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     El techo blanco fue lo primero que vio al despertar, luego se dio cuenta de que estaba en el suelo, seguía en el suelo mejor dicho. TaeHyung se movió poco a poco, adolorido por las horas que pasó ahí postrado y también se sintió muy cansado de los ojos, recordó en parte su llorar de la noche anterior. La luz se filtraba por la ventana y el tragaluz, parecía que el día estaba soleado, brillando en todo su esplendor, o eso parecía desde el interior de la habitación de TaeHyung.

Mientras lentamente se sentaba, fue más consciente de su cuerpo, el dolor en su rodilla le hizo mirar y darse cuenta de que la costra de la raspada del día anterior se había atorado con la ropa, ocasionando que doliera incluso mover un poco su pierna, también se percató de que sus manos estaban algo lastimadas por golpear tan duro la puerta.

Al mirarla, notó partes donde la madera se había hundido ligeramente, después de todo no era una gruesa capa, sino que la puerta estaba hueca por dentro. De repente recordó el porqué de sus golpes y sollozos, su mano fue velozmente a la perilla y abrió encontrándose con el pasillo —¡OMMA! —se arrastró ligeramente por el suelo, notando que estaba solo, no había nadie del otro lado de la puerta— ¡NOOOO!

Tenía ganas de golpearse la cabeza contra el suelo hasta que cayera desmayado, tenía ganas de perder otra vez el conocimiento, de llorar hasta morirse. Quería que todo acabara de una buena vez.

Pero más que todo eso, quería volver a casa sano y salvo, y su madre le aseguró que ella no se detendría hasta que regresara, entonces, ¿No debería hacer lo mismo y luchar? Llorar un buen rato en el suelo le hizo concluir que tenía que levantarse e investigar cómo podría volver, cómo podía hacer para (como la noche anterior) tener un contacto más directo con su familia.

Necesitaba seguirse comunicando con ellos. Se sentó decidido a buscar su celular, pues este había sido el principal canal por donde se habían hablado, pero cuando lo hallo en el suelo se encontró con la sorpresa de que estaba completamente descargado. El mareo fue inevitable cuando se levantó, así como el dolor en la pierna cuya rodilla tenía raspada, pero igual se las arregló para encontrar su cargador, el cuál apenas fue conectado funcionó perfectamente cargando su teléfono.

Tendría que esperar para poder encenderlo, mientras, Taehyung decidió ponerse otro pantalón y de paso, limpiarse esa raspada en la rodilla. En el baño fue donde tenían las pequeñas bandas, el espejo era en realidad una pequeña puerta de un gabinete, así que al abrirlo tenían no sólo los cepillos de dientes y pastas, también algunos medicamentos y, por supuesto, las banditas.

Dejó en el suelo la envoltura y luego se pegó con cuidado la banda en la rodilla limpia, sorbiendo por su nariz pues seguía con secuelas del llanto, aparte, recordaba cómo su padre era quien le daba un beso en la frente cada que se lastimaba, él o sus hermanos.

» Voy a volver, sólo esperen, por favor.

Antes de que el agobiante silencio lo rodeara, un rugido pareció ser la contestación a su promesa, aunque era sin sentido. Tae colocó una mano sobre su estómago vibrante y hambriento, en todo el día anterior no había probado prácticamente ni un bocado, con toda razón pues en lo que menos pensó era en si tenía hambre o no.

En la cocina nunca se había desarrollado sin complicaciones, era más de ayudar que de preparar algo por su cuenta, sin embargo sabía de algunos platillos sencillos. Por eso no le costó preparar algo sobre la estufa, el exquisito olor a la sopa instantánea junto a otros ingredientes hizo que su estómago se moviera mucho más inquieto por el hambre, en definitiva tenía un hambre feroz.

En cuanto dio la primera probada a la rica sopa, casi olvida por el gusto su terrible situación, casi, pues el silencio en toda la casa y vecindario no hacía más que cada cucharada y movimiento por parte del chico se escuchara notablemente. Más que ser incómodo, fue un factor importante en bajar el ánimo de TaeHyung, sintiéndose completamente solo.

[edis rehto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora