CAPÍTULO 17

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El tiempo pasaba, tenía tres meses, mi vientre no se notaba mucho pero ya estaba más grande, todas las noches antes de dormir William le hablaba al bebé y me besaba el vientre. Estos últimos días no estuve al pendiente de Ryan, siento como que no le preste mucha atención y eso me hace sentir mal, como una mala madre, no he jugado con él, no le he ayudado a estudiar. Era de mañana William seguía dormido y no me quería mover para no despertarlo, estos últimos días ha estado muy cansado por el trabajo y por los antojos porque lo desperté en la noche, no me deja hacer nada. Se movió un poco y se despertó:

–Buenos días amor.

–Buenos días cariño.

–¿Cómo dormiste?

–Bien, hace tiempo que no dormía así.

–Si, lo sé y lo siento.

–¿Por qué?

–Porque se que vienes cansado y en vez de dejarte dormir te despierto a media noche para que vayas por lo que se me antoja.

–Pero no pasa nada, a mi me gusta verte feliz y soy tu esposo, tú y mis hijos están por delante de todo y voy a hacer todo lo que este al alcance de mis manos por hacerlos feliz.

–Gracias William, Te amo.

–Y yo a ti.

–William tengo que hablar con Ryan.

–¿Por qué?

–Estos últimos días no he estado mucho con el y no quiero que se sienta solo.

–Él te entenderá.

Me levanté hice mi rutina diaria, William se quedó en la cama cuando salí me fui a cambiar, salí de la habitación, iba a hablar con Ryan abrí la puerta y no estaba en su habitación, entré al baño y tampoco estaba, bajé a la cocina, no había nadie, revise toda la casa y no estaba eso me preocupó, un peón iba pasando:

–Disculpa.

–Dígame patrona.

–¿Han visto a Ryan?

–Hace más de una hora que le ensillaron su caballo y salió, lo más raro es que llevaba una mochila.

–Gracias.

Entré a la casa rápido, subí las escaleras y entré a la habitación, William se estaba cambiando:

–¡William!

Salió con la camisa desabrochada

–¿Qué tienes amor? ¿Te sientes mal?

–Ryan.

–¿Qué pasa con Ryan?

–Se fue.

–¿Cómo que se fue?

–Lo busque por toda la casa, como no lo encontré le pregunte a un peón si lo habían visto y me dijo que hace más de una hora que le ensillaron un caballo y se fue, dice que llevaba una mochila. ¡Todo esto es culpa mía! – comencé a llorar, William tenia cara de frustración, se acercó a mi y me abrazó.
–Cálmate amor, le va a hacer daño al bebe, voy a buscar a Ryan y lo voy a traer sano y salvo.

–Yo quiero ir contigo.

–No, quédate aquí.

–Si me quedo aquí va a ser peor la preocupación.

–Bien pero vamos a ir en la camioneta

–Es mas fácil en caballo.

–Pero tú no puedes montar.

UN MATRIMONIO FORZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora