cap 2

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Tenía que ir a buscarlo, tenía que ir a verificar que el chico de pelo azulado estuviera bien.

Ahora, Diluc corría a toda velocidad a través de los pasillos de la secundaria Teyvat, abriéndose paso a los empujones contra la gran masa de estudiantes que se había acumulado en el pasillo y caminaban en dirección contraria hacia la puerta de entrada por la cual habían estado ingresando en breve.

— dILUC LA PUTA QUE TE PARIÓ, CASI ME PISÁS AAAAAA.

Amber le observó la espalda cuando pasó rozándola, dedicándole una mirada de desconcertación. ¿Qué diablos lo habría alterado tanto como para que se pusiera así?
Se alzó sobre sus talones y tomó una bocanada de aire a antes de gritarle.

— ¡Andá con más cuidado! ¡Más atrás vienen los de primaria! ¡No olvides que hoy era el acto de-

Pero la cola de su cabello rojo desapareció entre el resto de personas uniformadas que continuaban su camino, soltando quejas o insultos cada vez que el chico pasaba excesivamente cerca o empujaba a alguien.

Pero él apenas la escuchó. Ni siquiera sé había molestado en identificar de quién se suponía que era aquella voz.
Estába demasiado agobiado ahora mismo como para reparar en ello.

La carta que Kaeya había depositado sobre su banco, rezaba, en una cuestionable cursiva; "Lo siento, Diluc. Gracias por todo."

Idiota, idiota, idiota, que idiota qué era. ¿En qué se supone que estába pensando al escribir eso? ¿Acaso era consciente de cuánto lo estába preocupando?
Se le heló la sangre en pensar las posibilidades de ese mensaje.

Si tan solo pudiera ir a verlo.

— WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH.

Un estruendoso lloriqueo lo sacó de su nebulosa casi de una patada, y lo obligó a bajar la vista repentinamente hacia abajo.
Oh, no.

La pequeña silueta de Paimon sollozaba en el suelo mientras se sobaba la cabeza de forma conmocionada. La pequeña hiperactiva se había adelantado al resto de sus compañeros y a su maestra cuando habían comenzado a subir por las escaleras, para alcanzar a los estudiantes de secundaria y saludarlos.
Por supuesto, no contaba con la posibilidad de que un pelirrojo de una altura innecesariamente elevada la mandara a la otra punta del pasillo de una patada.
Por suerte, no se había lastimado demasiado porque había detenido la caída con las rodillas y las palmas de las manos. Sin embargo, estas habían quedado completamente raspadas, y le escocían un poco. Motivo suficiente como para que ya se hubiera puesto a llorar.

— Señor Ragnvindr. Me encantaría que me brindara una explicación ahora mismo respecto a su conducta.

La voz de Jean, la presidente de la clase, se abrió paso entre los pocos estudiantes que caminaban en esa zona. Luego de haber pasado la gran masa principal de alumnos, la cantidad había disminuido abismalmente hasta que solo quedaron los típicos atrasados del final, ya más dispersos.
Realmente había tenido mala suerte para justo haberse topado con Paimon.

Mierda, no podía permitirse perder mucho tiempo.

Diluc le dirigió una mirada gélida a la rubia.

— Nesecito retirarme. Ahora.

– Diluc, sabes perfectamente que no puedo permitirte hacer eso.

— Es una emergencia.

— ¿Mhh?

Una maestra de más atrás llegó corriendo a atender el llanto de Paimon, la tomó en brazos y se la llevo a la enfermería.
El pelirrojo las siguió con la mirada, sintiendo el estómago revuelto. En todos sus años como estudiante, jamás había pasado por un incidente así.

꒰🌷꒱₊ Chica promiscua, me estás coqueteando【 Diluc x Kaeya 】‧⁺◌༘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora