CAPITULO VEINTE

209 15 2
                                    

No tengo idea de cómo es que terminé aquí.

En realidad, sí lo sabía. Estaba en mi habitación, con un chico que parecía de unos treinta años, rubio y de barba y ropa desaliñadas, que me miraba como si estuviese por escapar en cualquier momento. Solo había golpeado al hermano de Camille, no entiendía por qué tanto alboroto, él claramente lo merecía por ser un acosador y atreverse a seguirme hasta mi casa. Le eché otro vistazo al hombre a mi lado.

-Okey.- dije respirando hondo-. ¿Quién demonios eres tu?- dije cruzándome de brazos.

- Soy Logan. Vivo en el edificio de al lado. - dijo como si aquella respuesta fuera suficiente.

-Okey idiota, reformularé la pregunta. ¿Cómo llegaste a mi jodida habitación?- dije con frustración. Él se encogió de hombros.

-Reconozco tus gritos, supuse que había problemas. Además, podía imaginar claramente desde mi piso a una Melanie entrando en pánico.

-¿Melanie?- fruncí el ceño-. ¿De dónde demonios la conoces?- Él estaba a punto de responder cuando la puerta se abrió. Melanie estaba allí lanzándole una mirada de disculpa al tal Logan.

-Problema resuelto. - dijo con timidez. Él le sonrió con ternura y luego se fue con ella. Cuando escuché la puerta principal cerrarse, salí de mi habitación con cautela.

Allí en la sala de estar, sentados en el sofá, estaban Camille y su hermano, quien tenía una bolsa de patatas congeladas cubriendo la mitad de su rostro. No tenía idea de cuántas veces lo había golpeado, pero al parecer su cara no estaba tan dañada, solo le sangraba la nariz y tenía su labio hinchado. Yo tuve también mi cuota de dolor. Lo pude sentir al, luego de tranquilizarme, intentar mover mi mano sin lograrlo, ya que tenía los nudillos hinchados y lastimados. No quería que nadie lo viera, así que me puse una sudadera con bolsillos y escondí allí mis manos.

Melanie cerró la puerta principal detrás de sí, mirándome enfurecida.

-Liberty, esto ha ido demasiado lejos -dijo y me sorprendí al escuchar la dureza en su voz.

-¿Disculpa?-la incredulidad inundaba mi voz. ¿Estaba hablando en serio?

-No puedes golpear a alguien cada vez que se te ocurra. - dijo furiosa.

-Al menos no hago algo tan inservible como ponerme a llorar o entrar en pánico como una estúpida niñita.-solté señalando a ambas. Ella se echó hacia atrás y su cara lucía sorprendida.

-Suficiente, ambas.-gritó Camille, lo que hizo que la mirarámos-. Está bien Mel, todo fue un malentendido. Déjenme explicarles. -dijo poniéndose de pie pero sin separarse de su hermano, quien estaba en el sofá y lucía molesto.

-No tienes por qué decirles, vuelve a casa.- dijo él alzando la mirada hacia ella.

-Son mis amigas Peter, y...no hay tal cosa como casa.- dijo Camille con enfado y tristeza. El rostro de Peter reflejó tanto dolor que mi golpiza parecía el suave roce de una pluma.

-Libb, Mel, él es Peter, mi hermano y mi única familia. Está aquí porque huí de su casa...- dijo sentándose de nuevo en el sofá y juntando sus manos.

-¿Qué hay de tus padres?- dijo Mel.

-Es una larga historia-suspiró. La observé, y luego a su hermano. Recordé lo que me había dicho William, sobre averiguar algo del pasado de Camille para poder ayudarla. Tal vez este era un buen momento para que ella se sincerara.

-Bueno...tenemos todo el día.- dije acercándome al sofá. Me senté frente a ellos en el suelo. Camille se quedó observando mi rostro un momento, parecía tener una batalla interna para decidir si contarnos o no. Al final suspiró derrotada y comenzó a hablar. ...El pasado de Camille podría describirse como trágico, por momentos creí que ella comenzaría a llorar desconsolada, diablos YO quería llorar, pero cuando sus ojos se llenaban de lágrimas su hermano sostenía su mano para darle fuerzas. Nos contó sobre sus padres, su infancia y Daphne.

Recién cuando el cielo se tiñó de rojo ella dejó de hablar.

Se hizo el silencio. Peter nos miraba con seriedad, preparado para contener a su hermana ante cualquier reacción contraria por parte de nosotras. Mi corazón se sentía extraño, su historia me había dejado sin aliento y de repente sentí la necesidad de hablar con mi padre y de ver a alguien más. Me levanté, busqué mi celular en la habitación y salí del departamento sin saludar a nadie. Cuando estuve afuera tomé una respiración profunda y marqué el número de mi padre.

-¿Liberty?- dijo sonando sorprendido, eso hizo que mi corazón doliera. Me lo merecía. Nunca contestaba sus llamadas, y solo le mandaba mensajes cuando necesitaba dinero o era absolutamente necesario.

-Hola...-dije con timidez.-Yo...solo...-

-¿Qué sucede hija? ¿Estás bien? ¿Tienes problemas con...-

-No, yo solo pensaba en ir a verte este fin de semana, ya sabes, pasar un tiempo contigo...-solté. Él se quedó en silencio por un largo rato.-Escucha si estás ocupado solo...

-Sí, es decir, no estoy ocupado. Y sí, puedes venir. Quiero que vengas, ha pasado mucho tiempo.-dijo con su voz algo quebrada. Tragué saliva nerviosa.

-Okey, te hablo luego entonces, adiós.- Corté antes de que pudiera decir otra cosa y solté el aire que no sabía que estaba conteniendo. Luego de eso, tomé un taxi y le dí la dirección de William.




................................................



Muchísimas gracias por su paciencia y espero que continúen leyendo esta historia.

Publicaré un capítulo todos los domingos, y l@s aliento a comentar y dejar sugerencias ya que me ayudará a ser mejor escritora y que disfruten al leer mi novela.

Muchos muchos saludos a tod@s, nos leemos el próximo capítulo :P.

;)

Desastrosa Coincidencia© (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora