Doce

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CAPÍTULO 12: Estoy bien.




El Ghoul de un ojo, después de haber dado batalla al Investigador, sentía demasiada hambre y la voz de Rize no ayudaba demasiado a apaciguarla.

—¿Quién eres? —preguntó Kaneki apoyándose en la barandilla sintiendo la presencia de una persona detrás suya—. Justo ahora me siento terriblemente hambriento. ¿Sabes? —dijo tirando su cabeza para atrás y en un movimiento rápido estaba al frente del individuo con su kagune rojo atravesando el abdomen del intruso.

—Creo que ahora sé porqué Yoshimura-san ha tomado tanto interés por ti —habló Yomo apareciendo al costado del sujeto—. Yo también quiero ver lo que lograrás de ahora en adelante—dijo para después sacarse su máscara y la capucha que cubría su rostro.

—Perdón por llegar tarde —mencionó con una débil sonrisa Gina sacándose su máscara plateada y poniendo su mano en el kagune de Kaneki, tratando de retirarlo de su anatomía—. Vamos a casa, Kaneki.

—Gina-san... —murmuró mirándola fijamente con lágrimas cayendo por sus mejillas, después de que su rostro haya cambiado drásticamente y el ojo del Ghoul había vuelto a la normalidad—. ¿Qué he hecho?

—Come esto —le tendió un paquete marrón Yomo al híbrido—. Te sentirás mejor.

El kagune rojo de Kaneki se evaporó y Gina se limpió la comisura de su labio, ya que había notado como un líquido bajaba por éste.

—Todo está bien —le sonrió débilmente la mujer al menor—. Ahora vamos, Kaneki.

Los tres Ghouls se encaminaron en la dirección que estaban las dos menores y Gina sentía la mirada constante de Kaneki sobre su cuerpo y le susurraba cada vez que podía un: Estoy bien, Kaneki.

La de cabellos plateado había vuelto a la cafetería después de unas largas horas, demasiadas horas, y cuando llegó solamente tuvo que decir el nombre del híbrido para que Yomo le pidiera que fuera con él.

Agarró su máscara y su capa y partieron hacia el lugar donde estarían los menores, Gina había sentido que aquella promesa que le había hecho al pelinegro no la estaba cumpliendo y eso la hacía enojar.

Había hecho una promesa y la debía cumplir, no debía de estar llorando como una niña recordando su pasado o sintiendo miedo de perder al chico si éste se enteraba de su oscuro pasado.

Sus ojos violetas vagaron por la estructura del sitio y sus pasos silenciosos no sirvieron de nada cuando Kaneki exclamó fuertemente: ¡Hinami-chan!

Las dos féminas menores miraron a los Ghouls que estaban parados a unos metros y Gina observó el rostro aliviado del híbrido.

«Bien, bien. Ahora vamos a casa, que estoy cansada» Quiso decir pero no tenía fuerzas, le dedicó una mirada a Yomo y éste la entendió perfectamente, con una mirada dura les dijo a todos que debían irse antes de que supieran el paradero del Investigador y vayan al lugar.

Gina asintió agradecida y todos comenzaron a caminar a pasos rápidos para salir del sitio e irse a Anteiku.

—¿Está bien vivir? ¿Está bien que yo viva? —escuchó Gina la pregunta de Hinami y alzó sus cejas ante eso, la de cabellos plateados lideraba la caminata y atrás suyo estaba Yomo con Hinami en su espalda, detrás de éstos estaban Kaneki y Touka.

—Hinami-chan —todos pararon sus pasos para voltear a Kaneki, quién había hablado—. En ese momento, creo que Ryouko-san estaba diciéndote que vivieras.

Gina sonrió ligeramente ante lo dicho del híbrido y todos retomaron la caminata, sintió como uno de ellos se colocaba al lado de ella y miró a su costado, encontrándose con la tímida sonrisa del pelinegro y la fémina negó con una sonrisa leve.

—¿Cómo estás, Gina-san? —Preguntó con un deje de preocupación el menor hacia la mujer.

—Estoy bien, Kaneki —asintió la de ocelos violetas mirándolo fijamente y éste tuvo que apartar su mirada de ella al sentir como sus mejillas se ruborizaban—. Y, dime Gina.

—¿No debo decirte Gina-chan? —cuestionó confundido Kaneki.

—Tengo veintiún años, Kaneki —informó mirando al frente y se puso la capucha de su capa, a su lado escuchó un jadeo y miró preocupada al híbrido pensando que tenía una herida—. ¿Estás bien?

—¡Eres mayor que yo por dos años! —exclamó el híbrido como si eso fuera la gran cosa y los ojos grises de él miraron los violetas de ella—. Y yo todo este tiempo pensé eras menor que yo.

Gina soltó una leve risa que dejó impresionado al Ghoul ya que muy pocas veces había escuchado la risa armoniosa de la mayor, sonrió inevitablemente al escuchar la suave risa de la mujer y se acercó un poco más hacia ésta.

—¿Por qué no ríes más, Gina?

—Porque esa mujer risueña y alegre quedó enterrada en mi pasado —habló la fémina apretando su mandíbula con fuerza y eso lo notó su acompañante, que se tomó el atrevimiento de dejar una leve caricia en el brazo de ella.

Gina se tensó ante la caricia y tuvo que relajarse para no lastimar al chico, recordando que éste no sabía lo que provocaba eso.

Recuerdos del pasado.

¿Aún no me superas, querida Gina?

Y es mejor que no lo hagas, porque cuando llegue el momento te buscaré y reclamaré lo que es mío.

Frunció sus cejas y se tronó su dedo índice con su pulgar, llamando la atención del muchacho quién la miró intrigado.

Gina ignoró la voz grave de esa persona que habitaba en su mente y soltó un suspiro de alivio al ver el edificio en el que vivía.

— Llegamos a casa, Kaneki.


— Llegamos a casa, Kaneki

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Úɴɪᴄᴏꜱ │ᴋᴇɴ ᴋᴀɴᴇᴋɪ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora