era una excelente empleada —se refirió a Connie.

—Yo...—no supe qué responder.

—No me tienes que decir algo, Harry. No interesa eso, ¿o sí? Yo veo más interesante que Estados Unidos te ama, tu libro le está yendo bien al mercado estadounidense —dice y yo me sorprendo.

—Es increíble —murmuré asombrado.

—Tengo la lista de ventas mundiales. Es un éxito, felicidades Styles. Los chismes no me importan, lo que importa aquí es tu talento —palmeó suavemente mi espalda y se marchó.

Bueno, para muchos aquí soy un escritor frustrado que tuve que recurrir a un desliz para tener inspiración. O eso me dijo Aria, la chica me comentó que algunos empleados piensan eso de mí ahora.

Salí temprano de la editorial como a eso de las 10:57 de la mañana. Los últimos días de Septiembre estaban aquí. La ciudad de Londres estaba de un tono naranja, por lo que significaba que el Otoño ha llegado. Con mis manos dentro de los bolsillos de mi saco, fui a visitar a mi madre. Ella me recibió con un gran abrazo y besó mi mejilla. Estaba feliz de verme, pero algo me dice que mi madre también se ha enterado de este nuevo chisme.

—Hola —le sonreí un poco.

—Ven pasa, querido —me indicó y yo entré a su hogar— ¿Quieres té?

—No ahora, acababa de tomar un café —respondí. Y miré en un estante una foto mía de niño, sonreí al ver el marco. Al llegar temí por la reacción de mi madre por la verdad a flote, pero la cosa es que ella siempre ha estado para mí como para rechazarme.

—Te amo Harry —la oí decir y yo me giré a verla.

—Perdón —agaché la cabeza. Es imposible no sentirme avergonzado.

—No, no me pidas perdón. Ahora entiendo por qué no querías presentarla al principio. Discúlpame por meterme en tus asuntos —tomó mis mejillas— Eres mi hijo más pequeño y te adoro con mi vida. Sé que a veces soy muy metida, lamento eso. Tú y Gemma son adultos ya, y a veces hago lo que sea para estar a su lado. Sé que no está bien, por eso prometo respetar más tu espacio.

—No pasa nada —la abracé— Jamás quise mentirte, pero me avergonzaba lo que estaba haciendo. Fue un impulso haber hecho eso pero...

—¿Pero qué? —se separó para verme a los ojos.

—Me enamoré de ella —encogí mis hombros.

—Harry, querido —me sonrió un poco— Haz lo que creas correcto si de verdad la amas. Que un estúpido chisme no se interponga por lo que sientes.