Capitulo 7 Actos confusos de Sophia

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La luz del sol me golpeaba en los ojos diciendo que era momento de despertar. Me encontraba en la cama completamente desnuda  con una simple sábana blanca que me cubría sutilmente. Trate de levantarme pero sin mucho éxito, mi cuerpo se encontraba pesado y  dolía mucho. Volví a levantarme pero esta vez pude sentarme.  Mire para todos lados, me encontraba mareada y me dolía mucho entre las piernas. << Mierda como puede dolerme tanto el cuerpo>>. Me puse de pie y comencé a caminar por el cuarto. Me encontraba completamente sola. Al parecer el pervertido se había ido a alguna parte. Esta era mi oportunidad para huir. Corrí asía la puerta pero se encontraba completamente cerrada.

- Maldita sea – balbució enfadada. Comenzaba a desesperarme pero tenía que pensar y tranquilizarme – Vamos Sophia – tome aire – tienes que tranquilizarte y salir de una vez de aquí.

Corrí al baño y me puse una bata para poder cubrirme ya que mi vestido se encontraba completamente destrozado por el ataque que sufrí anoche. Comencé a buscar todo lo que pudiera servir para abrir la puerta, pero nada,

- Maldición – grite tomándome la cabeza. comenzaba a desesperarme al no poder abrir la puerta. la mire acongojada durante bastante tiempo  hasta que recordé los pasadores de mi cabello. << bien >>

Me lance sobre ella y comencé a moverlo en la cerradura que no quería ceder. << vamos, vamos ábrete por favor >>  no dejaba de pensar. Estuve así bastante tiempo, mis dedos ya comenzaba a dolerme cuando de pronto el sonido del seguro cediendo me animo.

La abrí con cuidado y asome mi cabeza mirando para ambos lados. El pasillo se encontraba libre no había nadie, era la oportunidad perfecta para escapar. Corrí asía los ascensores y comencé a apretar descontroladamente el botón hasta que por fin sonó el timbre mientras se abrían lentamente las puertas. Subí presurosamente cuando medí cuenta que se encontraba un hombre  mirándome sorprendido. Lo ignore. Me apegue asía la puerta ya que no deseaba que nadie me mirara. Comenzamos a bajar mientras un silencio incomodo se imponía sobre el ascensor.  Comencé a mirar los números, ya no faltaba mucho para llegar al primer piso cuando de pronto me toco el hombro.

-  Disculpa – me miro nervioso – ¿te encuentras bien? – pregunto preocupado. Yo salte al rose de su mano sobre mi, apartándolo rápidamente. Me miro sorprendido al ver mi reacción. Comenzaba a templar y el no paraba de mirarme. - ¿Necesitas ayuda? – me pregunto tratando de mostrarme  lo preocupado que se encontraba al ver mi reacción. Yo lo mire y negué con la cabeza, me apegue más la pared. Me sentía mal y no deseaba que nadie me tocara y mucho menos los hombres. << Espera tonta>> pensé. Esta es mi oportunidad para pedir ayuda. Lo mire rápidamente y me lance sobre el agarrándolo de los brazos.

-  Por favor -  lo mire penosamente – ayúdame te lo pido – lo abrace. El quedo en shock al no entender mi cambio de opinión.

-  Espera muchacha. ¿qué pasa? – me aparto de él pero solo unos centímetros. Lo mire muy acongojada y las lágrimas comenzaron a caer sin control.

- Lo... que… pasa es que... –  nos interrumpió el sonido de las puertas abriéndose lentamente.

Palidecí completamente, mis ojos se abrieron de par en par, no podía creer lo que estaba viendo. Fue como si el diablo  se parara delante de mí y me mirara con ganas de matarme.

-  ¿Disculpen? – nos preguntó en un tono de enfado Eijin. No dejo de mirarme, un escalofrió  recorrió por mi cuerpo. Mire al hombre que aún me tenía en sus brazos pero esta vez sus ojos estaban clavados en él. Lo mire confundida hasta que el hombre se percató que aún me tenía junto él y bruscamente me empujo lejos.

Mi secuestrador..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora