Llevo dos semanas encerrada en casa de mis padres. No quiero ver la tele, no quiero mirar el móvil. Me he borrado todas las redes sociales, no puedo entrar en Netflix porque todo habla de amor, igual que la música.
Además, mi jefa me llamó pidiéndome que me cogiera la baja laboral porque considera que no puedo trabajar así. Tampoco puedo salir de casa porque está todo lleno de periodistas esperando que de una declaración.
- Tía, ábreme - me pide mi hermana golpeando la puerta de mi habitación. - Venga. - le abro.
- Mira que eres pesada, no quiero comer si eso es lo que pretendes.
Me da su teléfono y no puedo creerme lo que veo. Marga embarazada de Marcos. Del mismo que me juró y perjuró que hacía más de dos años que no se acostaba con ella. Ya no aguanto más. Como Chenoa, en chándal, salgo a la puerta de la calle.
Una marabunta de cámaras se abalanza sobre mí. Los periodistas no paran de gritar y de hacerme preguntas. Me quedo quieta y callada hasta que se dan cuenta de que si siguen así no conseguirán nada. Una vez se calman, arranco:
- Hola, soy Nerea Escala - digo mirando fijamente a una cámara como si lo hiciera cada día - Quiero que me dejéis en paz tanto la prensa, como Marga, Alberto y Marcos. Yo era ajena a todo, me dejé llevar y me he metido en un lío que me ha paralizado la vida. Por mí, por mi familia y por mis amigos. Por favor, iros de aquí. No puedo más y esto me está llevando a extremos que no quiero. Marga, yo no tengo nada contra ti. Disfruta de tu embarazo, de tu hijo y de Marcos. Yo no pinto nada en vuestras vidas. Y por favor, despejad esto.
No doy ninguna declaración más. Entro en casa, me ducho y le mando un mensaje a Marcos:
" Nunca te he odiado. De hecho, nunca he odiado a nadie, pero esta sensación cada vez que pienso en ti, me puede. Sí Marcos, no quiero verte. No quiero saber nada de ti. Me has mentido. Decías que no tenías sexo con ella y ahora está embarazada. Todo aquello que me dijiste, ¿era también una farsa? Tanto tú como ella sois un par de interesados. Ella porque tiene una familia de mierda que no es capaz de aceptar la diversidad ni los caminos y decisiones de las personas a las que se supone que quieren y de ti, solo puedo añadir una cosa: te ha cegado el dinero y el poderío. Se sensato contigo mismo y por favor, no me busques, no me hables, no me llames más".
Procedo a bloquearlo y salgo de mi habitación. Mi familia no dice nada pero los veo feliz. Mi madre asiente con la cabeza. Está orgullosa del coraje y valor que he tenido para afrontar esta mierda. Anuncio que voy a ver un piso que seguramente me quede y salgo a la calle de nuevo. Respiro. Algunos periodistas siguen escondidos y sé que seguramente muchos de ellos me seguirán, pero se acabará pasando.
Una vez me subo al coche, llamo a mi jefa para comunicarle que el lunes estaré en mi trabajo bien puntual. Ir al gimnasio me costará un poco más porque estarán ambos, pero bueno, tiempo al tiempo.
Mientras conduzco, Marta y Elena me hacen una videollamada de Whatsapp. Coloco el móvil en el soporte manos libres y les cuento todo lo que acaba de ocurrir con pelos y señales dejando muy claro que no quiero saber nada de Alberto y mucho menos de Marcos.
ESTÁS LEYENDO
Espera. No te vayas.
RomanceEl novio de Nerea se va a trabajar a Alemania y, sin darle explicaciones, la abandona. Marcos, dirije un gabinete de arquitectura junto a su padre y su novia es Marga, una influencer hija de uno de los empresarios más cotizados de España pero con un...