Título 29

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Han pasado dos días desde la visita de Fanny, y no he llamado o escrito a Connie a pesar de tener sus datos. ¿La razón? Quería sorprenderla cuando llegue allá. Estaba arreglando todo para irme a Chicago lo más pronto posible, desde maletas hasta papeleo en línea. Ayer le avisé por celular a mi hermana, le dije "Me voy a mudar a Chicago" y ella solo gritó a través de la línea un dramático: "¡¿Qué?!".  

Ahora en la mañana, escuché cómo tocaba mi puerta. Sabía que era ella, dijo que vendría lo más pronto posible para hablar conmigo. Le abrí y ella vio mis maletas en el suelo.

—Estoy en Chester unos días y tienes tus cosas empacadas. Veo que no es una broma —me miró con los ojos grandes.

—Te expliqué en la llamada; me iré con Connie —le sonreí y ella me vio detenidamente.

—Vaya, luces tan feliz cuando dices eso —sonrió un poco— De verdad la amas, eso lo puedo notar.

—Un montón, no quiero vivir sin ella si te soy sincero —no quité mi sonrisa y comencé a guardar unas cosas dentro de la maleta.

—¿Qué pasará con mamá? Ya me contaste sobre la editorial pero nuestra madre, ¿Qué le dirás? Papá seguro lo entenderá, pero ella me preocupa —alzó una ceja.

—Lo entenderá también, créeme. O eso espero —hice una mueca y ella soltó una risa.

—Espero que sí —se acercó a mí y me ayudó a guardar unas cosas. Yo sonreí por eso— Te voy a extrañar, hermanito. Aún sigo sorprendida por lo que han pasado ustedes dos, pero me alegra que hayas confiado en mí y haberme contado. 

—Eres mi hermana, Gemma. Te amo, ¿sabes? Tus consejos son lo mejor que alguien puede darme —la miré.

—Los visitaré cada vez que pueda, espero tú también vengas seguido —me advirtió, señalándome con su dedo. Ambos reímos.

—Lo prometo, no podría dejarlos para toda la vida —me referí a mis padres, a ella y amigos cercanos.

—Bien, entonces me siento más tranquila. Por cierto, en cuanto veas a Connie, dale un abrazo por mí. La pobre ha pasado por tanto. Además, me agradó mucho en cuanto la conocí, ella es muy linda —me dice y yo asentí.

—Claro, a ella también le agradaste un montón. Cuando se enteró que sabías de la verdad sobre nuestro trato, se preocupó por ti, pues no quería que la odiaras —sonreí al recordar esa charla.

—Me sorprendió, es cierto, pero no podría odiarla. Aria me agradó, pero no sentí la misma conexión como con Connie. Quizás fue porque sabía que no amabas a la diseñadora —comenzó a doblar mi ropa para meterla a la maleta. 

Gemma me ayudó con lo que pudo, Niall llegó tiempo después para ayudarme también. Al final acordamos que mi amigo se encargaría de lo que dejaría aquí en el departamento para que lo pudieran sacar, mi hermana igual dijo que trataría de donar algunas cosas como muebles o cosas que no me llevaría. Por la tarde, Niall y yo nos dirigimos a Portobello Road. Por esa calle trabaja mi amiga Eliza.

He decidido hablar con ella, no quería irme sin al menos haber intentado arreglar las cosas. Sé que ella no es así como actuó meses atrás. Estaba dolida, y todos hacemos tonterías cuando tenemos el corazón roto, me incluyo. Así que antes de mudarme, quería verla. 

Caminando por el colorido mercado en el oeste de Londres, finalmente llegué a ella. Se sorprendió al verme junto a Niall.

—Hola —le sonreí, estaba algo nervioso y ella frunció su rostro confundida. Obviamente no lo creía. 

Rómpeme el Corazón | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora