Capítulo 2

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Deja el teléfono encima de la mesa y se dirige hacia el baño. Se acuerda de que su móvil tiene muy poca batería, por lo que vuelve a su habitación y busca el cargador. Se le olvidó ponerlo a cargar la noche anterior. No lo encuentra. Ella siempre lo deja encima de su mesilla de noche, pero, la mujer que suele limpiar en su casa, siempre se lo cambia de sitio. Está harta de ella. Mira en el primer cajón de su escritorio. Nada, no está. Mira en el segundo. Tampoco. Cris se desespera. Decide mirar como última opción en la estantería de los libros. Ahí estaba. Era verdad eso de que "las cosas están donde menos te lo esperas." Coge el cargador, lo enchufa y lo conecta a su móvil.

Ve que alguien le ha mandado otro mensaje.

-Cris, espero que no se te olvide lo que hablamos. -le manda Nico.

-No, tranquilo, está todo dentro de mi bolso. -contesta Cris.

-No te habrá visto nadie, ¿verdad? -vuelve a decir muy preocupado.

-Que no, pesado, no te preocupes.

-Oye, y ¿cuándo vamos a poder usarlo? -pregunta de nuevo

-Pues no sé, pero ya encontraremos el momento. -le dice Cris muy segura.

-Eso espero... Bueno me voy a vestir que al final llego tarde como siempre.

-Vale, nos vemos luego y ya lo decidimos. Besos.

-De acuerdo. Nos vemos ahora, besos. -dice Nico, terminando con la conversación.

Cris vuelve a dejar el móvil en la mesa. Piensa en lo que Nico le ha dicho y va directamente a su bolso a asegurarse de que esté dentro.

-Sí, está todo. -se dice a sí misma.

Cierra la cremallera y lo deja encima de su cama. Cris se dirige hacia el cuarto de baño. Abre el grifo de la ducha, se quita la ropa y se mete dentro. El agua está súper fría pero rápidamente empieza a calentarse.

Está muy nerviosa. Lleva mucho tiempo esperando y planeando ese viaje. Tiene muchísimas ganas de pisar Barcelona con todos sus compañeros de clase. Piensa que todo saldrá mal pero claro, los mejores momentos de la vida ocurren sin ser planeados.

Cris sale de la ducha, enrolla una toalla alrededor de su cuerpo y otra alrededor de su pelo. Abre la puerta del cuarto de baño y se dirige a la habitación para vestirse y prepararse. Abre el armario y coge la ropa interior. Se la pone y se mira al espejo.

-Gorda. -se dice a sí misma.

Odia su cuerpo. Odia su pelo. Odia su cara. Se odia demasiado. Muchas veces, se compara con otras chicas de su clase y se deprime. Se ve como la típica rubia fea a la que nadie quiere. Además no se ve tan delgada como a ella le gustaría.

Vuelve a abrir el armario. Sigue sin saber que ponerse. Nada de lo que tiene le gusta. Empieza a sacar ropa y a probársela para ver qué es lo que mejor le queda. Primero se prueba una camiseta normal de color rosa.

-Horrible. Demasiado simple y casual. -dice mirándose al espejo.

Luego, una camisa blanca sin mangas.

-Pasaré demasiado frío con eso. -vuelve a decir.

Tiene la cama llena de camisetas al revés y arrugadas, y el suelo lleno de pantalones igual. Al final se decide por unos vaqueros claros, una camisa rosa de manga larga y unas botas bajas de color marrón claro. Se ve bien con eso. Le gusta.

-Cris, termina ya, que nos tenemos que ir. -le dice su madre.

-Vale, mamá, ya me queda poco.- miente Cris.

-Por cierto, ¿no vas a desayunar nada? -pregunta Amparo.

-No, mamá, no tengo ganas. Ya comeré algo luego en el aeropuerto. - contesta Cris.

A Cris nunca le entra hambre por las mañanas. Siempre suele irse al colegio sin desayunar. Sabe que eso no es nada bueno pero no puede evitarlo.

-La comida allí es muy cara Cris, llévate algo de casa.

-No hace falta, el colegio nos da la comida, tranquila.

-Vale... Pero, coge algo por si acaso no te gusta lo que te den. -insiste su madre, intentando que su hija coma algo.

Que pesada. ¿No se da cuenta de que no tiene hambre? El colegio siempre les da la comida cada vez que se van de excursión. Es cierto que Cris odia la comida de allí. Pero, no quiere comer así que, no pensaba meterse ni un solo bocado de aquello.

Le gusta como le queda ese conjunto, por lo que decide dejárselo puesto y no cambiarse más. Piensa que quizás pase frío. El día anterior le dijeron que iba a estar bastante nublado.

Vuelve a abrir el armario, pero esta vez la otra puerta, donde se encuentran todas sus sudaderas, chaquetas, chaquetones... No tarda tanto en decidirse y coge directamente una chaqueta vaquera casi del mismo tono que el pantalón.

En su casa hace calor, por lo que la deja encima de su bolso para que no se le olvide. Se ha llevado toda la mañana con el calentador puesto para no pasar frio mientras se viste, por lo que, seguro que necesitará la chaqueta cuando salga a la calle.

Para terminar, Cris coge el cepillo y se peina lo más rápido posible. Sabe que va a llegar tarde. Le da igual. Vuelve a cepillarse una vez más. Que mal tiene el pelo. No le ha dado tiempo de secárselo bien. Tendrá que llevarlo un poco húmedo. No le importa. Ya se le secará por el camino.

Lo último que decide es echarse un poco de maquillaje para que no se le note la cara de cansancio que tiene. No sirve de mucho, pero no se preocupa por ello. Coge unos polvos de su cesta de maquillaje y se lo echa con una brocha por toda la cara. Se pone también un poco de rímel. Cris tiene unas pestañas bastante largas por lo que le queda bien. Luego, se rocía con un poco de su perfume favorito. Realmente, es su favorito no solo porque huela bastante bien, sino porque le encanta el chico que sale en el anuncio.

Baja las escaleras lo más rápido que puede. La maleta pesa muchísimo. Lleva ropa como para un mes y comida para un año.

-¡Mierda!- Grita. -me he dejado el bolso y la chaqueta arriba...

-Cris, eres un desastre, ¡siempre igual! -le grita su padre.

-Perdona, papá. No tardo nada -le dice Cris a su padre.

-¡Venga, date prisa! -vuelve a gritar.

Vuelve a subir las escaleras, coge el bolso y antes de irse se asegura de que todo está dentro.

-¡Ya está! -grita Cris.

-¿Estás segura de que has metido todo lo necesario?-pregunta su madre.

-Sí, tranquila. Está todo dentro. -contesta Cris muy segura.

-Vale, pues venga, vámonos -dice su padre.

Sus padres y Cris entran en el coche. Se ponen el cinturón y arrancan.

Nada más Salir del garaje, Cris coloca sus preciosos cascos verde agua que ella tanto adora en sus oídos y le da a ese botón en forma de triángulo doblado. Pulsa el play. Y es subir el volumen de la música y olvidarse de los problemas. Y es que, necesita la música para no quedarse a solas con sus pensamientos.

Ella siempre suele decir que sus pensamientos son solo estrellas con las que no se pueden formar constelaciones. Era una de las únicas cosas que la hacían realmente feliz. Decide poner la lista de reproducción aleatoria. La primera canción que suena es "So far away" De Avenged Sevenfold. Es una de sus favoritas.

Cris mira por la ventana. Contempla el cielo azul, casi cubierto por las nubes. El sol está radiante a pesar de que su visivilidad sea escasa. El día es frio pero ella está tan nerviosa que ni lo ha notado.

La canción ha cambiado. A Cris le encanta la que está sonando ahora. Le recuerda mucho a ella. A su vida. Esta se llama "Too much love will kill you" de Queen. Mira al cielo, suspira y disfruta de su canción favorita durante el trayecto.

Bésame, luego te explico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora