cap 1

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El chico de un peculiar y vivaz rojo color de pelo desvió la mirada hacia la ventana que se encontraba a su izquierda, concentrándose en cómo el matiz del cielo adquiría una nueva tonalidad a medida que se acercaba el horario de finalización de clases.
El profesor de la última hora, ya cansado, apenas lograba que sus alumnos comprendieran algo de lo que les estaba explicando respecto a las consignas para el examen de la semana que viene. Su clase estaba completamente absorta en el fin de semana que estába a punto de comenzar para ellos, y a esas alturas ya era costumbre que los viernes al final de jornada el horario escolar terminara antes de lo debido.

A pesar de tener intriga de la hora exacta, Diluc prefirió concentrarse en el cielo e intentar adivinar, contando mentalmente los segundos que probablemente faltarían hasta que sonara el timbre.

— ¡Y cincuenta y nueve, hora de irnos!

La voz de Amber se alzó entre el barullo general de los estudiantes, y tras decir ese diálogo, obtuvo una aclamación general como respuesta, aliviada de que al fin pudieran retirarse de allí.

— Nos estamos retirando un minuto exacto antes de lo que deberíamos– Acotó un chico de lacio pelo azul marino en un corte diagonal— No me quejo, solo digo que no es literalmente la hora de irnos..

Y exactamente después de que hubiera terminado de pronunciar la última consonante, por extrema casualidad sonó el timbre que indicaba la hora de salida.
La castaña de bonitos ojos ambar simuló que no había escuchado a Xinqiu, o por lo menos le respondió en un tono lo suficientemente bajo como para que su voz de mezclarla entre el resto de las conversaciones de la clase que surgían al mismo tiempo.

El chico que se sentaba al lado de Diluc le dio un suave golpe en el hombro, invitándolo a que tomara sus cosas y se levantase como el resto. Esbozaba una sonrisa extraña en el rostro, que el pelirrojo ni siquiera se molestó en identificar.
Kaeya sonreía todo el tiempo, la mayor parte burlonamente, con un dejo de superioridad en la mirada. Pero ese día se traía algo un poco diferente. Y a esas alturas, su compañero pasaba directamente de intentar descifrar a que diablos se debía.

Tomó sus cosas, que estaban acomodadas desde hacía bastante tiempo dentro del morral y se puso de pie para dirigirse a la salida.

— ¿Escuchaste algo?
El peliazul lo miró fijamente con el ojo que no tenía escondido detrás del parche, pareciendo ser incapaz de borrar esa sonrisa burlona.

— ¿Hmm?

— Si escuchaste alguna palabra de todas las que dijo el viejo desde que llegó.

— No.

Diluc escuchó como el otro resoplaba por lo bajo, negando levemente con la cabeza fingiendo decepción.

— Que mal para el chico promedio estrella, ¿Y en qué se supone que estuviste pensando durante todo este tiempo?

Pero no tuvo una respuesta, ya que él se limitó a encogerse de hombros y a continuar caminando.

Debido a que se encontraban en secundaria alta ya no tenían que formar para salir, así que la bola de estudiantes que formaban una masa sin forma simplemente se dirigían hasta la puerta de la institución. Algunos grupos se quedaban hablando durante un rato en la entrada antes de despedirse, pero la mayoría, y más un día viernes, se saludaban con la mano y partían directamente hacia sus casas.

El sol de la tarde comenzaba a ser sumamente tenue, indicando que faltaba poco para que comenzara a oscurecer.
A ambos protagonistas les hubiera gustado que lloviera, pero para su desgracia, el cielo estaba completamente despejado con excepción de algunas nubes incoloras que viajaban de paso.
Un silencio seco inundaba el ambiente del que el pelirrojo apenas era consciente, aún sumergido en una oleada de pensamientos que no lo dejaban volver a la realidad.

꒰🌷꒱₊ Chica promiscua, me estás coqueteando【 Diluc x Kaeya 】‧⁺◌༘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora