Soy Madison Miller tengo 23 años acabo de terminar mi carrera hace algunos meses y vivo con mis padres en la Hacienda “Amelia” ese nombre de lo dió mi padre cuando se enamoró de mi madre, ella se llama Amelia y él se llama Jack. Estudié en Londres durante varios años, pero cuando termine regresé a la Hacienda, hace poco nos enteramos que mi padre tiene cáncer en los huesos. Para mi padre su rancho es todo en su vida al igual que su familia, tengo un hermano mayor, se comunica con nosotros pero no muy seguido, hace unos años tuvo una disputa con mi padre y se alejó, él tiene un hijo con su novia, me gustaría poder verlo pronto.
Los rayos del sol entran por la ventana, abro mis ojos lentamente, tomo mi celular que está en el escritorio que está al lado de mi cama veo la hora y son las 7:00, me levanto, entro al baño, me doy una ducha, me lavo los dientes, me cambio, me peino y bajo a desayunar. Cuando entro al comedor y veo a papá leyendo el periódico y a mi mamá a su lado viendo una revista y digo:
–Buenos días – me acerco a los dos y les doy un beso.
–Buenos días – contestan al unísono.
–¿Cómo dormiste princesa?
–Bien y ¿ustedes?
–También bien
–Hija hoy tendremos visita vendrá Amanda y su hijo.
Amanda es una vieja amiga de mi madre, pero a su hijo no lo conozco.
–Tenía pensado salir a cabalgar un rato ¿a qué hora vendrán?
–A las dos.
–Ok, estaré lista.
Termine mi desayuno, me levanté de la mesa y salí a las caballerizas entré y le dije a uno de los trabajadores que me ensillara un caballo, cuando estuvo listo salí a dar una vuelta por las tierras, perdí la noción del tiempo y me di cuenta que casi eran las dos, llegue rápido a las caballerizas entregué el caballo y entré corriendo a la casa iba tan distraída que choque con un cuerpo duro, caí al piso y estaba sobre él, levanté la mirada y me encontré con unos ojos grises me sacaron de mis pensamientos cuando dijo:
–¿Por qué no te fijas por donde vas? – rápidamente me bajo de él y me levanto, y después él se levanta.
–¿Disculpa? ¿Por qué te atraviesas en mi camino? – dije un poco exaltada.
–Tú fuiste quien entró corriendo y no te fijaste.
–Es mi casa y por lo cual puedo entrar corriendo cuando yo quiera.
–Ja, eres una mal educada, se nota que te dejan hacer lo que quieres.
Lo que dijo me enojó y dije:
–¿Y eso te importa?– cuando iba a decir algo más mi madre entró con mi padre y la amiga de mi madre y dice mi madre:
–Parece que ya se conocieron.
–La verdad es que no nos hemos presentado, soy William Michaels – me extendió la mano, yo lo fulminé con la mirada y le di la mano:
–Madison Miller.
–Es un gusto conocerte Madison.
–Lo mismo digo William.
–Muchachos Rosa ya sirvió la comida, vamos a comer.
Nos dirigimos al comedor y nos sentamos a comer, mis padres hablaban con la madre de William.William era muy guapo no lo había observado bien, tenía una sonrisa hermosa, sus ojos grises, el cabello castaño claro, era atractivo y tenía un cuerpo trabajado, se podían ver sus músculos a través de su camisa. La voz de mi madre me sacó de mis pensamientos:
–Hija ¿Por qué no llevas a William a conocer los establos?
Levanté la vista para verlo y tenía una sonrisa burlona entonces conteste:
–No creo que William quiera ir ¿O si?
–La verdad me gustan mucho los caballos, en la hacienda tenemos muchos.
–¿En la hacienda?
–Sí, allí es donde vivimos.
–William entonces ¿Quieres ir con Madison a ver los establos?
–Por mi perfecto pero ¿Madison quieres ir tú?
–A Madison le encanta estar ahí ¿verdad Madison?
–Sí – le sonreí, pero más bien pareció una mueca.
Nos levantamos de la mesa y caminamos hacia las caballerizas el camino era silencioso y decidí romperlo:
–Entonces tienes una Hacienda.
–Sí, es donde vivo junto a mi madre, yo trabajo ahí, pero hoy no pude porque mi mamá me dijo que tendríamos que venir a visitarlos.
Llegamos a las caballerizas y entramos, se notaba que le gustaban los caballos por la forma en que los trataba y les hablaba, salí de mis pensamientos cuando me dijo:
–Cuando vine con mi madre la última vez hace algunos meses no estabas aquí.
–No, estaba estudiando en Londres. – asintió.
Después de un rato regresamos a la casa era de noche cuando William y su mamá se fueron. William tenía cambios de humor extremos y eso me hacía enojar, tuvimos unas cuantas peleas en el día, cuando su madre nos veía juntos sonreía y no tengo la menor idea de porque.
Era la hora de cenar y estuvimos en silencio. Después de cenar subí a mi habitación y me preparé para dormir, escuché que tocaron la puerta y dije:
–Pase.
Entró mi madre a mi habitación, se veía un poco triste y le pregunté:
–¿Qué pasa mamá?
–Tengo que hablar contigo.
–¿Sobre qué?
–La enfermedad de tu padre está empeorando y el rancho está por la borda, no te lo quería decir para no preocuparte, pero creo que es el momento.
–Mama tenías que habérmelo dicho, yo puedo trabajar y ayudar en el rancho.
–Hija eso es demasiado sabes que estamos pagando el tratamiento de tu padre y no podemos atender la hacienda sin un ingreso y las cuentas están en ceros.
–Pero yo puedo ayudar.
La mire y había algo que no me quería decir, conozco bien a mi madre.
–¿Quieres decirme otra cosa?
–Es que hay una solución, tú sabes que tu padre se muere sin este rancho.
–¿Qué es mamá?
–Veras la única solución es que te cases con William.
–¿¡Qué!?
–Sé que es difícil pero por eso vinieron hoy, su madre está de acuerdo, dice que necesita una esposa para él y tú eres una buena opción, ella me ofreció ayuda a cambio de que te cases con William.
–Mamá eso es como venderme.
–No lo veas así, es para ayudar a tu padre, además William es guapo y...
–Es guapo, pero tiene cambios de humor que no me gustan y me hacen enojar.
–Hija por lo menos piénsalo. Buenas noches.
Me dio un beso y salió, no me dejó contestar, William es muy atractivo y guapo, pero odio sus cambios de humor, si la hacienda se viene abajo, mi padre se muere, amo a mi padre y lo haré por el, jamás me perdonaría que algo le pasara por no acepatr esta propuesta.
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UN MATRIMONIO FORZADO
RomanceMadison Miller una chica muy linda de 23 años, vive en un rancho junto a sus papás, todo iba bien, pero se enteraron de que su padre está enfermo, los costos de su tratamiento han sido muchos y pueden perder el rancho, es aquí donde llega William Mi...