Cap 12

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Kazuha se miró en el reflejo del espejo, que a su parecer no le devolvió ninguna expresión en particular.
Sonrió ampliamente, y observó como sus ojos cedían ante sus pómulos hasta quedar prácticamente entrecerrados.
Los alrededores le daban miles de vueltas, y sentía que su ritmo cardíaco había disminuido considerablemente al compás de una ligereza mental aliviante.

Desde el fondo del pasillo resonaba una canción del disco de la Oreja de Van Gogh  que le era imposible reconocer.
Incluso después de haberlo escuchado en bucle durante años de manera consecutiva, no tenía idea de cuál se trataba. La melodía de la guitarra, vagamente familiar, casi parecía estar reclamándole con voz queda respecto a su olvido.

Cuando volvió a enfocar sus ojos en el objeto frente a él, ya no esbozaba una sonrisa en lo absoluto.
Se apoyó sobre el lavabo, sintiéndose extremadamente mareado. Tal como si se estuviera cayendo.

Y es que empiezo a pensar
Que el amor verdadero es tan sólo el primero
Y es que empiezo a sospechar
Que los demás, son solo para olvidar

El finalmente recordarla le hizo dar un respingo de sorpresa que lo desequilibró, y justo antes de que se diera la cabeza contra alguna de las cerámicas del baño, cerró los ojos con fuerza.
A tiempo, alguien lo tomó entre sus brazos, para rescatarlo en el último segundo antes del impacto.

— ¡Kazuha! Mi vida, ¿Estás bien?

Cuando volvió a abrirlos, se encontró con los ojos violáceos de Scaramouche observándolo repleto de preocupación.
Abrió la boca para contestar, pero de entre sus labios sólo pudo escaparse un quejido repleto de pánico cuando un punzante dolor en la nuca le hizo darse cuenta de que nada de eso era real.
Jadeante, abrió los ojos, sintiendo una presión en el pecho que comenzaba a asustarlo de sobremanera. Le estaba costando respirar.
La fantasía le había durado muy poco para lo caro que le estaba saliendo.

Necesitaba ayuda. Urgente.
Quería que lo rescataran desesperadamente, y aún así tenía la certeza de que nadie se asomaría por el marco de la puerta para asegurarse de que estaba bien.
Porque Scara no tenía las llaves de su casa, porque estaba seguro de que Heizou lo odiaría, y porque...

— ¡B-beidou!

Sin embargo, nadie apareció al primer llamado. Ni al segundo, ni al tercero.
Evidentemente, no estaba en casa.
No había manera de que no lo hubiera escuchado, ya que en su mente, Kazuha estaba gritando con todas sus fuerzas. Por supuesto, sin darse cuenta de que en realidad apenas tenía un hilo de voz.

Con la vista borrosa, en parte por las lágrimas y en parte por el mareo, notó que su respiración se irregularizó aún más debido al pánico.

En la habitación contigua, la castaña de un único ojo se incorporó de la cama, pasándose una mano por el rostro para desperezarse y examinando a la joven que dormitaba a su lado en la cama.
No entendía del todo por qué se había despertado, pero le tranquilizó ver que Ninguang dormía a su lado con los labios entreabiertos. Le acarició el cabello cariñosamente, y se levantó para servirse un vaso de agua.

Sin embargo, para su sorpresa, apenas abrió la puerta de su habitación, un débil sollozo ahogado la recibió enseguida.

— ¿Kazuha?

Preguntó, con el tono de voz repleto de preocupación.
El chico solo atinó a soltar otro quejido sobresaltado, sin poder pronunciar palabra, mientras temblaba descontroladamente al sentir que la chica castaña corría hacia él y lo tomaba entre sus brazos.

— ¡Dios, Kazu! ¿Qué carajos hiciste? —Exclamó, delatando que rebosaba de preocupación debido a su tono de voz tembloroso —. ¡Ning! ¡Amor! ¡Llamá una ambulancia!

꒰🌷꒱₊ Chica promiscua, me estás coqueteando【 Diluc x Kaeya 】‧⁺◌༘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora