CAPITULO CINCO

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LIBERTY

Corté la llamada con William, y me dirigí a Melanie, quien estaba a punto de entrar en pánico.

—Oye, necesito que te quedes aquí, por si ella regresa. —dije. Melanie estaba pálida y con los ojos muy abiertos. Asintió, negó y luego volvió a asentir. Me giré hacia Sophie, la chica rubia que era compañera de cuarto de Camille, y ella estaba leyendo. Realmente no sabía cuál era su maldito problema, pero cuando llegamos a la habitación y le preguntamos por Camille dijo que no tenía idea de a dónde se había ido ¡Se suponía que debía vigilarla!

— Sophie, trata de que calmar a Melanie. —dije y me fui sin esperar respuesta, porque sabía que no me la daría. Cuando estuve fuera del cuarto atravesé el corredor que llevaba directo a la salida. Recorrí todo el campus, pero no había ni rastro de Camille, así que decidí volver, y en ese momento ví a William dirigirse a mí junto con Camille. Suspiré y fui corriendo hacia ellos.

—¿Estás bien? —ella asintió.

—Lo siento. —dijo con una sonrisa arrepentida.

—¿Qué sucedió? ¿Tu otro yo…? — ella negó con la cabeza.

—Nada de eso, solo fui a disculparme con Bobby por hacerle pasar un mal rato la otra noche. —dijo y me quedé mirandola sin poder creer lo que  decía.

—¿Estás hablando en serio? —dije mientras sentía hervir de rabia todo mi ser.

—¿¡Es una jodida broma!? —grité, y ella abrió mucho los ojos—. ¿Acabo de recorrer todo el maldito campus para que tú me digas que... —dejé de hablar cuando ví a William hacerme señas con su mano sobre su cuello indicando que era mala idea enojarme.

—Yo…yo…-dijo Camille mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.

Maldita sea.

Cálmate Collins.

Respira hondo.

Recuerda el verano, recuerda lo que dijo el jodido monje….

—Liberty...

¿Qué demonios era?

—Liberty...

Algo sobre la ira… envenena la visión y alteraba la sangre ¿o era al revés?

—¿Liberty? —dijo William mientras sacudía su mano frente  a mi rostro.

—¿Qué? —lo  miré y  él frunció el ceño e inclinó la cabeza, parecía confundido.

— No lo sé… parecía que ibas a golpear a alguien y luego solo te quedaste pensando. —dijo. Sentí que mi rostro se volvía color rojo. Oh no. Dios, dime que no lo hice, no enfrente suyo. Miré a Camille para evitar la mirada de curiosidad de William.

—Lo siento, nos preocupamos y blablablá. — hablé a toda velocidad mientras tomaba su mano y volvía hacia los dormitorios. Como noté que William comenzaba a seguirnos me dí la vuelta y le dije: —Detente. He tenido suficiente por un día. —él alzó las manos mientras se daba la vuelta, al parecer, irritado.

Cuando llegamos al cuarto de Camille, estaba jodidamente limpio. Melanie estaba acomodando los libros sobre el escritorio, por lo que no se percató de nuestra entrada.

—La encontré. —dije llamando su atención. Ella se dió la vuelta y el alivio inundó su rostro. Se acercó a Camille, y comenzó a hacerle muchas preguntas, asi que me dí la vuelta y estaba a punto de irme cuando Camille dijo: —Gracias Libby.

Me detuve y sentí mi corazón detenerse… Libby ¿era ese un sobrenombre?

—¿Có-cómo me llamaste?

Desastrosa Coincidencia© (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora