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     —Tenemos que huir.

TaeHyung tiró de la mano de su novio, quería que escaparan de ese hombre que no hacía más que mirarles fijamente, el plan era irse a la recamara de sus padres, encerrar y salir por la ventana, pero apenas estaba dando algunos pasos escuchó el fuerte grito de su novio.

—¡No!

Lo siguiente que supo fue que estaba en el suelo nuevamente, fue como si HoSeok le jalara de repente llevándole con él al piso, solo que al caer se separaron, y cuando se recobró, notó que ya no estaba su novio, nuevamente se encontraba solo. Sin contar a la figura que le miraba fijamente, sólo a él.

—Hobi... Hobi por favor... —trató de llamarle, buscándolo con la vista, angustiándose por su soledad y por los muebles que se movían, los ruidos, las voces, la presencia escalofriante y amenazante de ese ente —¿¡Qué le hiciste?!

—Oh TaeHyung —por primera vez escuchó su voz, voces mejor dicho, varias voces le hablaron, cada una de ellas sobresaltando en distintas palabras—, TaeHyung, por fin estoy cerca de ti.

—¡No te me acerques! —se arrastró alejándose aunque solo dio un paso el hombre de saco. La mirada de aquel hombre aparentaba ser tierna, como si mirara maravillado a TaeHyung como un hijo, pero era imposible sentirse tranquilo, el joven ya estaba temblando, moviéndose lentamente listo para correr de ser necesario.

No respondió, los segundos pasaron y aunque el caos seguía en la casa de TaeHyung, nada le hacía quitar la vista del intruso en su hogar que no hacía absolutamente nada de momento, no se movía, no le hablaba.

» ¿Qué quieres de mí?

—TaeHyung, yo te quiero a ti, quiero ir a dónde has ido y vivir tu vida. Quiero tener tu vida.

Completó con una sonrisa haciendo saber sus intenciones, TaeHyung sintió que le temblaron las piernas y se mareó, casi pierde el conocimiento pero le sostuvieron del brazo con fuerza, no vio quien pero escuchó claramente en su oído —Corre, entra a tu habitación, enciérrate.

Esas órdenes claras fueron susurradas en su oído, pero se escuchó muy fuerte, incluso para el intruso que incrementó su sonrisa y dio su primer paso hacia el joven que retrocedió a la vez.

—A tu habitación. —dictó el extraño.

—Vete.

Por el contrario, dio amenazantes pasos hacia TaeHyung quien prefirió darle la espalda y correr que ir en de espaldas, su habitación no debía de estar a más de unos dos metros de distancia. Debía, pero no era así. Apenas volteó el pasillo se estiró mucho más, muy largo y casi luciendo infinito, TaeHyung ya estaba corriendo y de cierta manera cortando la distancia con todo su esfuerzo, gritando al estirar su mano tratando de alcanzar la puerta.

Con sus muslos ardiendo y los brazos entumiéndose, sintió como si llevara corriendo kilómetros y kilómetros sin avanzar absolutamente nada, la desesperación trepándose y aferrándose a su cuerpo como si de una planta trepadora se tratara y él no fuera más que una estatua, cada vez más petrificado y costándole mover aunque fuera un dedo.

—Tú no vas a salir de aquí. —escuchó detrás de él, demasiado cerca, y sin sentir nada más que frío.

La puerta de su cuarto se movió ligeramente, empujada hacia el interior, haciendo ver una luz y sombras, susurros de su familia llamándole. Ahí debían estar sus padres, JiMin, HoSeok, sus hermanitos, ahí tenían que estar llamándole.

—¡Iré con ustedes!

Gritó estirándose, con un violento empujón cayó al suelo de golpe y notó que estaba frente a la puerta abierta completamente —¿¡Qué has hecho?!

TaeHyung no sabía que llamó a sus seres queridos y que estos lo hicieron al mismo tiempo, dándole la fuerza para liberarse y una oportunidad para escapar. Al voltear sobre su hombro vio lo cerca que se encontraba el extraño, mirándole por primera vez enojado, pero eso no debía de inquietarle. No se sintió amenazado.

Sabía qué debía de hacer, su instinto lo gritaba.

Se levantó y cruzó el marco de la puerta, tomando el cerrojo para dar el azote de la misma puerta, sin embargo una mano le atrapó del cuello y le arrastró, alejándolo de la puerta que soltó en seguida. No se iba a dejar arrastrar nada más, TaeHyung lanzó codazos que no dieron con nada más que el suelo cuando fue impactado ahí, viendo al hombre serio de repente mirarle desde arriba, intentó irse pero el joven se levantó y con mayor fuerza de la que creía tener tomó el pie del extraño y le mandó al suelo con un fuerte tirón.

Antes el solo pensar en ese ente y su presencia acechadora era suficiente para que TaeHyung sintiera pavor puro, pero en ese momento fue capaz de escalar por el cuerpo fortalecido de ese hombre y azotar su rostro con sus puños, buscando aturdirlo y aprovechar para encerrarse en su habitación. Pero no era tan sencillo. Cuando menos lo espero estaban forcejeando y lanzando golpes, empujándose duramente.

Le había visto como un ente aterrados e invencible, pero ahora cada golpe que recibía TaeHyung lo sentía como una molestia que duraba pocos segundos, igualados en fuerza en cada uno de sus azotes.

No tenía idea de que era gracias a él y a sus seres queridos que perdía fuerza a cada segundo, pero tampoco conocía la furia que experimentaba el invasor. Le había costado mucho adquirir la fuerza y encontrar el momento para tomar a TaeHyung, no lo perdería.

Ambos estaban más que dispuestos a llegar a las últimas consecuencias por lograr sus cometidos.

—¡Suéltame! —gruñó TaeHyung dándole ese fuerte empujón en el pecho, apartando al intruso, así el joven aprovechó para voltearse y empezar gateando apresurado hacia la puerta de su habitación, pasando por el marco cuando el peso le mandó al suelo, casi aplastándolo. Gruñó removiéndose, sintiendo al ser tomarle de las muñecas y presionarlas contra su espalda.

—Si quieres volver, tendrás que esforzarte mucho más, porque al final no eres rival para mí.

La presión creció, y con ello la furia y dolor de TaeHyung, se sacudió violentamente tumbándole, dando más golpes y empujones para sacárselo de encima completamente. Ya están con medio cuerpo dentro de la habitación de TaeHyung, debatiéndose por quién la atravesaría completamente primero y mantendría fuera al otro.

El ser le hizo rodar junto a él, dieron una vuelta colocando al intruso abajo por poco, pues el joven se levantó dispuesto para saltar y patear la puerta cerrándosela en la cara, sólo que una mano en su tobillo le hizo trastabillar y caer golpeándose en la puerta. Mareado y agitado, el joven vio cómo se levantó intimidante el invasor, apoyándose en sus brazos y rodillas para abalanzarse a TaeHyung, intentado una vez más quitarle parte de su fuerza causándole miedo. Ambos completamente hartos, TaeHyung gritando y el ser gruñendo, dieron una última batalla con el muchacho recibiendo varios golpes en la cabeza al ser azotado contra la puerta, con una fuerza que utilizó para lanzarse finalmente, liberándose con un grito seguido del único sonido de la puerta cerrándose. Después, sólo estuvo presente el silencio.

[edis rehto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora