Día 10

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Pinten la casa ustedes solas decían, será divertido decían.

En una charla con amigos, Sei y Kō comentaron que la casa de ambas ya se veía muy descolorida y sosa, necesitaba una remodelación completa. Al final todos estuvieron de acuerdo en que lo primero que debían de hacer era pintarla. Después de muchas opiniones, acordaron juntas que el color ideal para su hogar eran tonos de crema y naranja.

En cuanto tuvieron un fin de semana libre ambas, aprovecharon para ponerse manos a la obra. Inicialmente preguntaron a sus amigos si no conocían de alguien que pudiera hacer el trabajo, pero finalmente decidieron hacerlo ellas mismas. Sería más divertido y entretenido, además de satisfactorio, hacerlo por su propia mano.

Cuando llegaron temprano al lugar donde conseguirían la pintura, no encontraron el tono de naranja que querían, así que no pensando en detenerse por algo así, decidieron comprar el color anaranjado que había y aparte uno blanco. Llegando a casa harían la mezcla de ambos para intentar llegar al tono ideal. Al final quedó un poco más encendido de lo que planearon pero no sé molestaron por ello.

Al iniciar, ya sabiendo cuáles paredes iban a pintar de crema, después de apartar todos los objetos, solo colocaron hojas de periódico viejo para evitar manchar. La jóven Akashi empezó haciendo el trabajo. Con un escalera, que uno de sus amigos les presto, y la brocha llegó a las partes más altas. Cuando terminaron con ese color, sin perder tiempo, continuaron con el anaranjado.

Al final cuando ya iban casi a la mitad de la labor en la cocina, cambiaron lugares y Kō continuo pintando encima de la escalera mientras Sei se encontraba a un lado de ella trabajando en las partes bajas.

La joven encima de la escalera estaba trazando tranquilamente con la brocha empapada, concentrada. Entonces lo vió. Un monstruo. La castaña, olvidando donde o que estaba haciendo, presa del pánico, dió un fuerte manotazo con la parte externa de su mano al pequeño bote de pintura, mientras exclamaba en un grito.

—¡AH, UNA CUCARACHA!

El bote salió volando y la jovencita a trompicones bajo los peldaños de la escalera que se tambaleó debido al brusco movimiento. Entre tanto la criatura que se sintió fuertemente ofendida y sobretodo atacada, había logrado esquivar el golpe y se encontraba volando detrás de la muchacha que había llevado a cabo tal intento de asesinato.

Mientras tanto la pelirroja, al mismo tiempo que se retiraba la cubeta de la cabeza y la pintura de los ojos con sus manos, observaba como su novia se encontraba corriendo en círculos por la cocina dando manotazos al aire. Volteó hacia el piso pensando seriamente si el periódico habría servido de algo, esperando que no haya dejado traspasar nada.

Diez minutos después finalmente lograron librar de su prisión corpórea a la pequeña criatura. Siguieron otros 30 limpiando la pintura que había logrado pasar al suelo. Sesenta más intentando retirar lo que había quedado en el afortunadamente corto cabello -si, porque unas semanas atrás ella se lo había cortado con sus propias tijeras- y cara de la pelirroja. Soltando un gran suspiro ambas asintieron después de unos segundos de mirarse a los ojos. La próxima vez que quisieran pintar lo harían cada quien en un extremo de la habitación, con plástico especial recubriendo el piso para evitar accidentes. O al menos pedirían ayuda.

Aún así había sido una divertida experiencia.

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¿Porqué mujeres? Simple. Quería al menos un día con día con AkashiFem, uno con FuriFem y uno con ambos así. Igual es tan random que se puede leer como siempre con los dos hombres.

Nos leemos en el siguiente día.

31 Días de AkaFuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora