𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬

𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟲: 𝐔𝐍 𝐁𝐄𝐒𝐎 𝐍𝐎 𝐒𝐈𝐆𝐍𝐈𝐅𝐈𝐂𝐀 𝐍𝐀𝐃𝐀 🌺

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Y después de esa noche llena de "pequeños" problemas. Los chicos ya estaban desayunando en el comedor donde los padres del rubio no encontraban ahí al tener mucho trabajo que hacer.

Nia soltó su tenedor estando aburrida, tampoco es como que quisiera comer algo después de que su tío le había dicho eso. «Subiste de peso, Nialette. ¿No te lo había dicho tu madre?» eso la había hecho dudar demasiado sobre su cuerpo, según ella estaba bien al ser una niña aún pero si alguien decía que estaba mal, es porque estaba mal.

— Come algo, lo necesitarás porque te vas a marear en el vuelo y no quiero que te vomites. —soltó Peter sentado a un lado de ella y comiendo de los waffles que les habían preparado los empleados del hogar.

— No tengo hambre. —mintió con un tono de voz apagado. El castaño arqueó una ceja confundido e intrigado.

— No has comido nada desde la pizza de ayer, tampoco es como si hayas comido mucha. —recordó viéndola con el ceño fruncido. — ¿Pasó algo?, ¿te sientes mal? Seguro debe de ser eso-

— No, no. No es nada grave, sólo... No tengo hambre, eso es todo. —aseguró, teniendo que interrumpirlo en lo que estaba diciendo. — Sigue comiendo tú, supongo que es sólo porque estoy aburrida, ya se me pasará. —le restó importancia con un ademán de mano.

Peter asintió aún preocupado pero si le seguía insistiendo lo más probable es que iba a molestarse, o también estaba la probabilidad de que le dijera la verdad, pero prefería no arriesgarse. Además de que también tenía en la cabeza el tema de la prueba de Bret, quería ayudarlo pero el rubio no se dejaba por lo que no había mucho que hacer.

Más aparte en el tiempo que estaba pensando en eso, también se mantenía enfocado en saber qué iba a pasar con él al ser de la misma clase de familia. ¿También tendría una prueba similar a la del rubio o incluso la misma? Lo que sea que fuera, no quería, si Bret terminó mal por lo que lo obligaron a hacer siendo mayor, lo que le pasara sería peor al apenas cumplir catorce hace menos de dos meses.

— ¡Peter! —soltó un pequeño grito Donna al estarle hablando desde hace unos minutos.

El nombrado sacudió la cabeza rápidamente y confundido, ese día ya lo tenía perdido desde que despertó, la miró esperando a que le dijera de qué le estaba hablando pero ésta la veía con demasiada molestia como para volverle a preguntar.

— ¿Qué pasó? —se atrevió a hablar.

Donna soltó un resoplido sabiendo que no escuchó lo que dijo.