Tu destino está sellado, elegida...
Aquella frase retumbó en mi mente mientras Yue y yo nadamos a través de la cueva subacuática que apareció al otro lado del portal.
El agua estaba turbia y fría. Era difícil orientarse y nadar fluido. Por lo que Yue optó por nadar con mayor fuerza para tirar de mi mano. Así que, mientras dejaba que él me guiara a través de la interminable cueva, yo me ocupé de esquivar las estalactitas y estalagmitas que de vez en cuando amenazaban con pincharnos. Noté entonces decenas de esqueletos humanoides y criaturas monstruosas al fondo del túnel rocoso. Posiblemente, tarottnianos y otras criaturas que intentaron cruzar por la Gotta, encontrando su tumba en estas aguas.
De pronto Yue tira de mi mano y me regresa de mis pensamientos. Me abrazó con fuerza y habló telepáticamente:
Sujétate fuerte.
Yue se encogió y posó su mano sobre mi cabeza para protegerme. Yo le abracé fuerte de la espalda e inesperadamente, una fuerte corriente de agua nos empujó a toda velocidad hasta otro espiral azul. Atravesamos el portal y la presión se detuvo. Yue y yo dimos volteretas en el agua y luego nos separamos. Me señaló con el dedo índice hacia arriba y ambos pataleamos hasta emerger del agua, dando una gran bocanada de aire.
Inhalé y tosí, mientras que Yue tiró de mi cintura hasta acercarme a una liana verde. Yo me sujeté de ella con fuerza y eché el cabello hacia atrás mientras regulaba mi respiración. Nunca antes había estado sin aire durante tanto tiempo.
–¿Estás bien? –preguntó Yue.
Yo asentí y el se peinó el cabello hacia atrás, haciendo una pose extremadamente sexi.
Una vez recuperada y con los ojos ajustados a la nueva luz, observé con detenimiento y maravilla el lugar donde nos había arrojado el portal: Se trataba de un amate gigante dentro de un cenote con agua cristalina. Del árbol caían decenas de lianas y la copa creaba una cúpula natural fuera del cenote.
–Impresionante, ¿no? –sonrió Yue.
–Si duda–exhalé asombrada.
–Estamos dentro del Cenote sagrado, el portal que conecta Tarott con el Mundo Antiguo. Y éste es el Árbol de la Gran Magia. Controla la temporalidad y distorsiona el espacio para poder viajar entre los mundos. Justo en este momento hemos viajado unos quinientos cuarenta y siete años humanos aproximadamente.
Abrí más los ojos, sorprendida.
–¿Quinientos cuarenta y siete años? ¿Y cuánto tiempo ha pasado aquí desde que cruzaste el portal?
Yue hizo cuentas mentales.
–Unos tres días. Más menos.
–Increíble...
Me sonríe y se sujetó de una liana cercana a la mía.
–Y aún no has visto lo mejor.
Empezó a escalar por la liana y salió del agua con agilidad. Yo lo imité y me sorprendí de sentir mi cuerpo liviano y ágil.
Al poco tiempo lo alcancé y Yue tomó impulso al columpiarse con la liana un par de veces. Saltó una distancia de casi dos metros y cayó fuera del cenote.
–¡Vamos, Aknei! –gritó con éxtasis.
Me armé de valor y le imité sin dificultad.
–Bien hecho–aprobó con las manos en la cadera.
Yo sonreí y exprimí mi cabello. Yue chasqueó los dedos y nos envolvió en llamaradas naranjas que generaban una combinación entre calor y cosquilleo en la piel. Cuando las llamas se extinguieron, nuestras prendas estaban secas.
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Sellada - Hilos del Destino I
FantasyLa vida de Aknei da un giro total cuando un día, unas aves come humanos atacan la aldea donde vivía y es rescatada por un joven dragón, quien le revela su verdadera identidad: Ella es la Última Guardiana de La Gotta y ha sido elegida para encontrar...