CAPITULO DIECINUEVE

367 18 6
                                    

LIBERTY

Mel/Maniática: Liberty ¿podría hacer las compras para la semana? No tengo clases hoy.

Yo: Haz lo q t plazca, siempre y cuando no incendies el dpto!

Mel/Maniática: Okey! Gracias!

Recibí el último mensaje al llegar al salón y me senté en el fondo. Cuando estaba guardando el celular divisé una rubia y lacia cabellera familiar sentada unos asientos más adelante.

-¿Sophie?- dije en voz alta. Ella, como era habitual, estaba leyendo un libro y no me escuchó. Puse mis ojos en blanco.

-¡Sophie!- grité y la ví tensarse. Se dió la vuelta lentamente y me dirigió un leve asentimiento de cabeza.

-¡No sabía que estábamos en la misma clase!- grité. Ella frunció el ceño, luciendo confundida. Parecía que no escuchó lo que acababa de decir, así que decidi gritar aún más fuerte.

-¡QUE NO SABÍA QUE ESTÁBAMOS EN LA MISMA CLASE!- dije y sentí a alguien reírse a mi lado. Me giré molesta y ví a un muchacho de pie a unos pasos de mí taparse la boca demasiado tarde, su cara se me hacía familiar.

-¿Te parece gracioso algo de lo que dije?- dije cruzándome de brazos. Él negó con la cabeza mientras retiraba su mano y me sonreía. Era algo lindo, su cabello era negro ondulado y sus ojos de color claro.

-Lo siento, es que te veías adorable.- dijo, y sonreí ante su débil intento de coqueteo.

-Esa fue la mentira más grande que he escuchado, pero valoro el esfuerzo por querer zafarte del problema. – dije mientras lo ignoraba y sacaba mi cuaderno. Él se sentó a mi lado y lo miré de reojo.

-¿Te molesta si me siento aquí?- dijo sin dejar de sonreír. 

-Me da igual.- dije poniendo los ojos en blanco. Por todos los cielos, espero que no abra su maldita boca de nuevo, pensé mientras veía al profesor ingresar al salón y saludar. Le eché un vistazo a Sophie y ella ya estaba de vuelta con su libro. Cuando estaba a punto de tirarle una pequeña bola de papel, algo que dijo el profesor llamó mi atención.

-Bueno entonces, espero que todos tengan suerte en sus exámenes.- dijo de repente y mi corazón casi se detiene. ¿De qué examen hablaba? No recordaba que haya dicho algo la semana pasada… ¿o lo hizo? Comencé a entrar en pánico. Tenía seis materias este semestre, y había reprobado cuatro de ellas. Si sumaba una más, mi padre iba a matarme, además de que nunca podría escapar de Los Ángeles si no me graduaba.

-Déjame adivinar, no lo sabías.- dijo el chico a mi lado. Le lancé una mirada de advertencia.

-No es tu jodido problema.-dije mientras buscaba la maldita bola de papel para llamarle la atención a Sophie, tal vez ella podría prestarme su examen cuando lo terminara y lo copiaría. Trascurrieron veinte minutos, y a pesar de que había lanzado cuatro bolas de papel, Sophie había decidido ignorarme. Maldita perra.

-Si quieres puedo prestarte el mío.- susurró el chico de repente. Giré la cabeza tan rápido que casi me mareo.

-¿Qué?- dije abriendo mis ojos atónita. Por favor Dios, dime que no acabo de imaginar eso. Él me sonrió, buscó unas hojas y las puso en su banco para pretender que era su examen, y luego me ofreció el suyo. Lo miré y luego de vuelta al examen, suspirando aliviada.

-Lamento llamarte idiota.- dije mientras comenzaba a copiar.

-No me llamaste idiota.- dijo él. Y yo asentí.

Desastrosa Coincidencia© (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora