CAPÍTULO 9

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Ya había pasado dos meses desde la llegada de Ryan, todos estábamos felices, con William habíamos tenido varias peleas pero siempre las arreglábamos, nos divertíamos mucho, en tan poco tiempo ya tenía una familia, por la cual tenía que ver hacia delante. Íbamos a ir de día de campo, estaba preparando la cesta cuando William entró con mi teléfono en la mano y dijo:

–Es tu mamá.

–Hola mamá ¿Cómo están?

–Hija tienes que ser fuerte por tu familia.

Cuando dijo eso sentí una punzada en el pecho, por la cara que hice William se acercó a mí y me tomó de los hombros.

–Mamá dime qué pasa por favor

–Tu papá, está muy mal, estamos en el hospital, será mejor que vengas pronto, ya le avisé a tu hermano y viene en camino.

–Sí mamá.

Corté la llamada, abracé a William y comencé a llorar, le conté lo que mi mamá había dicho y nos dirigimos al hospital, le contamos a Ryan lo que estaba pasando y se puso triste. El camino iba silencioso, yo estaba pensando en mi papá, por qué a las personas buenas les pasa esto.
Cuando llegamos entramos todos al hospital, corrí abrace a mi mamá y comenzamos a llorar:

–Madison tu padre dijo que quiere que entres con tu familia y cuando tú hermano este, entres con el.

–Sí mamá.

–William, mi papá quiere que entremos los tres juntos.

–Está bien, vamos a decirle al doctor.

Fuimos a hablar con el doctor nos pusimos la vestimenta adecuada y entramos a su cuarto:

–Hola papá, vinimos a verte.

–Hola a todos, como verán pues ya estoy en mis últimos momentos.

–No digas eso papá.

–Madison sabes que es verdad.

Sentí que lágrimas bajaron por mis mejillas, mi papá me las limpio:

–No estés triste recuerda que tienes una familia a la cual cuidar.

–William y Ryan acérquense.

Se acercaron a William y Ryan:

–Abuelito te vas a poner bien ¿verdad?

Cuando Ryan dijo eso sentí que mi corazón se partía en mil pedazos, me levanté de la silla y fui hasta la esquina de la habitación me puse de espaldas a ellos para poder calmarme, William se acercó a mí y me dijo:

–Todo va a estar bien, nosotros vamos a estar contigo siempre.

–Gracias William, por eso te amo.

Me limpió las lágrimas y volvimos a acercarnos a la camilla, me senté y mi papá dijo:

–Madison tienes que ser fuerte por Ryan, por William, por tu mamá, tu hermano.

–Si papá.

–William prométeme que vas a cuidar a mi hija y la vas a hacer feliz.

–Eso téngalo por seguro.

–Y tu Ryan tienes que ser fuerte, cuidar a tu papá, a tu mamá y a tu abuela, cuando se peleen ayúdalos para que arreglen sus cosas, prométeme que vas a cumplir eso.

–Si abuelito, pero no me vayas a dejar solo. – dijo sollozando.

–Ryan yo nunca te voy a dejar solo, siempre te voy a cuidar desde donde este.

Me levanté y abrace a William, comencé a llorar en silencio, Ryan estaba desconsolado, después de unos minutos llego la enfermera y nos dijo que teníamos que salir. William cargó a Ryan y a mi me tenía abrazada por los hombros, salimos de la habitación, cuando salí ví a mi hermano Matthew estaba abrazando a mi mamá. Corrí hasta él y lo abracé, lloramos juntos un rato y después le presente a mi familia, Matthew y su familia entraron a ver a papá, cuando salieron mi mamá me avisó que tenía que entrar con Matthew, le dí un beso a Ryan y otro a William, volví a entrar:

–Hijos acérquense.

–Papá por favor no te esfuerces tanto.

–Hija déjame disfrutar estos últimos momentos que me quedan con ustedes, quiero que me prometan que van a volver a estar unidos por su madre, ustedes son sus pilares para que ella se mantenga bien. Matthew perdóname por las peleas que tuvimos debí haberte apoyado.

–Papá, perdóname tú a mí, por no haber estado contigo por culpa de este orgullo que tengo.

–Me dan un abrazo.

–Sí. – dijimos al unísono.

Nos acercamos y lo abrazamos.

–Hijos gracias por haberme hecho tan feliz, perdónenme por no estar más tiempo con ustedes.

Cuando terminó de decir eso la máquina comenzó a dejar de marcar los latidos.

–¡Papá! ¡No por favor no! – grité llorando.

No tardaron mucho cuando entraron los doctores a sacarnos de la habitación, Matthew me sacó después llegó William y me abrazó contra él, después de unos minutos salió el doctor:

–Lo siento no pudimos hacer nada para salvarlo.

Cuando dijo eso sentí como mi mundo se desboronaba poco a poco, después de eso todo se volvió negro.
Desperté por el olor a alcohol, William estaba conmigo en un consultorio, cuando vió se acercó a mí, yo lo abracé y comencé a llorar sin parar, el me sobaba la espalda para reconfortarme:

–¿Por qué William? ¿Por qué mi papá?

–Desahógate, te va a hacer bien.

Estuve llorando durante varias horas:

–¿Dónde esta Ryan?

–La esposa de tu hermano se lo llevó con su hijo.

–Gracias William por estar aquí conmigo.

–Siempre voy a estar contigo.

Me dio un pequeño beso, salimos a la sala de espera y ahí estaban toda mi familia Matthew se me acercó:

–¿Te sientes bien?

–Si, ya estoy mejor.

William abrazó a Matthew como si ya se conocieran:

–¿Ustedes se conocían?

–Si, estudiamos donde mismo.

–¿Por qué nunca me dijeron?

–Porque pensábamos que tu mamá te diría.

–El mundo es tan pequeño mi hermana resultó casada con mi amigo, y ahora tengo un sobrino.

Me acerqué a mi mamá y la abracé, estaba llorando desconsoladamente, llegó Matthew y nos abrazó, unos minutos después llegó Kate mi cuñada con mi hijo y mi sobrino, cuando Ryan me vio corrió y me abrazó:

–Mami ¿Y mi abuelito?

Miré a William, el se acercó a nosotros y se puso a la estatura de Ryan.

–Ryan tienes que ser muy valiente.

–Sí mami.

–Tu abuelito ya no está con nosotros, se fue a otro lugar del que no va a volver, pero él siempre va a estar contigo.

Cuando le comencé a decir Ryan tenía los ojos cristalizados y lágrimas bajaron por sus mejillas, me abrazó fuerte y después William nos abrazó a los dos. Me sentía triste pero tener a mi familia cerca me hacía sentir mejor.
William acompañó a Matthew para que hicieran todos los trámites, no quería dejarnos solos ni a Ryan ni a mí pero yo le dije que íbamos a estar bien.

UN MATRIMONIO FORZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora