CAPÍTULO 10

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Llegamos a la casa y me puse a preparar una maleta con ropa para William y para mí, cuando terminé fui al cuarto de Ryan y los dos estaban en la cama dormidos, preparé una maleta para Ryan y regrese a mí habitación, me fui al baño, me encerré y comencé a llorar, a lo que más le temía se había hecho realidad, me quite la ropa me duché y muchos recuerdos vinieron a mi mente, cuando jugaba con mi hermano y mi papá, nuestros viajes familiares, las cabalgatas, todo lo que habíamos hecho juntos. Dure dos horas en la bañera hasta que tocaron la puerta:

–Amor ¿Estás bien?

–Si, ya voy.

Me envolví en la toalla, y salí al vestidor me puse un vestido negro con unos tacones negros y mis lentes oscuros, cuando salí estaba William con una camisa de vestir negra, unos zapatos y pantalones del mismo color. Fui al cuarto de Ryan y estaba peinándose, iba vestido al igual que su papá. William tomó las maletas, yo mi bolsa y nos fuimos a la camioneta, subí a Ryan y le abroché el cinturón, William me abrió la puerta y me ayudó a subir, cuando llegamos bajamos y entramos a la casa todos estaban en la sala, subí a una de las habitaciones, se la preparé a Ryan, William y yo usaríamos la que era mía, acomodé todo y bajamos a comer, no tenía ganas de nada:

–Madison amor tienes que comer algo.

–Es que no tengo hambre William.

–Pero te vas a enfermar.

–No quiero.

–Mami si tú no comes yo tampoco voy a comer.

–Ryan tienes que comer.

–Tú también tienes que comer y no lo haces.

–Voy a comer y tú también.

–Ok.

Me comí lo que tenía en el plato, en unas horas nos entregarían el cuerpo de mi papá, William se veía cansado al igual que Ryan, yo también tenía que descansar para poder quedarme toda la noche despierta.

–William vamos a descansar un rato.

–Ok, Ryan ven.

–¿Qué pasó papi?

–Vamos a descansar.

–Ok.

–Dales un beso a tu abuela, tía y tío.

–Ok.

Se acercó a todos y les dió un beso, subimos las escaleras lo llevé a su cuarto y le canté para que se durmiera, me levanté, William me tomó de la mano y nos fuimos a nuestra habitación:

–¿Te sientes bien?

–Si, solo estoy un poco cansada.

–Bueno de menos gracias a Ryan comiste.

–Pues si.

Se acostó en la cama, palmeó un espacio a su lado, me quite los tacones y me acosté:

–Gracias William para mí eres una de las personas más importantes de mi vida y que estés aquí conmigo en estos momentos es lo mejor. – lagrimas comenzaron a bajar por mis mejillas, William las quitó con sus dedos.

–Eres mi esposa y le prometí a tu papá que te cuidaría y te haría feliz, si algo te pasa no sé qué haría sin ti.

–Te amo William.

–Y yo a ti Madison.

Lo besé y me recosté en su pecho el me acarició el cabello y lentamente nos quedamos dormidos. La alarma comenzó a sonar, me levanté, arregle mi cabello y mi maquillaje me puse los tacones y desperté a William se levantó, se arregló:

UN MATRIMONIO FORZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora