Capitulo 31: Palabras que dañan

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No sé cómo terminamos en esto. Aún me encontraba impaciente en aquel auto sin dejar de jugar con las manos y dejar de mirar hacia fuera y pensar en cómo termine aquí.

─ ¿Recuérdame como terminamos en esto? ─ pregunte nerviosa hacia katyna

─ Que me preguntas a mí. Tú fuiste la que decidió aceptar su invitación

Comencé a morderme el labio al escucharla. Tenía razón. No sé qué estaba pensando en aquel instante cuando el padre de Eijin nos insistió en que nos encontráramos con él. Apareció en casa de Matt insistiendo en que necesitaba conversar conmigo, que se disculpaba de la forma en que había aparecido ayer en casa y como habían terminado las cosas.

Creo que la desvelada de noche y la pesadilla me habían afectado mucho ya que después de tanta insistencia termine aceptando y ahora terminamos en un auto del señor John de camino a un hotel para no sé qué.

Cuando llegamos Katyna bajo y rápidamente Matt se acercó a mi puerta para poder ayudarme a bajar ya que a estas alturas me costaba bastante moverme. Entramos rápidamente aunque para mi fueron minutos eternos  de la recepción al elevador y no ayudo mucho que Katyna estuviese más nerviosa que yo.

Al salir lo primero que vimos fue un gran pasillo. Dudamos un segundo en el levador, pero rápidamente Matt bajo y nosotras los seguimos sin pensar mucho. Era difícil, aún tenía la oportunidad de salir corriendo o por lo menos revotando de allí si me arrepentía, pero no podría ya que Katyna apretaba mi mano con tal fuerza que había empezado a dolerme.

─ Katyna me voy a quedar sin mano  ─ me queje tratando de zafarme

Pero ella ni siquiera se inmuto. Tenía la vista fija en la puerta del salón al cual teníamos que entrar. No reaccionaba estaba nerviosa y aquello me ponía más nerviosa a mí.

Al entrar no pudimos evitar sorprendernos. Un gran salón donde se encontraba una sola mesa de cristal junto a cuatro sillas y otra mesa a un rincón llena de bandejas y  en ella muchos jóvenes garzones que corrían de un lado para otro mientras organizaban todo en aquel lugar. Apenas se percataron de nuestra presencia en la habitación se detuvieron y se formaron en fila junto a la mesa. Matt encontró rápidamente y nosotras lo seguimos. Los garzones nos movieron las sillas para poder sentarnos. Jamás en mi vida me había sentido tan incomoda a tanta atención. Nosotros ya sentados, los jóvenes comenzaron a traer los platos a las mesas y apenas terminaron se retiraron preguntando si necesitábamos algo más. Nosotros lo negamos fervientemente.

─ Eso fue lo más incómodo que he vivido en mi vida ─ se quejó mirando su plato katyna.

Creo que ninguno le presto atención ya que Matt y yo no parábamos de mirar a todas parte y no encontrar a nadie mas. Matt nos dijo que comenzáramos a comer después de esperar varios minutos sin que nadie apareciera. Comenzamos a comer con una tención que se podía par par en el ambiente sin que ninguno digiera alguna palabra.

Al cabo de una hora ya todos habíamos terminado de comer y sin tema de conversación simplemente nos mirábamos y volvíamos a suspirar sin saber que decir.  Ya estamos aburridos cuando desde la única puerta del cuarto entro el señor John caminando calmadamente con una sonrisa en su rostro como la primera vez que lo vi.

─ Disculpen la demora ─ dijo caminando hacia nosotros.

Todos nos pusimos de pie al verlo, pero el rápidamente nos pidió que volviéramos a tomar asiento. Nosotros obedecimos sin dudar y él se sentó en la única silla que quedaba vacía en la cabecera de la mesa de cristal. 

─ Espero que hayan disfrutado la comida

─ Estaba deliciosa Señor John ─ respondió Matt lo más formal que pudo

Mi secuestrador..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora