Capítulo 50

5 2 0
                                    

Jayden

Dándole el gusto a Kagami ante su petición entreno con ella como lo hemos estado haciendo por las últimas cuatro clases por una razón que desconozco, normalmente nos turnamos entre Adrien y yo para variar un poco de oponentes, pero por alguna razón ella simplemente no ha querido entrenar con el joven, simplemente llego el día en el que le dijo que entrenaría conmigo y así ha sido hasta el día de hoy, he intente hablar un poco con ella el primer día pero ella solo se resignó a bajar la cabeza e irse rápidamente del lugar, decidí dejarla tranquila por el momento pero las cosas realmente me preocuparon en cuanto Adrien vino a mí por ayuda y ahí fue donde supe que las cosas estaban realmente mal.

En cuanto terminamos las clases habían acabado y Kagami estaba por subirse a su limosina ni siquiera se despido de Adrien para poder alcanzarla con la esperanza de poder platicar un poco con ella.

— ¿Necesitas algo más Jayden?

—No, solo quería preguntarte si estabas libre esta tarde.

—Solo tengo que entrenar con madre esgrima, no me dejaron tarea en mi instituto.

— ¿Te gustaría salir?

— ¿Con Adrien?

—No, solo los dos.

— ¿No es un poco extraño?

—Solo es extraño si lo haces extraño.

—Creo que puedes tener razón, acompáñame entonces a casa para pedirle permiso a mi madre.

—Vamos entonces.

Con su característica frialdad me da la señal para subirme a su limosina carente de conductor, o bueno por lo menos de uno humano, ya que desde hace un tiempo la señora Tsurugi decidió comprar una limosina automatizada ya que no confiaba al cien por ciento del conductor, me da un poco de pena por el chico era buena persona, solo espero que haya conseguido trabajo rápido. Mientras íbamos de camino hacia la mansión de las esgrimistas Kagami se veía un poco tensa sin muchos ánimos de hablar, aun que podía sacar una que otra sonrisa con mis chistes malos, en tu cara Alice mis chistes si son capaces de hacer reír a la gente, si las cosas siguen así de bien creo que podré saber la razón de su malestar. Kagami es una persona tosca que casi pareciera que fuera más una máquina que una persona, pero sé que no es así, detrás de todos esos cables y tornillos de rudeza y seriedad sé que hay un lindo corazón palpitante que ruega por ser encontrado.

En cuanto entramos a la mansión y hable con la señora Tsurugi esta me dio el permiso de salir con su hija Kagami, inmediatamente fue a su habitación para cambiarse sus vestimentas por algo mucho más casual ya que dudo que quiera ir de paseo con su ropa del instituto. En tan solo unos minutos ambos nos encontrábamos en la entrada de la mansión para salir y charlar un poco a ver si le puedo sacar un poco de información, vaya eso sonó mucho peor de lo que pensaba. La situación tal como Kagami lo había predicho se había vuelto un tanto extraña ya que en verdad no tenia del todo claro que hacer, con todo esto ya que fue algo bastante imprevisto todo este asunto pero por fortuna la joven esgrimista no es de esa clase de personas que es muy exigente con las actividades que quiere hacer, creo que lo estoy pensando demasiado y simplemente debería llevarla a tomar un helado y ya está.

— ¿Entonces a dónde vamos?

— ¿Qué te parece ir por un helado?

— ¿Con André?

—No, digamos que hoy no tengo demasiados ánimos como para recorrer parís entera.

—Creo que opino lo mismo, guíame entonces.

—Como ordene señorita.

—Perdón, no quería presionarte.

—Tranquila, solo estoy jugando.

The Joker and FoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora