treinta y tres

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CAPÍTULO 33: Antídoto.





















Los días pasaban como una estrella fugaz en el cielo nocturno. El tiempo se había vuelto terriblemente enemigo de aquel peli-blanco, el cual pasaba gran parte del día en la habitación en la que estaba la de hebras plateadas. Había sido testigo de lo cruel que podía ser el tiempo con él al haber dejado que las horas pasasen con rapidez sin dejarle ni siquiera pensar en Gina porque un nuevo día comenzaba y debía hacer los deberes que le correspondía al ser el nuevo líder.

No hace muy poco se enteró de la extraña enfermedad que estaba combatiendo la mayor y también la ayuda que le estaba brindando Kenji, el padre biológico de Gina, a su hija para que se recuperase de esa enfermedad que él mismo provocó. Se mostró molesto al principio al verlo entrar a la habitación de la mujer, pero se le fue todo cuando el mayor le dijo que él, Kaneki, había dado el golpe final a la enfermedad para que se extendiera por todo el cuerpo y volvió la culpabilidad a su organismo.

Y hace unas pocas horas habían trasladado a la Ghoul Plateada al Distrito 24, aquella ciudad subterránea en la cual estarían a salvo durante un tiempo, antes de que la CCG diera con su paradero. Kaneki la observaba con tristeza, no podía creer que a pesar de lo que ella hizo por él haya terminado así por su culpa, en aquel estado deplorable y que estaba siendo ayudada por un suero blanco que la mantenía estable.

Úɴɪᴄᴏꜱ │ᴋᴇɴ ᴋᴀɴᴇᴋɪ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora