Era la madrugada de un tedioso lunes en la aldea de la hoja, y allí se encontraban dos muchachos sentados sobre un tronco, en la puerta de entrada de la aldea, esperando ya por una hora y media a su capitán.
Sarū: Estoy harto, el enano nos dijo que estaría aquí a las cuatro y no está aquí, y para colmo ni siquiera nos dijo para qué, ese enano me va a escuchar, es muy injusto, siempre nos deja esperando a su llegada, pero esto es el colmo.
???: Y, ¿qué es el colmo?,si se podría saber saber.
El Hyuga sintió un gran escalofrío recorrer su espalda ante el tono perverso de su capitán, además que infundía una aura con una sed de sangre cada vez más grande, y esto bastó para hacerle temblar las piernas y sentir un miedo gigante.
Sarū: ca..ca..ca... Capitán, so...so...so..solo ha..ha... hablamos de lo magnífico que es y lo orgullos que estamos de ser sus discípulos y subornidados.
El Hyuga dijo esto con una sonrisa nerviosa y su capitán estando con una sonrisa macabra de oreja a oreja parecida a la del zorro que albergaba en su interior le respondió tranquilamente.
Kitsune: aaaaa, así que hablaban de lo maravilloso que soy, bueno, pues los llamé aquí para que empiecen su entrenamiento, y puesto que están tan orgullosos y están tan felices de que sea su capitán les daré un regalo especial, duplicaré su entrenamiento, hubieran dado cincuenta vueltas a Konoha, pero ahora darán cien, antes tendrían cuatro horas, pero ahora serán dos y cuando vuelvan del calentamiento empezaremos a entrenar.
El rubio dijo esto en un tono sínico y juguetón, pero a la vez le añadió su distintivo tono holgazán, mientras que sus subornidados simplemente al escuchar ya empezaron a cansarse.
Con una cara de cansancio extremo y con cuerpos a punto de colapsar los anbus llegaron a la puerta de la aldea tras dar la última ronda de ejercicios que había impuesto su capitán, apenas era mediodía, pero estos chicos sentían que no se podrían sostener en pie mucho más, necesitaban sentarse a descansar y tomar un poco de agua, pero el rubio no dejaba que siquiera descansen, a pesar de ya haber entrenado por ocho horas el rubio seguía dando ejercicios para que los hagan, claro que estos no podían más.
Sarū: taicho, ¿cómo es que sigue con tanta energía, después de haber hecho todo esto?.
Sarū preguntó esto ya que su capitán había hecho todo ese ejercicio juntamente con los anbus, pero a diferencia de ellos el rubio aún se sostenía en pie y aún no se veía cansado, prácticamente apenas empezaba a sudar, era realmente una hazaña ante los ojos de los anbus.
Kitsune: ¿de qué hablas?, si recién empezamos, apenas hicimos tres mil sentadillas, mil abdominales, dos mil quinientas lagartijas y media hora de planchas, no me digan que ya están cansados, si esto no es nada.
Los anbus solo lo miraban con extrañeza como si fuera un extraterrestre o como si estuviera loco, era algo que cualquiera en su lugar hubiera hecho, y de hecho a ellos les sorprendió aún más el hecho de que su capitán el cual era tan holgazán y perezoso era tan capaz y motivado al hacer ejercicio, esto realmente los dejó con la boca abierta.
Luego de quince minutos de ruego los anbus lograron convencer al rubio de parar con el entrenamiento, aunque no había sido nada fácil ya que el rubio resultó ser bastante terco, pero de alguna forma lo lograron.
Sarū: aaaa, por fin terminó, realmente no entiendo a este chico, es un holgazán total, pero hoy parecía otra persona, llena de energía, se parece a la bestia verde de la que hablan en la aldea, tal vez sea uno de sus estudiantes, realmente no lo entiendo, es muy extraño.
Su compañero sólo asentía a lo decía el Hyuga, ya que estaba de acuerdo con todo lo que decía el pelinegro, el también estaba agotado y confundido, nunca había tenido un entrenamiento tan pesado como el de ahora, realmente lo confundía la actitud de su capitán.
Luego del descanso, el rubio había perdido toda la motivación y energía que había demostrado hace unos momentos.
Kitsune: eto, el creo que el entrenamiento, por hoy lo paramos -esto lo dijo en un bostezo- eto los veo mañana.
Y así sin más el rubio desapareció en una nube de humo, mientras que los anbus se quedaron anonadados ante lo que había sucedido, era como si el rubio fuese dos personas diferentes, era muy confuso, pero no le dieron más importancia y se fueron a almorzar.
Luego de aproximadamente dos horas en rubio se encontraba en su apartamento comiendo algo de ramen instantáneo y de repente una sombra se asomó por la espalda del ojiazul, el rubio inmediatamente supo de quién se trataba y se dió la vuelta.
Naruto: eto, dragón-san, que hace??
Dragón: oi, gaki, eto sólo venía para avisarte que tendrás a un nuevo miembro en tu equipo, para sustituir al anterior miembro.
Naruto con la boca llena de fideos respondió con una cara de desagrado.
Dragón: no me mires así mocoso, este miembro a diferencia del anterior es muy capaz, esta a un muy alto nivel, era postulante para ser capitán de equipo, y de hecho si seguía así de aqui a unos años planeaba convertirlo en mi sucesor.
Estás palabras dejaron muy sorprendido al rubio, tragó los fideos que se encontraban en su boca y se dió la vuelta para decir algo, pero al mirar atrás dragón ya se había ido, el rubio simplemente pensó que era muy extraño que le dieran un anbu de tan buena calidad siendo que el apenas era un niño, y hace muy poco tiempo que se habia convertido en anbu, esto lo desconcertaba bastante, pero pronto descubriría el porque, por ahora simplemente se quedaría disfrutando su ramen